LA JORNADA DE LIGA

El Barça golea pese a los cambios

El once azulgrana tarda en adaptarse a un nuevo sistema y a las rotaciones y liquida al Levante en el segundo tiempo

Bartra para el balón con el pecho y se dispone a marcar el primer gol del Barça contra el Levante.

Bartra para el balón con el pecho y se dispone a marcar el primer gol del Barça contra el Levante. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Era el día más indicado para practicar las rotaciones que otros partidos de mayor enjundia hacían desaconsejables. Llegaba el débil Levante (2 puntos de tres jornadas) que nunca había ganado en el Camp Nou y el público estaría entusiasmado, ávido de fútbol porque solo había acudido dos veces al estadio. La superioridad técnica sería suficiente apra salvar el trámite. Se cumplieron todas las premisas y el Barça goleó pese a tanto cambio (4-1).

Discurrió la historia como podía preverse y el duelo no dejó nada para recordar más allá de cuatro apuntes para debatir hasta el miércoles, con la visita al Celta en la quinta jornada. Luis Enrique ganó tiempo ahorrando 90 minutos a la mitad de los titulares y evitó contratiempos en una tarde que resultó terapéutica por varios motivos. Empezando por el marcador, que brindó al Barça una diferencia holgada cuando hasta ahora solo se había impuesto a sus rivales por la mínima.

BARTRA, ACOMPAÑADO

Volvió a sonreír Bartra, titular por segunda vez, y autor del primer gol que desbrozaba el camino, del mismo modo que lo hizo Vermaelen ante el Málaga. Pero al central le acompañaron ya los cracksMessi Neymar, que no descansaron porque la concesión de Luis Enrique habría rayado la osadía por no decir la imprudencia. Está por ver si los dos forman parte del otro medio equipo que esta semana, que acaba el próximo sábado ante el Las Palmas, debería dosificarse.

A Messi se le agrió luego el gesto tras marcar su golito, de penalti, al fallar otra pena máxima, que quiso lanzar como la primera y la mandó a la segunda gradería. El llamado punto fatídico se cumple extrañamente en un futbolista tan dotado para protagonizar acciones inverosímiles. Asumió el error con rabia, con orgullo. Igual que cuando le hacen enfadar. No paró hasta que sintió reconfortado y anotó el cuatro gol mediante una jugada individual, una de aquellas que llevan su sello.

EL ÚNICO DESDICHADO

El único que acabó desdichado de verdad fue Ter Stegen, que falló en el gol del Levante y enfrió la efervescencia que empezaba a burbujear en el campo, con tres goles en el primer cuarto de horas tras el descanso. El tostón de la primera fase entraba en fase de olvido y caían los goles cada cinco minutos. Por desgracia cayó también el visitante, producto de un error, sin discusión ni interpretaciones, en la salida del meta. El equipo entró en una fase de desasosiego inaudita porque la pretensión granota era tomar el autocar de vuelta con dignidad. El mayor interesado era su entrenador, Lucas Alcaraz, cuyo balance de resultados en el coliseo azulgrana es de sonrojo.

La notable intervención de Luis Enrique invitó a atribuir el deshilvanado juego local a los numerosos cambios. No solo en la alineación (seis jugadores nuevos), sino en la utilización de un nuevo sistema. Solo una vez (ante el PSG en la liguilla de la Champions el año pasado), el técnico había empleado un dibujo distinto al habitual. También le costó al equipo adaptarse a aquel 3-2-2-3 que fue un invento aislado, pero los goles en el primer tiempo reforzaron la confianza del equipo.

DOS Y DOS

Esta vez llegaron tras el descanso, tras una fase inicial que demostró la falta de práctica en el 4-2-3-1, donde Messi ejerció de mediapunta central por delante de Rakitic y Busquets en un doble pivote que nunca fue productivo en Barcelona: dos atendieron el trabajo que suele hacer uno, Busi. La falta de profundidad desvió la mirada al banquillo, donde estaba Iniesta.

A Messi le escoltaron Munir y Neymar en las bandas Sandro suplantó a Luis Suárez tratando de abrir huecos entre los cinco defensas del Levante. No lo abrió el Barça con las entradas de los laterales, ya que Alves Adriano, destemplados en su reaparición, hicieron añorar a Sergi Roberto Alba. Messi y Neymar se buscaron entre sí, mientras los jóvenes bastante tuvieron con cumplir decorosamente para que les toque otra rueda de oportunidades. Como la que disfrutó Gumbau.

Las disfunciones se observaron mientras los puntos anduvieron en juego. Sin automatismos, los azulgranas no hicieron los pases que suelen dar por sistema, por costumbre, tan aprendidos que se ejecutan de memoria. Tenían que pensar y mirar, y la suma de todas esas milésimas acumuladas en cada jugada permitían al Levante replegarse hasta formar una cadena humana frente a Rubén. La rompió Bartra en una acción aislada: un robo cerca del área y un centro de Messi que culminó el defensa todavía en el área equivocada. En el mismo sitio colocó Neymar el 2-0 que anticipaba el desenlace luego ampliado.