El portugués Antonio Guterres será el próximo secretario general de la ONU

William Lacy Swing, Antonio Guterres

William Lacy Swing, Antonio Guterres / VM

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Los complejos juegos de poder entre las grandes potencias en Naciones Unidas por una vez se han resuelto con consenso y antes de lo que se esperaba. Lo han hecho para elegir a quien será el próximo secretario general de la organización: el exprimer ministro portugués Antonio Guterres. Y aunque siga sin estar muy claro qué partidas y contrapartidas pueden moverse tras la selección del socialista luso para dar el relevo a Ban Ki-moon a partir del 1 de enero y por los siguientes cinco años, esta ha sido celebrada como oportuna, especialmente teniendo en cuenta el momento actual y el hecho de que Guterres pasara de 2005 al 2015 como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

Aún quedan dos votaciones formales este jueves (una en el Consejo de Seguridad y otra en la Asamblea General), pero la confirmación de Guterres se da por hecha. Él mismo se ha declarado “honrado y feliz” con el acuerdo para su nombramiento, y le han llovido los mensajes de felicitación. 

An agreement has been reached.  UN Security Council members to elect me as new UN Secretary General. I'm honored and happy. — Antonio Guterres (@AntGuterres) October 5, 2016

La certeza es lógica: el socialista ha logrado este miércoles el respaldo unánime del Consejo de Seguridad, donde su candidatura ha recibido 13 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones. Lo que es más importante: entre los votos a favor que ha cosechado en la última votación están los de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, los cinco países que tienen derecho a veto. Y es que estos siguen teniendo la última palabra en la selección del secretario general, por más que este año se hayan hecho cambios en el proceso buscando potenciar la imagen de transparencia e inclusión de toda la organización en la toma de una decisión de tal calado.

ESPERANDO A LA PRIMERA SECRETARIA

En ese proceso renovado, que se puso en marcha en abril, Guterres siempre ha sido claro favorito. Pero ha llegado a haber 12 aspirantes y durante el último medio año de debates, conferencias, presentaciones y votaciones había ido cobrando fuerza la teoría de que esta podía ser la ocasión de poner a una mujer al frente de la organización por primera vez en sus 71 años de historia o de llevar hasta el cargo también por vez primera a un secretario general de un país del este, algo que defendía con vehemencia Rusia.

Al final, tras seis votaciones del Consejo, y pese a la irrupción demasiado tardía en las candidaturas de  Kristalina Georgieva, la búlgara que es vicepresidenta de la Comisión Europea, se ha impuesto la apuesta por el portugués, el único de los candidatos que ha superado los nueve votos que eran necesarios para aspirar al cargo. Y ha sido una apuesta de consenso, un concepto que cada vez parece más ajeno a ese órgano, donde como bien saben y sufren los civiles de Siria, Estados Unidos y Rusia libran también sus desavenencias.

Quizá por eso ha sorprendido más la imagen inusual de ver a los embajadores de los 15 países miembros compareciendo conjuntamente para anunciar a Guterres como “favorito”. Y quizá por eso cuando la embajadora de Washington, Samantha Power, ha hecho unas declaraciones aplaudiendo “un día de unidad”, ha recordado también que ese es un bien escaso. “En una crisis con una carnicería tan horrible como la de Siria, la urgencia de lograr esa unidad no se le escapa a nadie”, ha dicho, para añadir: “Y no es algo que hayamos logrado hasta ahora”.