LA BARBARIE TERRORISTA

De Algeciras a la yihad

Investigadores de la policía inspeccionan el andén de la estación de Arras.

Investigadores de la policía inspeccionan el andén de la estación de Arras.

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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Una vez más, el terror yihadista de los lobos solitariros amenaza a Europa. La masacre frustrada por unos pasajeros que un marroquí intentó perpetrar en un tren que iba de Amsterdam a París ha puesto el foco sobre la radicalización de jóvenes en España, ya que el autor había residido durante siete años en territorio español y había sido aquí donde había abrazado la versión más extrema del islam.

EL TERRORISTA

Un pasado marginal cada vez más común

"Este individuo vivía en Bélgica, subió a un tren en Bélgica con arma que adquirió en Bélgica. Y llevaba documentación expedida en España", dijo una fuente cercana a las investigaciones para definir a un yihadista sin fronteras. Nacido el 3 de agosto de 1989 en Tetuán (Marruecos), Ayoub El Khazzani, que fue identificado sin ningún genero de dudas por sus huellas dactilares, había residido en España siete años, según fuentes de los servicios españoles de la lucha antiterrorista. Primero vivió en Madrid y posteriormente en Algeciras. Durante esos años, estuvo involucrado en el tráfico de drogas, lo que le valió acumular antecedentes penales, pues fue detenido al menos tres veces. Tras uno de esos arrestos llegó a ingresar en prisión. Ese pasado en la pequeña delincuencia se repite en muchos jóvenes que han salido del territorio de la UE con destino al Estado Islámico.

Durante su etapa en Algeciras, vivió en el barrio marginal de El Salduillo, donde aún reside su familia, dedicados a la venta de chatarra. El Khazzani frecuentó una mezquita salafista de la zona. Eso hizo que apareciera en el radar de los policías que, tras someterlo a vigilancias, decidieron ficharle como un islamista radical. Su pasado en España ha hecho que, desde el viernes, el ministro del InteriorJorge Fernández Díaz, haya mantenido varias conversaciones telefónicas con su homólogo francés, Bernard Cazeneuve, para intercambiar información sobre ese individuo.

LA TRAYECTORIA

Dudas francesas sobre su viaje a Siria

En febrero del 2014, el joven abandonó España. Su extremismo llevó a las fuerzas de seguridad españolas a avisar de ese desplazamiento a los servicios de la lucha antiterrorista de todo el espacio Schenguen alertando de que ese individuo pertenecía al «movimiento islamista radical». Según esas fuentes, El Khazzani se desplazó a Francia, desde donde se trasladó a Siria y llegó a combatir antes de regresar a territorio europeo.

Las fuerzas de seguridad francesas mantienen sus dudas sobre esa trayectoria. Para empezar porque, nada más recibir el aviso español, la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) de Francia le asignó una ficha 'S', el señalamiento de un individuo por el que se insta a los servicios fronterizos o a los controles policiales a alertar si pasa por uno de ellos. Sin embargo, no hubo ningún señalamiento y no hay ningún otro indicio de su presencia en Francia.

También hay dudas sobre su viaje a Siria. Según el diario 'Libération', el único indicio de ese desplazamiento es su presencia en un vuelo con destino a Estambul que salió de Berlín el 10 de mayo del 2015. La ciudad turca es escala habitual de los yihadistas europeos, que desde ahí viajan a Siria.  A finales de mayo, los servicios secretos turcos avisaron de que había vuelto a Europa, concretamente a Bélgica.

La prensa francesa señaló ayer que Al Khazzani formaba parte de la célula terrorista desmantelada en enero por la policía belga en Verviers. En una redada, agentes de operaciones especiales abatieron a dos yihadistas recién llegados de Siria, donde habían combatido en las filas del Estado Islámico, que había recibido la orden de ese grupo de atentar en Europa. Su plan era secuestrar a un policía o un juez y grabar en público su decapitación.

El viernes, El Khazzani declaró a la policía francesa que no quería cometer un atentado, que solo pretendía atracar a los pasajeros del tren y que las armas (una pistola, un fusil kalashnikov, nueve cargadores con unas 300 balas y varias armas blancas) se las había encontrado en un parque de Bruselas.

EL ESCENARIO

Una trampa perfecta para causar víctimas

La decisión de atentar en un tren no es gratuita. Como señala el experto en terrorismo Javier Jordán, la dificultad para perpetrar en territorio europeo un atentado con explosivos es grande. Las armas de fuego son más accesibles. "Esas armas plantean una dificultad. En espacios abiertos, su capacidad de matar es limitada pues nada más oírse el primer disparo, las potenciales víctimas salen corriendo. En cambio, un tren es un espacio sin escapatoria, lo que permite al terrorista causar muchas más víctimas". Un agente dedicado a la lucha contra el yihadismo alerta de las escasas medidas de seguridad en el acceso a trenes y a barcos.

EL ENEMIGO

Francia se consolida como gran objetivo

Para los yihadistas, Francia es el principal objetivo a atacar. El país ha sido escenario este año de cuatro atentados yihadistas, en que han muerto 19 personas. Las masacres de la revista 'Charlie Hebdo' y del supermercado judío así como la decapitación de un hombre en una fábrica de gas. El único país, aparte de Francia, que este año ha sufrido un ataque yihadista ha sido Dinamarca. En el 2012, un yihadista mató a siete personas.