Gente Corriente

«Al mundo le han faltado sus 'beatles' mujeres»

Impulsora de música en directo en proyectos como el CurtCircuit, y al frente de Mujeres en la industria musical.

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jcarbo45534835 carmen zapata181031142725 / ADRIANA DOMINGUEZ

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Cándida, la abuela materna de Carmen Zapata (Barcelona, 1963) había nacido en 1885, muy pronto para lo que llegó a hacer siendo mujer. Construyó una fortuna abriendo locales musicales en el norte del África, en la época del protectorado español sobre Marruecos. Eran avanzadas salas donde la cultura tenía un eminente protagonismo. Cándida tuvo dos maridos, el último de ellos 22 años menor que ella. Y a los 42 años tuvo a la madre de Carmen, una madre que en su niñez y juventud bailaba claqué, y que crió a sus cuatro hijos –Carmen es la menor– entre canciones que pasaba el día entonando. Cuando Carmen Zapata tenía 15 años, esa madre le dijo: la independencia económica es la base de cualquier otra independencia. Y, con 21 años, Carmen abrió un bar.

-El Depo (Depósito Legal), en L’Hospitalet de Llobregat –en la foto–. Era el año 1985.

-Yo había empezado a estudiar Derecho, inspirada por la figura de la abogada defensora venciendo al poderoso injusto. Pero en la universidad me desencanté. Y en ese momento en que salíamos de la oscuridad posfranquista, les dije a mis padres que prefería invertir el dinero de la matrícula y los libros del siguiente curso de Derecho en el Depo.

-¿Qué imaginó cuando entró a ver el local?

-Un bar donde sonara música en vivo como en los de Barcelona, el Universal, el Otto Zutz, el Nick Havanna. Se vivía la eclosión del diseño en locales donde sonaban REM, Depeche Mode... Así que dedicamos 9 meses a reformar lo que había sido un taller de coches, foso incluido. Fue el proyecto de carrera de un amigo arquitecto. Yo me rapé una parte del cabello y la otra la teñí de colores. 

-Valiente como su abuela...

-Me formé como barmaid (femenino de barman), hice un curso de coctelería, era muy buena preparando cócteles. Organizábamos fiestas temáticas. Cada tarde había cola. Nos cerraron el local 7 veces por ruido.

-Como gerente de la Associació de Sales de Concerts de Catalunya (ASACC), debe saber bastante de decibelios...

-Sí. Incluso salas con expedientes impolutos, con la ley antitabaco lidiar con tantos meses de buen clima en Catalunya, lo alto que hablamos, la venta ambulante de bebidas, los muchos fumadores y fumadoras, y las paredes de papel de nuestros pisos. Es una ecuación perfecta para el conflicto. Hay que hacer pedagogía, concienciarnos de que el futuro de los locales que nos gustan depende de si montamos sidrales o nos comportamos éticamente.

-Otra lucha tal vez más en silencio pero no con menos empeño es su promoción de mujeres y grupos de mujeres o mixtos.

-Seguimos siendo una minoría de mujeres en la industria de la música, cuando yo veo currículos de ellas mucho mejores que los de muchos hombres. Nuestra industria machista ha invisibilizado a las mujeres durante años. Y en el mundo nos han faltado nuestros 'beatles' mujeres. Pero cada vez veo más hombres que se ven rebotados en esa imagen machista de otros y es bueno que así sea, que lo vean ellos mismos.

-CurtCircuit (www.curtcircuit.com) y Club Circuit (www.clubcircuit.cat) equilibran.

-Desde pequeña me han indignado mucho las injusticias. Veía a las mujeres poner y recoger la mesa y a los hombres fumando y protestaba. Y eso traspasa a todos los campos. Como programadora, ahora llevo las gafas violeta. Busco a las mujeres, las escucho y las programo. Es mi grano de arena.

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-Su labor en Mujeres en la Industria Musical (MIM) es otro grano importante.

-Queremos denunciar el desequilibrio, revertirlo reconociendo e integrando la valiosa labor de mujeres en nuestro sector, y promoviendo proyectos que eduquen en su integración. Al fin y al cabo, la música no tiene sexo, mueve emociones sea quien sea quien nos la ofrezca. Las mujeres también.