EL GRAN PREMIO DE ITALIA

Rosberg le regala la victoria a Hamilton

Dos errores incomprensibles del alemán dejan al británico solo en cabeza en el bello Monza

Hamilton bebé champán en el trofeo de campeón del Gran Premio de Italia en el podio del circuito de Monza.

Hamilton bebé champán en el trofeo de campeón del Gran Premio de Italia en el podio del circuito de Monza. / periodico

MIGUEL MARTÍNEZ / Monza (Enviado especial)

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Siempre quedará la duda. Dos errores de Nico Rosberg sirvieron en bandeja una victoria a Lewis Hamilton que el inglés celebró poco o nada. Dos pasadas de frenada, dos excursiones por la 'chicane', en la frenada más comprometida de Monza, sí, pero dos coladas impropias de un piloto de la talla de Rosberg. Puede que tuviera que devolver a su compañero los puntos que el inglés perdió en la carrera de Spa tras chocar con el alemán. Las reuniones en el seno del equipo, las disculpas de Rosberg tras el incidente de Spa, la gran actuación de Hamilton en la crono... colocaban al inglés como gran favorito para el triunfo, pero no de la manera en la que ocurrió. Hamilton se quedó patinando en la salida. «Tuve un problema con el embrague, solo funcionaba parcialmente», reveló el inglés. Rosberg, Magnussen Massa le adelantaron antes de la primera curva, pero el inglés no tardó en dar cuenta del Williams y del McLaren en apenas tres vueltas para colocarse segundo, justo en el momento en que Rosberg bloqueó sus frenos por primera vez y eligió levantar el pedal y tomar la escapatoria de la primera 'chicane' tras la recta.

Ajustes complejos

Los frenos que los F-1 equipan esta temporada funcionan de manera electrónica, ya que en la frenada se recargan las baterías del sistema MGU-K con las que se alimenta uno de los motores eléctricos que llegan a rendir 150 caballos. No es fácil reglar el sistema, no es sencillo cambiar los parámetros de reparto entre el tren trasero y el delantero casi en cada curva, casi en cada vuelta a medida que los neumáticos se desgastan o el coche va perdiendo peso por el consumo de gasolina.

Rosberg volvió a bloquear, esta vez mucho más ligeramente, al regreso de la primera y única parada en boxes, también con neumáticos casi nuevos. Y como en la primera ocasión, con todo un relevo por delante que se volvería un infierno con un plano en la rueda producto de un bloqueo así. Es muy de Rosberg, de su estilo, de su inteligencia, preferir una excursión por la chicane que dañar las ruedas. «Bueno, cometí dos errores, pero sin ellos tampoco habría ganado porque Lewis estaba siendo mucho más rápido», dijo sin pestañear, con una sonrisa en su rostro. «No tengo por qué estar triste. El equipo ha hecho otro doblete y yo sigo siendo líder del campeonato».

Reacciones reveladoras

 Listo, muy listo, el alemán. Lo pasó mal con los abucheos en el podio en Spa y esta vez, a pesar de que le preguntaron en inglés durante la ceremonia del podio (el expiloto Jean Alesi), rápidamente habló en italiano para saludar y enardecer a los miles de 'tifosi' por el sonido de megafonía. Hamilton apenas sonrió. No era la cara de alguien que acaba de ganar una carrera, de un piloto que ha batido a su compañero, de un candidato que ha recortado su ventaja hacia el liderato. «La verdad es que sorprende ver a un piloto como Nico cometer estos errores... pero yo estoy muy contento de haber ganado esta carrera». Sí parece que todo se jugará entre ambos al final. Restan seis carreras, pero la última, en Abu Dabi, repartirá el doble de puntos. «Un locura», señala muy enojado el líder alemán.

Mercedes, en solitario

Nadie se pudo entrometer en la guerra de los MercedesBottas, el elegido para ello, también falló en la salida y protagonizó una imponente remontada desde la décima hasta la cuarta posición, justo por detrás de su compañero Massa, los dos ya renovados. «Mi podio no es contra Ferrari ni contra nadie, es solo el fruto de un buen trabajo», dijo el brasileño, de quien Ferrari se deshizo el año pasado. No puede estar muy disgustado Massa viendo la crisis que envuelve a su antiguo equipo, que no pudo hacer felices a los miles de 'tifosi' que se dieron cita en su santuario.