INAUGURACIÓN DE LA Temporada DEL TNC

Jordi Bosch se convierte en «bestia» en tiempo récord

El actor 'hereda' el papel que debía interpretar Anna Lizaran en 'La bête'

Sergi Belbel (centro, con chaqueta clara), entre Abel Folk (a su derecha) y Jordi Bosch, junto al equipo de 'La bête'.

Sergi Belbel (centro, con chaqueta clara), entre Abel Folk (a su derecha) y Jordi Bosch, junto al equipo de 'La bête'.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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La valentía de Jordi Bosch, que ha asumido el desafío de aprenderse en dos semanas y media un papel que Anna Lizaran llevaba meses preparando, permitirá estrenarLa bête (La bestia) en el Teatre Nacional de Catalunua (TNC) el día 25. Sergi Belbel, director del montaje, explicó que si Bosch no hubiera podido interpretar el papel habrían tenido que suspender la obra. Aclaró que Lizaran «tiene un problema en las arterias que la obliga a descansar» e hizo votos para que, cuando los médicos le den el alta, asuma de nuevo el rol principal. «Ella luchó contra viento y marea para hacer este papel hasta que la hospitalizaron el 4 de octubre», recordó.

Bosch, pese al reto que afronta, está cautivado con un personaje que define como «muy bestia e indomable». «Es la comedia con cuatro patas y el espejo de todos los vicios del teatro», explicó. «Este papel es un regalo. Lástima tener tan poco tiempo para prepararlo. Todo el equipo me arropa y mi obligación es ir hasta el final», añadió el actor, que aprende el texto a marchas forzadas. Su rol representa el 60% del texto, escrito en versos alejandrinos, y lleva todo el peso del inicio de la obra con un monólogo de casi media hora.

La última creación en el TNC de Belbel como responsable del centro es una premiada comedia contemporánea del joven autor norteamericano David Hirson, situada en el siglo XVII, que rinde homenje al mundo del teatro y a los actores.

CULTURA O ENTRETENIMIENTO/ El texto plantea el eterno debate entre lo culto y lo popular a través de dos personajes antagónicos: Valere (Jordi Bosch) y Elomire, acrónimo de Molière, (Jordi Boixaderas). Valere, la bestia del título, es un actor de calle, inculto y pagado de sí mismo, pero capaz de emocionar y hacer vibrar con sus interpretaciones de historias nada elevadas. Eso es precisamente lo que valora en él el Príncipe Conti (Abel Folk) que, tras descubrirle, le invita a trabajar con una compañía teatral de la que es mecenas. La dirige Elomire, un autor que admira las tragedias de Corneille más que lacomedia dell'arte, el teatro popular de la época. Tener a Valere en sutroupeserá humillante para él.

«Valere, la bestia, es una especie de Lina Morgan del siglo XVII», apunta Belbel, que no quiere desvelar demasiado sobre el final de la comedia. «Intelectualmente te hace alinearte con Elomir pero, como el teatro no es solo un espacio de ideas, enseguida conectas con Valere», afirmó. «La obra acaba con un punto de tristeza al mostrar que hay dos posturas irreconciliables. Aquí hay cierto paralelismo político», añadió. En sus años al frente del TNC Belbel se ha enfrentado a menudo a ese debate entre lo culto y lo popular. «Lo ideal es cuando se unen, como pasa en Shakespeare y algunas obras de Molière».

VESTUARIO RECICLADO/ La acción transcurre en el jardín del palacio del Príncipe Conti, donde está la tarima en la que ensaya la compañía. Al final la decena de actores, que están todo el rato en escena durante una hora y 20 minutos, transforman la escenografía en un teatro a la italiana. «En el TNC nos hemos apretado el cinturón. Que nadie piense lo contrario al ver el maravilloso vestuario del siglo XVII creado por Maria Araujo, o la escenografía y las luces. El TNC tiene unos almacenes muy grandes», recordó el director.

Elogió el trabajo de todo el mundo y en particular el del traductor Joan Sallent, por su «magnífica» traslación del texto al catalán. «Es imposible traducir literalmente para hacer rimar versos -dijo Sallent-. He reflejado el espíritu de las palabras buscando otras que consigan eficacia humorística en la rima».