VIRAJE POLÍTICO EN EL ESTADO MÁS RICO DE ALEMANIA

Los socialcristianos pierden el dominio de Baviera tras 50 años

PAOLA ÁLVAREZ
VIENA

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Es el fin de una era, aunque nadie se atreve a vaticinar cómo será la que viene. La Unión Socialcristiana (CSU), hermana bávara de la CDU de Angela Merkel, perdió ayer la mayoría absoluta en el Parlamento de Baviera y obtuvo su peor resultado desde 1958. Al cierre de esta edición, cuando no había finalizado el escrutinio, la CSU obtenía un 43% de los votos en los comicios regionales de ayer y se quedó a tres escaños de la mayoría absoluta, lo que la obligará a buscar un socio de Gobierno tras 42 años de ejercer el poder en solitario.

"Los ciudadanos han dejado claro que no quieren un Gobierno en solitario de la CSU", reconoció cabizbajo el primer ministro, Günther Beckstein, que pretende seguir en el cargo a pesar de haberse quedado muy por debajo del mínimo del 50% que prometió obtener. Tampoco los socialdemócratas han salido bien parados. El SPD se quedó en un 18,7% de los votos y continúa así su caída en picado en el Parlamento bávaro.

TRIUNFO INDEPENDIENTE Los grandes ganadores de la jornada son los independientes (llamados Electores Libres) que se hicieron con un 10,7% de los votos. Precisamente, el éxito de esta formación --considerada una alternativa para los votantes decepcionados de la CSU-- y la baja participación (un 57%), son las principales razones del retroceso.

También han salido bien parados los liberales del FDP. Tras 14 años fuera del Parlamento bávaro, lograron ayer un 7,4% y se perfilan como el socio ideal de la CSU en el nuevo Gobierno de coalición. Aunque no son la única opción. La secretaria general de la CSU, Christine Haderthauer, dijo que el partido quiere negociar con los independientes e incluso con los socialdemócratas, antes de descartar cualquier opción.

Pese a su mal resultado, el SPD tampoco descarta posibles coaliciones para sacar a la CSU del poder. El candidato socialdemócrata, Franz Maget, aseguró que después de este "terremoto" todo es posible. El terremoto aún podría ser mayor. Al partido de Oskar Lafontaine, Die Linke, le faltaban solo unos cuantos votos para entrar en el Parlamento.