El burrito solo puede ser blanco

El burrito solo puede ser blanco. Esa es la conclusión de la sentencia  que ha ganado en los tribunales la marca Burrito Blanco, la marca de referencia de ropa de casa. La compañía ha logrado que se anule la marca "El Burrito Azul" concedida para distinguir productos textiles.

La compañía ganadora ha sido asesorada por el departamento legal de Isern Patentes y Marcas. La compañía registró la marca en 1966.

Tras detectar que existía un marca que utilizaba el nombre El Burrito Azul, la empresa inició un procedimiento judicial ante los juzgados de lo mercantil de A Coruña. De ahí ha salido el fallo que reconoce a Burrito Blanco los derechos de propiedad intelectual y ha anulado el registro de la marca El Burrito Azul por considerarla "confundible e incompatible" con Burrito Blanco.

Ignacio Valdelomar, responsable de Isern Legal Patentes y Marcas destaca la importancia de defender la marca y luchar por evitar que otras empresas se aprovechen del éxito ajeno mediante la confusión con un nombre similar. Esta compañía recomienda vigilar constantemente marcas similares "que puedan aprovecharse del prestigio de otros para comercializar productos que lleven al cliente a confusión".

DE SÁBANAS A COJINES

Burrito Blanco cuenta con una extensa gama de sábanas, fundadas nórdicas, colchas, edredones, cojines y todo tipo de ropa de casa.

La compañía nació en los años 50 del siglo pasado de la mano de su propietario Francesc Burés i Borràs. Su primera sede fue la Casa Burés, emblemático edificio barcelonés modernista construido entre 1900 y 1905, obra de Francesc Berenguer i Mestres, estrecho colaborador de Antoni Gaudí y ubicado en la esquina de las calles Ausies March con Girona, en el Eixample barcelonés.

La compañía es actualmente propiedad de la familia Melul Nacmías, que en su día la adquirió a los Juncadella, los úlitmos representantes de la saga burguesa que la fundó.