Scarlett Johansson

La liquidez manda

La ruptura de la actriz neoyorquina con Oxfam, tras su anuncio de una empresa israelí de bebida con sede en los territorios ocupados, ha desencadenado todo tipo de chistes y críticas.

PARODIAS. Memes del anuncio de Scarlett Johansson que han proliferado en la red a raíz de la polémica con Oxfam.

PARODIAS. Memes del anuncio de Scarlett Johansson que han proliferado en la red a raíz de la polémica con Oxfam.

POR ANA ALBA

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Scarlett Johansson nunca había sufrido tantos quebraderos de cabeza como en los últimos días. ¿Quién le iba a decir a la rubia explosiva de 29 años que anunciar una soda casera la iba a poner en la diana de las oenegés y los activistas proderechos humanos de medio mundo?

Varias organizaciones escribieron a la artista neoyorquina al saber que había firmado un contrato con la empresa israelí SodaStream para ser «embajadora global» de la firma, cuya central está en el asentamiento judío de Maale Adumim, en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. Los activistas dijeron a Scarlett que era contradictorio anunciar una marca que opera en territorio ocupado y ser embajadora de una oenegé.

El dinero puede más que el altruismo y Scarlett puso fin al culebrón anunciando que ponía fin a «su papel de embajadora de Oxfam» al mantener «diferencias fundamentales de opinión con esta oenegé respecto al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS)», una campaña surgida de la sociedad civil palestina en respuesta a las políticas que el estado de Israel mantiene contra los palestinos. Scarlett no sabe que Oxfam no apoya la campaña de BDS, aunque sí está en contra de comerciar con las colonias judías en Palestina porque son ilegales, según la ley internacional.

La actriz -que es judía porque lo es su madre, cuya familia emigró a Nueva York desde la Rusia zarista- se defendió de las críticas que la machacaban en las redes sociales. A los pocos días de conocerse su contrato con SodaStream, Twitter y Facebook se llenaron de mensajes contra la actriz, a la que acusaban de «apoyar a la ocupación israelí de Palestina». Un grupo de activistas difundió por la red montajes de fotografías donde aparecía la estrella de Hollywood bebiendo su refresco fabricado en un asentamiento ante una cola de palestinos en un check-point, o mujeres llorando por la demolición de sus casas por excavadoras israelís. En Twitter se crearon guerras verbales entre los defensores de la causa palestina y los que apoyan a Israel.

Las organizaciones que respaldan el BDS -muy diversas, no solo grupos propalestinos- lamentan que Johansson haya optado por SodaStream en detrimento de Oxfam, pero están satisfechas «porque gracias a esta polémica se ha hablado nuevamente del sufrimiento de los palestinos en los medios y la campaña del BDS ha estado en las portadas», comenta un activista en Jerusalén.

Scarlett ha causado estragos en Oxfam, en las redes sociales y en la Super-Bowl, el célebre torneo de fútbol americano, que se disputa hoy en Nueva York. La actriz protagoniza el anuncio de SodaStream que se emitirá en la gran final. El vídeo fue vetado porque, en su última frase, Scarlett decía: «Lo siento, Coca-Cola y Pepsi», tras vender las virtudes de la soda fabricada en casa. Pero todo se resuelve y el público podrá deleitarse con ella, después de que la casa haya modificado las palabras del final. Scarlett dice ahora: «Solo me gusta ayudar a la gente».H