EL DEBATE DE LA CONCILIACIÓN

El Gobierno busca un pacto para que la jornada laboral acabe a las 6 de la tarde

MERCEDES JANSA / MADRID

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La iniciativa de la Generalitat de poner en marcha una revisión de los horarios para, entre otras cosas,  facilitar la conciliación de la vida laboral y personal, parece que crea escuela. Aunque sin el paso previo de una campaña de concienciación, como anunció el Govern hace un par de semanas, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha puesto en marcha la rueda que debería permitir homologar a España con el resto de los países de la Unión Europea (UE), un proceso no exento de obstáculos. De momento, se ha expresado una voluntad a través de Fátima Báñez, ministra de Empleo, quien en el Congreso de los Diputados ha anunciado que buscará un pacto para que, con carácter general, la jornada laboral termine a las seis de la tarde.

Aunque la conciliación necesite de algo más que la fijación de una hora de salida del trabajo, la ministra quiere que las organizaciones empresariales y los sindicatos aborden esta cuestión en la negociación colectiva en las empresas y en los sectores. El Gobierno por su parte estudia las “posibilidades” que tendría el cambio del uso horario. Como medidas complementarias para facilitar la conciliación laboral y familiar, Báñez ha propuesto, en la comisión de Empleo de la Cámara Baja, la extensión del teletrabajo y la creación de un banco de horas que permita mayor flexibilidad.

LAS EXCEPCIONES DE RAJOY

En todo caso, ninguna de estas ideas es nueva, no solo para las empresas, los sindicatos, los trabajadores o los expertos sociales, sino para el propio Gobierno. Mariano Rajoy las explicó, incluso con más detalle, durante una convención del PP el pasado mes de abril cuando el Gobierno estaba en funciones y se preparaban las elecciones del mes de junio. Entonces, el jefe del Ejecutivo habló de un "acuerdo político" con carácter general del que excluía a los servicios públicos y a las empresas con varios turnos de trabajo.  

El banco de horas, que se implantaría previo acuerdo en los convenios colectivos, permitiría acumular tiempo extra de trabajo a cambio de atender en el momento necesario asuntos familiares, como, por ejemplo, las reuniones de los padres de alumnos. El PP también barajó en su día la posibilidad de dar un certificado de calidad a las empresas con horarios compatibles con la vida privada, que tendrían beneficios fiscales.

La ministra no ha profundizado en qué entiende por teletrabajo y cómo se combina esta práctica, muy extendida en otros países, con el derecho del trabajador a la "desconexión" de sus jefes una vez que ha terminado la jornada laboral ordinaria.   

EMPRESAS CONECTADAS

Hay varias dificultades para llevar estas ideas a la práctica. Una de ellas, las reticencias de las grandes empresas o de las corporaciones que realizan su trabajo durante casi todo el día conectadas a países con diferentes usos horarios y en un mundo globalizado. Por ello, la ministra ha apelado a las empresas de mayor tamaño para que hagan un esfuerzo por cambiar sus actuales prácticas, entre otras, la de dedicar demasiado tiempo, en comparación con otros países europeos, a la hora del almuerzo.  

Con un modelo económico que implanta horarios comerciales cada vez más prolongados al menos en las grandes ciudades y para el régimen de negocio de los centros comerciales y las grandes superficies, lograr la conciliación requiere un fino ajuste. Las ventajas de que la jornada laboral acabe a las 18 horas chocan con los deseos de otros consumidores que quieren tener una oferta de tiendas más tiempo abiertas. Los trabajadores de los comercios con horarios de atención al público cercanos a las 24 horas tendrían difícil la conciliación, excepto que en la negociación colectiva se establecieran claramente turnos de trabajo, según apuntan los sindicatos.