lOS EUROPEOS DE NATACIÓN DE BERLÍN

La sincro pierde onda

España baja al tercer puesto en dúo y equipos y se ve sobrepasada por Ucrania en todo menos en solo

Ona Carbonell y Paula Klamburg, en la final de dúo en que fueron terceras, ayer.

Ona Carbonell y Paula Klamburg, en la final de dúo en que fueron terceras, ayer.

JOAN CARLES ARMENGOL

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Ya es un hecho. España ha bajado un peldaño en la natación sincronizada. Siguen en puestos de medalla, no se bajan del podio, pero las sirenas de la piscinas, las funambulistas del agua, se han dejado sobrepasar por una potencia pujante que será la que, en el futuro, comprometerá el dominio de sus vecinas rusas. Ucrania se impuso ayer a España en la lucha por la plata tanto en dúo como por equipos, y hoy partirá con ventaja -en la última jornada de la especialidad en los Europeos de Berlín- en la final de combo (10 nadadoras juntas en escena, 18.00 horas). Solamente Ona Carbonell, en la final de solo (10.00 h.), está en disposición de mantenerse por encima de la representante ucraniana, en este caso Anna Voloshyna, que partirá con una desventaja de casi tres puntos con respecto a la barcelonesa.

La sincronizada española ha perdido un poco la onda en el concierto internacional, aunque la mayoría de los motivos que explican este bajón parecen razonables. Los Europeos son la primera escala del nuevo ciclo olímpico que culminará en Río 2016, tras los Mundiales de Kazan 2015 (Rusia). Así que es la competición, en teoría, menos trascendental. La renovación en la selección ha sido profunda, comenzando por el equipo técnico, tras el polémico despido de Anna Tarrés a finales del 2012. Y, en cuanto al dúo, se ha debido cambiar en las tres últimas citas: Carbonell ha tenido a su lado a Andrea Fuentes (JJOO del 2012), Marga Crespí (Mundiales de Barcelona 2013) y, ayer, a Paula Klamburg, sustituta de la mallorquina, operada de la cadera a principios de año.

DOS BRONCES / Sea por una cosa o por la otra, el dúo español, a los sones de la canción Tempus Fugit y equipado con un bañador  diseñado por la propia Ona Carbonell inspirado en los relojes blandos de Dalí, acabó ayer tercera en la final (181,2331), a 6 décimas de las ucranianas Voloshyna y Lolita Ananasova (181,8483) y a casi siete puntos de Rusia, que reservó a su solista Svetlana Romashina y alineó a Svetlana Kolesnichenko y Daria Korobova (188,0391).

La jugada se repitió casi de forma calcada en la final de equipos, ganada claramente por la inabordable Rusia (189,7601), por delante de la pujante Ucrania (184,1484) y de la decreciente España (182,4800). Las chicas de la seleccionadora Esther Jaumà presentaron el mismo ejercicio de los Mundiales del año pasado, al ritmo indio de Samsara, mientras que las ucranianas ejecutaron un ejercicio nuevo, y con más acierto: ampliaron a dos puntos la ventaja de uno que llevaban de las preliminares. España, en su renovación de coreografías (en estos Europeos presenta cuatro nuevas), no tendrá todos los ejercicios totalmente renovados hasta los Mundiales del año que viene.

PLANTAR CARA / Incluso contando con las dos platas que el equipo español debe ganar hoy (solo y combo, una modalidad estas última en que Rusia no compite), será el peor balance en los Europeos celebrados en este siglo. España, además, no había bajado del segundo puesto desde el 2006. La parte positiva es que sigue en todos los podios y las ganas de las jóvenes nadadoras de plantarles cara a las ucranianas.

«Los jueces nos han puesto muy cerca, pero creemos que mejorando coreografía y ejecución estaremos ahí. En técnico las hemos ganados, así que estamos muy a la par», aseguró Carbonell sobre el duelo en dúo con Ucrania. La líder del equipo habló de «algún fallito corregible» en su ejercicio con la debutante Klamburg, que explicó su experiencia: «Estaba un poco nerviosa al principio -incluso me he levantado una hora antes- pero luego me he sentido muy bien y a gusto nadando con Ona».