Purito... y final

El ciclista catalán anuncia en su Andorra del alma la retirada a final de año, entre lágrimas, y situado en la quinta plaza de un Tour en reposo

Purito Rodríguez, en el centro, durante la etapa Vielha-Arcalís del Tour

Purito Rodríguez, en el centro, durante la etapa Vielha-Arcalís del Tour / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / ESCALDES ENGORDANY (Enviado especial)

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Un día, siendo casi un niño, atacó a todos sus compañeros del equipo ONCE, él que era la promesa y el último en aparecer. Y al llegar al final del repecho hizo el gesto –como si hubiera demarrado sobrado–, de fumarse un puro. Como si les dijera a todos “aquí he llegado y aquí, plantados, os he dejado”. Se quedó –de eso ya hace 17 años—con el mote de Purito, para siempre y para la posteridad, para lo bueno y también para lo malo.

Otro día, de eso hace cuatro años, Purito se quedó como ausente, mientras tomaba una coca-cola en un pequeño bar de Milán. “Tan cerca la tuve, tanto...”. Y no llegó a llorar, como este lunes, al anunciar en su Andorra del alma que había llegado la hora de retirarse, de ser exPurito, el que atacaba a todos, sobre todo en esos repechos donde había que ser una ‘cabra loca’ para conquistar la fama. En Milán, en la intimidad, en la confianza (eran otros tiempos) Purito, al día después de casi ganar el Giro, se vio vestido con la ‘maglia rosa’ que por poco le había arrebatado Ryder Hesjedal en el último suspiro.

Y otro día también (de eso hace tres años) convocó una rueda de prensa en un bello pueblecillo provenzal, Vaison la Romaine, en la última jornada de descanso del Tour 2013. Lo que debía ser una conferencia de prensa se convirtió en un diálogo entre dos (eran otros tiempos también) y allí, en la fraternidad, casi en voz baja, cuando pocos creían en la hazaña, lo dijo convencido: “Tengo el podio al alcance”.

COLECCIONISTA DE PODIOS

Dos veces en la Vuelta y una vez en el Tour, aparte de su segunda plaza en el Giro del 2012, son su colección de podios en las grandes vueltas. En el salón de su casa andorrana –ocurrió en otro tiempo pretérito—enseñaba Purito sus‘maillots’ de líder y se quedó mirando el rojo, el de la Vuelta del 2012, el que le quitó Alberto Contador en un día de inspiración por Fuente Dé. Y otra vez con añoranza, otra vez se sintió entristecido y repitió: “Lo tuve tan y tan cerca”.

Como el Mundial de Florencia. Entre Alejandro Valverde, tantas veces su amigo, y él se liaron y Rui Costa, ciudadano del Portugal triunfante, les robó la cartera. Esa noche, en la bella Toscana, Purito le dijo a Valverde lo que pensaba.

Un día se recordará su ciclo ciclistay que él fue el primero en irse a vivir a Andorra y el único que lo hizo por amor a la tierra y no por ahorro tributario. “Este deporte me lo ha dado todo pero ha llegado el momento de anunciar que lo dejo a finales de temporada”. Y se puso a llorar, a sus 37 años. “Quiero dejarlo en lo más alto”, por ahora, quinto de un Tour en reposo, y marcar su despedida oficial entre los Juegos de Río y la duda de acudir o no a la  Vuelta.

En otoño, Purito será historia, él que se atrevió a decir “no” a Manolo Saiz, el que creció junto a Valverde y el que se descubrió como estrella en el Katusha (número uno del mundo, ganador de Flecha Valona, Giro de Lombardía, medallista mundialista y vencedor de Volta y Vuelta al País Vasco) y seguramente se podrá decir aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Que lo fue.

Todas las clasificaciones en la página oficial del Tour.