EL DESAFÍO YIHADISTA

Turquía declara la guerra al Estado Islámico tras años de pasividad

Tanques del Ejército turco toman posiciones en las cercanías de Kilis, una localidad situada junto a la frontera con Siria, el jueves.

Tanques del Ejército turco toman posiciones en las cercanías de Kilis, una localidad situada junto a la frontera con Siria, el jueves.

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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Trece minutos de bombardeo que podrían marcar un punto de inflexión en la compleja guerra en Siria. Entre las 03:40 y las 03:53 de la madrugada local de este viernes (una hora menos en España), tres cazas F-16 del Ejército de Turquía atacaron posiciones del Estado Islámico (EI) en suelo sirio. Lanzaron cuatro misiles teledirigidos cuyo resultado fue el de al menos 35 yihadistas muertos y dos cuarteles generales del EI destruidos, según el diario progubernamental 'Daily Sabah'.

La aviación turca no necesitó salir de su espacio aéreo para ejecutar la maniobra. El objetivo escogido fueron enclaves yihadistas cerca de la localidad de Havar, en el noroeste de Siria, al otro lado de la frontera de la turca Kilis, donde, un día antes, un tiroteo transfronterizo entre militares turcos y cinco radicales del EI costó la vida a un oficial turco (Yalçin Nane, con cuyo nombre se bautizó la operación aérea) y dejó dos militares heridos.

El presidente Recep Tayyip Erdogan proclamó tras la ofensiva que Turquía debe emprender «un camino diferente» debido a los cambios en el norte de Siria. «Quienes nos hayan hecho pagar un precio, pagarán diez veces más», aseveró el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en una rueda de prensa. En un comunicado anterior, la oficina de Davutoglu se mostró igualmente firme: «Turquía está decidida a tomar cualquier precaución para salvaguardar su seguridad nacional». Solo que en esta ocasión, a diferencia de antes, las palabras del Ejecutivo van acompañadas de hechos contundentes. «La operación contra el EI alcanzó su objetivo y no se detendrá», agregó el jefe del Gobierno.

El ataque se habría llevado a cabo sin el conocimiento del presidente sirio, Bashar el Asad, archienemigo de Ankara, y se informó solo a los países aliados. No obstante, Davutoglu se apresuró a dejar claro que Turquía no se convertía mediante este ataque en actor en el conflicto sirio. «No dudaremos en tomar medidas contra cualquier organización que suponga una amenaza para las fronteras de Turquía. Nadie debería ponerlo en cuestión -señaló el 'premier' turco-. Seguimos de cerca la actividad en Siria y en la frontera. Turquía reaccionará con toda su fuerza ante la menor amenaza».

INCIRLIK

Este episodio se ha producido en un momento en el que se ha conocido que Ankara permitirá que Estados Unidos y los otros países de la coalición contra ese grupo yihadista utilicen la base aérea de Incirlik, en el sur del país, para llevar a cabo operaciones contra los yihadistas en Irak y Siria. «En colaboración con turcos, jordanos y otros, estamos no solo tratando de ahogar el entorno en el que el EI opera, sino también creando uno que nos permita frenar la entrada de combatientes extranjeros en Siria», declaró el jueves el presidente de EEUU, Barack Obama, en una entrevista con la cadena británica BBC. Turquía ha sido criticada por sus aliados occidentales y por parte del sector kurdo por su supuesta manga ancha a la hora de contrarrestar las actividades yihadistas, así como el flujo de combatientes foráneos hacia Siria.

Entre otras medidas adicionales anunciadas por Turquía, se encuentra la de fortificar la verja que separa ambos países, una frontera por lo general porosa. Varios vehículos y aviones patrullarán los confines con Siria (ambos países comparten más de 800 kilómetros de frontera).

REDADAS EN 13 PROVINCIAS

Además, también en la madrugada del viernes, un operativo antiterrorista turco movilizó a unos 5.000 agentes apoyados por varios helicópteros que llevaron a cabo redadas en 13 provincias de Turquía y varias ciudades, incluida Estambul. El registro de centenares de viviendas se saldó con al menos una mujer fallecida en Estambul y 297 detenidos (37 de ellos extranjeros), en una operación que no solo iba dirigida contra miembros o simpatizantes del EI en Turquía, sino también contra grupos armados como el kurdo Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el marxista Frente del Partido de Liberación del Pueblo Revolucionario (DHKP-C).

La creciente preocupación por el EI en Turquía -incrementada por la matanza yihadista, el lunes, de 32 jóvenes voluntarios en el sur del país que viajaban a reconstruir la localidad siria de Kobani- ha alcanzado también al conocido telepredicador Ahmet Mahmut Ünlü. Después de contradecir a un compañero y asegurar que el sexo oral no está prohibido en el islam, Ünlü emitió una fatua por la que autorizó a sus fieles a matar a miembros del EI. «Si te los encuentras, masácralos [...]. Quienes les maten serán recompensados, y quienes mueran en sus manos serán mártires», indicó el predicador, quien describió a los miembros del EI como «perros del infierno».