El Madrid no falla y corta la racha del Nápoles

El equipo de Zidane remonta el tanto de Mertens a base de explotar las carencias defensivas del conjunto italiano

Benzema marca el primer gol del Madrid.

Benzema marca el primer gol del Madrid. / periodico

ANTONIO MERINO / MADRID

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La racha del Nápoles terminó en el Bernabéu, donde el Madrid cortó de raíz cualquier aspiración de un equipo que cayó víctima de su valentía y de su escasa experiencia en labores de alto nivel como requiere la Champions. Esa fidelidad terminó por acercar al suicidio a un equipo con dos vertientes, la del centro del campo hacia adelante y la de una defensa de cristal, que el Madrid aprovechó para pegar primero y poner en franquía una eliminatoria que tiene color blanco. El equipo de Zidane se sobrepuso al tanto de Insinge tras un grave error de Navas y se disparó en el marcador con los goles de BenzemaKroos Casemiro.

Parecía que no iba de farol el Nápoles con ese márketing de resultados y esa vitola de 18 partidos sin perder con la que se presentaba en el Bernabéu unida a ese punto de locura que pedía Maurizio Sarri, técnico del equipo italiano, que llevó a su escuadra a discutirle el partido al Madrid. Pese a no mostrar ningún tipo de complejos y asumir esa falta de equilibrio entre su descarada verticalidad, mezclada con la pausa en el centro del campo a la espera de que su rival saliera a buscarle, sus lagunas en defensa propiciaron que el conjunto italiano coqueteara con el suicidio.

ERROR DE KEYLOR NAVAS

ERROR DE KEYLOR NAVAS No dudó el Madrid en exprimir esos agujeros en la zaga italiana desde que el balón comenzó a moverse. Con James de titular, en detrimento de Lucas Vázquez e Isco, el equipo de Zidane encontró lo que andaba tiempo buscando, la mejor versión de Benzema. El delantero francés, enchufado como pocas veces, se movió por el balcón del área como un bailarín. Pudo marcar a los 20 segundos, pero Reina sacó una mano prodigiosa.

Con el Madrid firmemente decidido a aceptar el duelo vertiginoso con el esperado cambio de disparos, el Nápoles encontró lo que nadie esperaba, un error tremendo de Keylor Navas, al que pilló muy adelantado Insigne en un disparo lejano. Un borrón que no solo desniveló el marcador a los ocho minutos, sino que provocó que el Madrid entrara en una dinámica más cercana a la revolución que al orden.

EMPATE DE BENZEMA

En ese aluvión de acciones, un medido centro con el exterior de Carvajal lo cabeceó Benzema para igualar el choque y espantar los fantasmas. Era el quinto gol del delantero francés en los siete partidos de Champions que ha disputado y una alegría para Zidane, harto de defender una y otra vez a su compatriota, al que el público despidió con una gran ovación.

El empate templó los nervios del Madrid, que se permitió el lujo de frenar su ímpetu. Enfrente, el Nápoles comenzaba a perder esa chispa, ese juego directo cargado de veneno. Sí lo tuvo Benzema, que envió al palo un pase de Ronaldo a tres minutos del descanso.

DESPLOME ITALIANO

La segunda mitad confirmó el desplome defensivo del Nápoles y la jerarquía del Madrid que encontró petróleo en la autopista que dejaba la zaga del equipo de Sarri. Lo comprobó Ronaldo, más solidario que nunca, con una entrada a placer por la banda derecha que terminó con un pase atrás para que Kroos dibujara un disparo colocado que desniveló el marcador (m. 49).

OCASIÓN DE MERTENS

El tanto dejó aturdido al Nápoles, que perdió cualquier control de la situación. Más aún cuando Casemiro, un portento en el centro del campo, aprovechó un rechace para largar un zapatazo con la derecha que explotó en las redes de la portería de Reina (m. 54). A partir, el Madrid buscó agrandar la herida, pero sin dejar de mirar a su área. Volvió Pepe después de más de dos meses y tuvo trabajo porque el Nápoles buscó el gol que le facilitara el trabajo el 7 de marzo en el choque de vuelta.

Pudo hacerlo Mertens, pero lanzó arriba el balón en una ocasión muy clara. Luego Callejón marcó en fuera de juego y acabó desesperado. Todo lo contrario que el Madrid, que pudo aumentar la renta y dejar la eliminatoria prácticamente sentenciada para encarar el infierno de San Paolo, de donde el equipo de Zidane aspira a salir con el billete de cuartos en el bolsillo. 

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