Circo, 'Rhumia' y rock'n'roll

Hace dos años los amigos del añorado payaso Joan Montanyès (1965-2013), más conocido como Monti, estrenaron en su honor 'Rhum'. El espectáculo que él no pudo acabar y que sí hicieron sus compañeros como homenaje póstumo se convirtió en un éxito. Jordi Martínez, Joan Arqué, Pep Pascual, Roger Julià quedaron tan contentos con la experiencia se han animado a desafiar el dicho "segundas partes nunca fueron buenas" con 'Rhümia', un 'show' con más potencia musical y confeti.

El único que falta de aquella 'troupe' es Guillem Albà. El espectáculo se estrena este miércoles en el Teatre Lliure de Montjuïc (Espai Lliure), dentro del Grec. Estará solo hasta el día 24 y regresará la próxima temporada.

El músico, clown y artista plástico Mauro Paganini sustituye a Albà. "Rhümia' cuenta con los mismos personajes que el primer espectáculo. La diferencia es que ahora el público descubrirá qué hay tras la cortina. Se podrá ver cómo es por dentro el universo de los payasos, que en realidad es como cualquier universo porque cada casa es un circo", ha destacado Martí Torras Mayneris. Él ya dirigió 'Rhum' y ahora ha querido repetir al frente de esta "compañía inestable de payasos". Juntos han creado un montaje con el que quiere ser "un canto a la esperanza y a la necesidad de reír".

CREACIÓN COLECTIVA

Como en el primer espectáculo todos los intérpretes han colaborado en la creación de 'Rhümia'. Su estructura cuenta con un poco de todo en cuanto a números. Hay desde cosas clásicas, números de Monti revisados y también nuevas creaciones. La principal diferencia entre ambos espectáculos será la música. "La  parte musical es la que más se ha potenciado. En 'Rhumia' todos tocamos algún tipo de instrumento. Será una propuesta más punky y rockera, con mucho más confeti", advierten. Y no tocarán cualquier cosa. Paganini es un experto y original luthier. Entre las máquinas sonoras que él y sus compañeros utilizarán figura un curioso contrabajo creado con un antiguo armario tocador al que ha añadido un mástil. También cuenta con un violonchelo muy diferente del que utilizaba Pau Casals. El suyo está hecho a base de latas. "Se llama ‘biolata’ con b", ha especificado.

Los protagonistas del espectáculo huyen de etiquetas o las aceptan todas. "Nosotros reivindicamos la figura del payaso, que ha sido bastante maltratada. Nos ponen en cualquier sitio, no nos acaban de ubicar. Para algunos somos teatro infantil, aunque nosotros no pensamos que ese sea nuestro lugar". 'Rhum' fue aclamado por todo tipo de públicos. Veremos qué pasa con 'Rhuimia'.