Arda Turan se estrena en el difícil puesto de interior

El jugador turco mejora en la seguda parte pero descubre que aún debe pasar por un tiempo de adaptación

M. L.

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Aún siendo muy buen jugador, y Arda Turan lo es, no es nada fácil conocer los mecanismos ocultos del fútbol del Barça. Cuanto más bueno eres, y el turco lo es, más se acortan los plazos. Pero eso no evita a nadie, ni siquiera a él, un centrocampista de talla mundial, ídolo en su país, que deba asumir su período de aprendizaje. Y si es en el campo, mejor aún. Al inicio se le vio activo, especialmente en la presión, como si intentara demostrar a Luis Enrique que no se había equivocado al colocarlo en su debut en tan estratégico lugar del equipo -interior derecho-, ese puesto que exige muchas funciones.

Muchas funciones y todas trascendentes. Tenía que ejercer ahí, tal si fuera Rakitic, de contrapeso para las aventuras ofensivas de Alves y, al mismo tiempo, cuidar las espaldas de Messi, el verdadero dueño del equipo. Por eso estaba tan pendiente Arda, consciente de que no podía cometer errores. Además, un fallo infantil precisamente de Alves complicó el debut azulgrana del exfutbolista del Atlético, ya que no se había llegado a los 10 minutos de partido y el Barça iba ya perdiendo. De ahí su precaución en el pase, cuidadoso y, sobre todo, respetuoso tácticamente.

Inclinado a la izquierda

Tras un buen arranque, Arda se apagó porque el encuentro entró entonces en el territorio que le convenía al Espanyol: mucha interrupción, juego crispado y poca pausa. Además, el turco tenía otro problema. Y este no era blanquiazul sino azulgrana. La fuerza de la luz que irradiaba Iniesta desde el flanco izquierdo eclipsaba cualquier mirada al Barça. Se entonó el turco en la segunda mitad cuando se le vio más conectado al juego y siendo atrevido. Tanto en el pase como en la elaboración, dejando, por ejemplo, un precioso caño que le hizo ganarse los primeros aplausos de la afición azulgrana.

Hasta encontró más a Messi que le sirvió un balón para que disparara con energía desde dentro del área blanquiazul. Pero Pau López evitó el tanto del turco, que completó más de una hora en su estreno. La gente tenía ganas de verlo después de estar seis meses esperándole. Y él ganas de jugar, pese a que también entendió que todo tiene un proceso. Pero ya está ahí.