VISITA DE UNA DIVA DEL POP
Noche loca con Rihanna en Barcelona
La musa pop-R&B desató pasiones en el Palau Sant Jordi con un encadenado atronador de éxitos
Juan Manuel Freire
Periodista
Periodista y crítico cultural.
JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA
Rihanna es fiel al público barcelonés desde hace varias giras, pero, por desgracia, también es fiel a la impuntualidad. En el 2011 se presentó en el escenario con 38 minutos de retraso. En el 2013 llegó a hacer esperar una hora y veinte minutos, lo que duraba una buena peli de serie B en los 80. Y anoche el retraso fue de 47 minutos, como un episodio de serie dramática de cable.
La diva sin complejos (ni relojes) pudo empezar con una explosión, el primer golpe de cualquiera de sus recientes ¡hits¡ filo-EDM, pero ella prefirió un susurro. Su balada 'Stay', extraída de 'Unapologetic' (2012). Declaración de intenciones: la gira 'Ant'i es anti-exceso, anti-pompa; casi sutil para lo que se espera de un concierto de pop masivo en el 2016. Pocos fuegos de artificio, vestuario holgado y mucho blanco. Eso sí, el sonido atronador poco tenía de minimalista.
Protegida por un abrigo blanco, Rihanna interpretó 'Stay' y una versión reducida de 'Love the way you lie (part II)' sobre una estructura blanca en el centro del Sant Jordi, para luego subir a una pasarela transparente (con bordes blancos) desde la que cantó y, por supuesto, bailó sinuosamente 'Woo' y 'Sex with me'.
Después saltó al escenario principal, al que rodeaban misteriosas lonas desinfladas y donde le esperaban banda y bailarines. Primer verdadero hito de la noche: la trap-pop 'Bitch better have my money', seguida por el no menos poderoso instrumental 'Goodnight Gotham'.
La jazzística 'Consideration' abrió una sección dedicada, en esencia, a recorrer sus apariciones en los éxitos ajenos 'Live your life' (T.I.), 'Run this town' (Jay Z) y 'All of the lights' (Kanye West), en un 'medley' difícilmente resistible. También recuperó su 'hit' propio 'Umbrella', aunque en versión bastante reducida.
Rihanna -por entonces con un mono nude con cordones cruzados de arriba abajo y alrededor del cuello- parecía más interesada en explorar a conciencia el repertorio de 'Anti': defendió 'Desperado' con intenso espíritu 'bluesy' y dejó que su banda se explayara en el clímax final.
El castigo del clima hacía sufrir por la diva en su tercer cambio de vestuario, que incluía un (al menos parece que ligero) gigantesco abrigo color chocolate. Lo dejó caer, revelando un mono transparente con bordados y flecos, para atacar la fiesta dancehall de 'Rude boy' y 'Work', su tercer dueto con Drake.
Tras pedir a su público que dejara un poco de lado el móvil y se entregara, mejor, a la fiesta, volvió a su trilogía de dúos con Drake: sublime 'Take care', basada en la remezcla de Jamie xx del 'I’ll take care of you' de Gil Scott-Heron. Las antiguas lonas desinfladas habían cobrado tonalidades de arcoiris, a juego con el espíritu de libertad de la música de baile. 'We found love' -enlazada con 'How deep is your love' de Calvin Harris con Disciples- y 'Where have you been' sellaron la sección álgida de la noche, realmente disfrutable y emotiva.
DESENLACE REFLEXIVO
Después de la tormenta bailable, vino una cierta calma. Ataviada con traje marrón extragrande, Rihanna se aferró al repertorio atmosférico de 'Anti': la electro-R&B 'Needed me'; su adaptación del 'New person, same old mistakes' de Tame Impala, la 'torch song'' Love on the brain... Intercalados, temas pretéritos también a bajas revoluciones como 'Diamonds' y 'FourFiveSeconds', mientras capas de espuma se deslizaban por la cortina al fondo del escenario. Majestuosa épica blanca.
El cierre con un tema en casi clave menor como 'Kiss it better' -balada electrónica con guitarras de épica ochentera marca Prince, aquí con guiño incluido a 'Purple rain'- dejó claro que una nueva Rihanna ha llegado, decidida a no grabar únicamente 'hits' inmediatos para el consumo masivo. Aunque sea buenísima en esto último y, quizá, no debería dejarlo del todo de lado.
La noche había arrancado con el efectivo pase como telonero de Big Sean, rapero afiliado a G.O.O.D. Music (el sello fundado por Kanye West) que, como Rihanna, suele colaborar con Drake: sonaron sus temas conjuntos 'Blessings' y 'All me'.
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