El 4G cambia el modelo de negocio de las telecos

Parecía que el 4G, la cuarta generación de tecnologías de telefonía móvil, no iba a llegar hasta el 2014 a España. Pero en apenas un mes no solo se han anunciado los planes respecto a esta tecnología de algunos operadores, sino que incluso ha sido ya puesta en servicio. El 4G es una nueva manera de navegar desde el móvil o tableta, con velocidades punta teóricas de hasta 150 Mb por segundo, mucho más rápidas que la ADSL del hogar. Pero, sobre todo, es una oportunidad para que las firmas de telecomunicaciones cambien de modelo de negocio: de la voz a los datos.

«Ayer teníamos un modelo de negocio basado en la voz. Hoy es híbrido y mañana será solo de datos», asegura Per-Arne Blomquist, consejero delegado y presidente de Teliasonera, matriz de Yoigo. Esta firma sueca fue la primera en poner a disposición de sus clientes una red 4G en Europa. Empezó en el 2009 y ha tenido que reformar por completo su oferta de productos para adaptarse a las nuevas necesidades del consumidor: las tarifas ya no se basan en los minutos y los SMS, sino que estos son siempre ilimitados y el precio del servicio depende de los datos (hay tarifas de desde 2 Gb a 20 Gb al mes). Y si se agota lo contratado, hay que comprar un bono de 1 Gb.

Los nuevos servicios y la nueva estrategia se traducen en ingresos. Según un informe de Credit Suisse, mientras que en España los ingresos de los operadores de telefonía móvil cayeron casi un 10% en el último trimestre del 2012 (en Grecia bajaron un 13% y en Alemania, un 0,5%), en Suecia la facturación aumentó más de un 2%. De hecho, según Teliasonera, el 4G ha multiplicado por cinco el número de usuarios que han contratado tarifas de internet y por siete la cantidad de datos descargados: de 300 Mb de media en el 2009 a 2,5 Gb que se alcanzarán en el 2014.

MENSAJERÍA / En España, los ingresos del sector están severamente castigados por el auge de la mensajería instantánea (que ha significado un descenso importantísimo del envío de SMS, uno de los productos más rentables de las compañías), por la guerra de tarifas sin fin del sector y por el éxito de los operadores móviles virtuales. «Los datos son nuestra casi única salida», afirman fuentes de una de las principales empresas del sector. «El 4G puede ser el punto de inflexión del mercado», añaden. Lo que falta por determinar es qué modelo de negocio se va a seguir.

La firma que ha estrenado el 4G en España ha sido Vodafone. Operativo desde la semana pasada, aunque para un número limitado de usuarios, comienza ofreciendo servicio en siete ciudades (Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla y Valencia), con una cobertura media del 55%. El operador rojo ha optado por un modelo mixto de tarifas: aunque hasta el 30 de septiembre sera gratuito, a partir de entonces solo estará incluido para algunas tarifas (mínimo 70 euros más IVA al mes). Para el resto, el coste será de 9 euros extra al mes.

El 8 de julio estrenará el 4G el tercer operador de España, Orange. Lo hará en Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga y Murcia, donde está actualmente desplegando su red. «Preferimos salir con una cobertura mínima del 75% en las ciudades, porque el éxito de la experiencia con el 4G es que la comunicación no se corte», afirman fuentes del operador, que aún no ha desvelado si cobrará por el 4G.

Quien sí que ha dejado claro que no quiere clientes de primera y segunda es Yoigo: estrenará el servicio en Madrid en julio, y tras el verano llegará a Barcelona, sin coste extra para sus clientes. «Tendremos que rehacer nuestras tarifas para adaptarlas al aumento del tráfico», afirma Eduardo Taulet, consejero delegado de Yoigo, quien se fija en el modelo de su matriz, Teliasonera, para continuar creciendo en España gracias al 4G.

¿Y cuál es la estrategia de Telefónica? El líder en España no tiene libre la banda de 1.800 MHz, la ideal para el 4G, por lo que para no quedarse rezagada tendrá que mover ficha. Fuentes del sector afirman que está negociando con Yoigo un acuerdo para compartir la red 4G y no quedarse atrás. Al menos mientras no se libere la banda de los 800 MHz, prevista el próximo año.