El deseo y el amor, según José Luis Guerin

Jose Luis Guerin, el 22 de diciembre, en los cines Renoir de Madrid.

Jose Luis Guerin, el 22 de diciembre, en los cines Renoir de Madrid. / periodico

OLGA PEREDA / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

José Luis Guerin, cineasta insobornable, no ha visto 'Star Wars VII. El despertar de la fuerza'. "Me da vergüenza sentirme desplazado, pero es una mitología que desconozco", se explica el director barcelonés, cuya última y artesanal película, 'La Academia de las Musas', llega a los cines esta semana, compartiendo espacio en la cartelera con la última entrega de la odisea espacial. "No tengo ningún problema con ‘La guerra de las galaxias’. Y espero que ellos no lo tengan conmigo", apunta con una sonrisa. Y añade que ni siquiera cuando era chaval pudo digerir el primer título de la epopeya de George Lucas. "Yo era un niño nada cándido. ¿Una película donde hay seres intergalácticos con atuendos de vikingo? Para nada", se ríe Guerin, director de la esencial 'En construcción' (2001), germen de lo que más tarde se llamó documental de autor.

El 1 de enero, este francotirador del cine español, además de estrenar película, cumplirá 56 años. Y a esa edad se ha embarcado en la aventura de ejercer, además de como productor y director, como distribuidor. 'La Academia de las Musas' es una película tan artesanal que llevarla él mismo a las salas le ha parecido la opción más coherente. Así que, cual trovador, recorrerá pequeñas ciudades con su cinta a cuestas. "Casi siempre he hecho estos bolos", explica el autor, que vuelve a jugar con los límites entre el documental y la ficción en su último trabajo, una ficción protagonizada por un profesor de Filología de la Universitat de Barcelona, su mujer y sus alumnas.

POESÍA REDENTORA

El filme narra cómo el maestro (Raffaele Pinto) crea una escuela secreta de inspiradoras alumnas con el fin de salvar al mundo a través de la poesía. Pero los sonetos son solo una excusa para hablar de la palabra, el deseo y el amor y para vivir una pugna de poder entre dos personas. Cuando se exhibió en el festival de Locarno, el público se puso en pie al final para aplaudir. De ese certamen, la película salió vendida a Francia, Japón, Portugal, Estados Unidos, Austria y Brasil, pero seguía sin distribución en España. Después, se programó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y conquistó el máximo galardón. Era la primera vez que una cinta española conseguía el Giraldillo de oro.

Solo contó con él mismo y un técnico de sonido.

LA INTELIGENCIA DEL PÚBLICO

Rendido admirador de la liturgia del cine y de la sala oscura, el director barcelonés espera que el público se asome a su ventana. "Bienvenido sea mi público. Lo necesito", afirma sonriendo y dejando claro que él no es el tipo de director que se desentiende de la audiencia ni que le impone sus tesis. "Cuando hago una película, la hago para descubrir algo y para hacer partícipes de ese descubrimiento a los espectadores. Me acuerdo de un directivo de televisión que me decía que a él le gustaba mi cine pero que el público era bobo y como tal había que tratarle. Para mí sería imposible hacer películas partiendo de ese principio. El público, como mínimo, es igual de inteligente que yo. Hay que tratarle de igual a igual. No soporto lo contrario".

Yo nunca fui a una escuela de cine

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Guerin en cinco t\u00edtulos","text":"'En la ciudad de Sylvia' 2007. Un joven viaja a Estrasburgo en busca de una chica a la que conoci\u00f3 tiempo atr\u00e1s. En su ensimismado callejeo, empieza a seguir a otra mujer, con la que acaba manteniendo una breve conversaci\u00f3n. Entre el voyeurismo y la reflexi\u00f3n sobre la inasibilidad del amor ideal."}}