TENSIÓN ENTRE EL KREMLIN Y LA CASA BLANCA

Rusia se siente ofendida

Vladimir Putin, durante una reunión en el Kremlin, este miércoles.

Vladimir Putin, durante una reunión en el Kremlin, este miércoles. / ski

LEV GANIN / Moscú

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Rusia se siente ofendida. El presidente Vladímir Putin, se reunirá el 6 de junio en Normandía con los líderes de Alemania, Reino Unido y Francia, pero no con el presidente estadounidense, Barack Obama.

El gran desencuentro entre los dos líderes mundiales, que asistirán codo con codo a los actos del 70º aniversario del desembarco de la coalición antihitleriana el próximo 6 de junio, marca la gira europea de Obama.

Otro acontecimiento penoso para el Kremlin es la cumbre del G-7 que comenzó ayer (miércoles) en Bruselas por primera vez en ausencia de Putin. Rusia fue suspendida como miembro del G-8 en represalia por la incorporación de Crimea el pasado mes marzo. Sin representación rusa, los líderes de Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido examinan la situación de Ucrania y las relaciones con Rusia.

El dirigente ruso no pudo ocultar su desilusión frente a la negativa de Washington de prever un encuentro formal, aunque se trate de un apretón de manos ante las cámaras. En vísperas de su visita a Francia, declaró que está interesado en dialogar con su homólogo de EEUU.

«No tengo ningún motivo para creer que Obama no quiere reunirse con el presidente de Rusia, pero, al fin y al cabo, depende de su decisión. Siempre estoy dispuesto a dialogar», dijo Putin en una entrevista con una televisión francesa. El consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, no descartó con anterioridad que Obama pueda reunirse con Putin, pero no se prevé encuentro formal alguno.

Política agresiva

Claramente enfurecido por esa ofensa de Washington, Putin destacó que considera la política de EEUU la más agresiva y dura entre las potencias. «Nosotros apenas tenemos presencia militar en el extranjero. Mire cuántas bases militares tiene EEUU en todo el mundo. Fuerzas estadounidenses están a miles de kilómetros de sus fronteras», indicó.

Como si se tratara de un debate virtual, Obama reafirmó por su parte en Varsovia la intención de reforzar las capacidades de la OTAN en Europa, así como la de «países amigos, como Ucrania, Georgia y Moldavia, para garantizar su seguridad» frente a la lo que consideran como una amenaza rusa.

Ese gesto de apoyo hacia antiguas repúblicas de la URSS llegó como un claro desafío a Moscú, que considera el espacio postsoviético como zona de interés estratégico.

No es una figura retórica. Precisamente, uno de los nuevos amigos de Washington, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, que acaba de ganar las presidenciales, fue uno de los primeros interlocutores de Obama en su gira.

En venganza al nuevo favorito estadounidense, el Kremlin se apresuró a descartar un encuentro entre Putin y Poroshenko casi con las mismas palabras con que Washington descartó una reunión Putin-Obama.

«En el marco de los actos conmemorativos los líderes estarán juntos, no se puede excluir un contacto entre ellos», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.