CUMBRE EUROPEA

Grecia fuerza una minicumbre para lograr apoyo político

Merkel, junto a Hollande, Tsipras y el chipriota Anastasiades, ayer.

Merkel, junto a Hollande, Tsipras y el chipriota Anastasiades, ayer.

OLGA GRAU / BRUSELAS

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Grecia se ha convirtido este jueves, sin figurar en la agenda oficial, en protagonista absoluta del Consejo Europeo de marzo, el más económico del año que se celebra en Bruselas. La cumbre europea arrancó con el objetivo de tratar la unión energética en Europa, la crisis entre Rusia y Ucrania, el semestre europeo y el futuro de Libia, pero la agenda quedó eclipsada por la celebración de una minicumbre griega, al margen del orden del día oficial, a petición del presidente griego Alexis Tsipras.

El lider griego se reunió ayer, tras el encuentro de líderes europeos que terminó entrada la noche, con el presidente francés François Hollande y la cancillera alemana Angela Merkel, así como con los presidentes del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem; de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker; del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y del Consejo Europeo, Donald Tusk. A la hora de escribir esta información, la cumbre todavía no había finalizado, aunque se inició con poco presagio de éxito.

De entrada, la cita provocó malestar entre algunos Estados miembros que no participaron en el encuentro, como Bélgica, Holanda y Luxemburgo, que expresaron su enfado a primera hora de la tarde. Para calmar los ánimos, tanto Merkel como Hollande recalcaron a la llegada al Consejo Europeo que el formato en el que se toman las decisiones de los países que forman el euro sigue siendo el Eurogrupo, aunque se mostraron dispuestos a escuchar a Tsipras y arroparlo en una maniobra más orientada a recabar apoyo político que a lograr resultados concretos.

«Los griegos deben demostrar que hacen las reformas esperadas y Europa debe poner a disposición de Grecia los medios financieros para cumplir con los compromisos», subrayó Hollande. «No deben esperar una solución, ningún hito», advirtió Merkel, quien recalcó que una cumbre europea «no es el marco», puesto que «las decisiones se toman en el Eurogrupo y eso seguirá así».

FECHA LÍMITE

El encuentro fue forzado, según diversas fuentes europeas, por Tsipras tras el fracaso de la reunión del grupo de trabajo del Eurogrupo del pasado lunes, en el que no se logró desbloquear el plan de reformas concretas que Grecia debe presentar antes del 8 de abril. Esta fecha es la límite para mostrar los avances en la implementación del plan de reformas si el país heleno quiere empezar a recibir parte de los 8.000 millones de euros de fondos europeos que quedan pendientes del último tramo del segundo rescate.

Grecia, que ha recibido 240.000 millones de euros de Europa y del FMI desde el 2010, está acuciada por graves problemas de liquidez para afrontar los vencimientos de bonos, el pago de salarios, pensiones y devolución de la deuda. Ayer, según fuentes europeas, el país sufrió una fuga de depósitos de más de 300 millones de euros. El país ha intentado infructosamente que el BCE le permita emitir deuda o acceder a mecanismos de liquidez adicionales, pero la institución se ha negado con el argumento de que contraviene los tratados europeos.

LA RESPUESTA

 Ayer, antes de entrar en la 'minicumbre' fuentes europeas avanzaron cuál sería de nuevo la respuesta del BCE a Grecia. «Que vuelva al trabajo, que deje de criticarnos todo el rato, que cumpla el acuerdo de febrero, que no esperen una financiación puente ni el permiso para emitir deuda nueva, y que piensen que esta negociación no se puede hacer a tan alto nivel, tienen que retornar al Eurogrupo», explicaron estas fuentes europeas.

Bruselas dio el visto bueno al plan de reformas preliminar de Tsipras el pasado 24 de febrero, pero con reservas por la falta de detalles y cuantificación económica de las medidas. Las instituciones europeas no están satisfechas con los griegos porque consideran que no se están produciendo avances visibles y el tiempo avanza de forma inexorable.

El presidente del Consejo, Donald Tusk, dejó entrever ayer que las instituciones han aceptado la 'minicumbre' para ofrecer un gesto político que demuestre que «nadie quiere un 'Grexit' (Greece exit, o salida de Grecia del euro, en inglés), y mucho menos una 'Grexident' (salida del euro por accidente). «Mi reacción ha sido inmediata, me he sentido en la obligación de ayudar a Tsipras», dijo Tusk. Lo cierto es que en Bruselas existe un fuerte malestar europeo por las declaraciones divergentes entre Tsipras y su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis. Los alemanes están especialmente molestos con la reclamación de la reparación de los crímenes de guerra nazis de Alemania a Grecia.