Los 'hombres de negro' regresan a Grecia

Tras meses sin poner un pie en Atenas, los representantes de la troika regresan este viernes a la capital griega. Los enviados de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad comenzarán a negociar los términos definitivos del nuevo memorándum de tres años, que regirá un rescate por valor de hasta 86.000 millones de euros. A última hora queda en el aire, sin embargo, la llegada de la responsable de misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), Delia Velculescu. Un signo que la prensa griega ha interpretado como una maniobra de presión por parte del FMI para obtener acceso a los ministerios, que los representantes de las instituciones tuvieron vetados durante la primera fase de la negociación, antes de que las conversaciones se trasladaran a Bruselas.

El equipo técnico griego estará encabezado por el presidente del Consejo de Expertos Economistas, Yorgos Juliarakis, mientras que las decisiones políticas dependerán del Consejo de Gobierno de Política Económica. Fuentes del Ministerio de Finanzas rechazaron este jueves de plano que estuviera sobre la mesa la posibilidad de más medidas previas adicionales, aparte de los dos paquetes que ya han sido aprobados. Aunque algunos acreedores han presionado en ese sentido, aseguraban. El plan del Ejecutivo griego pasa por completar la negociación antes del 15 de agosto, de manera que sea posible que el Parlamento apruebe el acuerdo antes del día 20, cuando vencen 3.200 millones en bonos griegos en manos del BCE.

Las mismas fuentes apuntaban a un regreso progresivo a la normalidad con respecto al control de capitales. La próxima semana comenzaría a prepararse la apertura de la Bolsa de Atenas. En esta línea, el primer ministro, Alexis Tsipras, trata de contener a toda costa una ruptura en el seno de Syriza, por lo menos hasta después de haber completado la negociación y haber recibido una ayuda financiera que permita poner fin al corralito.

CONCILIACIÓN

Este jueves, Tsipras se reunió con la presidenta del Parlamento, Zoi Konstandopoulou, una de las caras más visibles de la rebelión interna en Syriza, escenificando un gesto de conciliación. «Al primer ministro y a mí nos une una relación de honestidad, compañerismo y compromiso común», declaró Konstandopoulou, que a pesar de las presiones se ha negado a dimitir. En la madrugada del miércoles al jueves, estuvo entre los 36 diputados de la coalición de Gobierno que rechazaron respaldar el segundo paquete de medidas. Tres más, hasta 39, lo habían hecho la semana pasada, antes de que Tsipras remodelara su Gabinete para expulsar a los díscolos. Sorprendentemente, el exministro de Finanzas Yanis Varoufakis votó esta vez a favor, por considerar necesario este paquete para el país heleno.