SUCESO EN EL DISTRITO DE SANT MARTÍ

La muerte a tiros de un senegalés causa disturbios en el Besòs

Un grupo de senegaleses, frente a antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, en la calle de Ferrer Bassa, ayer.

Un grupo de senegaleses, frente a antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, en la calle de Ferrer Bassa, ayer.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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El asesinato a sangre fría de un ciudadano senegalés a manos de tres miembros de una familia de etnia gitana desencadenó una noche de tensión en el barrio del Besòs, en el distrito de Sant Martí de Barcelona, con conatos de disturbios que llevaron a los Mossos a cargar para frenar el volcado de contenedores y la rotura de cristales de coches. A última hora de la tarde los agentes detuvieron a los dos hermanos implicados en la muerte del senegalés, identificado como Ibrahima Dyei, que recibió un tiro en el abdomen. Los detenidos tienen numerosos antecedentes por tráfico de drogas.

La tragedia comenzó a gestarse a las cinco de la tarde cuando cuatro jóvenes senegaleses jugaban a fútbol en un tramo semipeatonal de la calle de Palerm. Según relató a este diario uno de los jóvenes, un vecino de etnia gitana bajó a la calle y les ordenó que dejaran de jugar. Los chicos respondieron que no iban a hacerlo y que no debía hablarles de ese modo. Entonces, según este testigo, el hombre volvió a su casa, para bajar de nuevo en compañía de sus dos hijos. «Él llevaba una pistola, uno de sus hijos otra y el tercero iba con un palo. Uno de los hijos disparó dos veces, pero no dio a nadie. Los chicos salieron corriendo y los dos hijos tras ellos con la pistola. Se salvaron porque se escondieron en el piso de un senegalés», recuerda ese testigo.

La víctima, que había ido a esa calle a hacer una visita y que no estaba jugando a fútbol, intentó mediar en la situación. «Pero entonces el viejo cogió su pistola, disparó y le dio en el abdomen», aseguró el testigo. Fuentes de los Mossos apuntaron, por su parte, a los dos hermanos como autores de la agresión. El SEM envió dos ambulancias que lograron estabilizar a la víctima, gravemente herida, y llevarla al Hospital de Sant Pau donde falleció horas más tarde.

La noticia del fallecimiento corrió entre el colectivo senegalés, un centenar de cuyos miembros se congregaron en la calle de Palerm, ante las miradas del multiétnico vecindario pues ahí, además de personas de este país africano, residen sobre todo españoles, marroquís y paquistanís. En previsión de posibles incidentes, los Mossos d'Esquadra desplegaron varias decenas de antidisturbios.

CONTENEDORES Y CRISTALES / La concentración se desarrollaba pacíficamente hasta que un pequeño grupo de jóvenes senegaleses comenzaron a volcar contenedores en la calle de Ferrer Bassa, perpendicular a la de Palerm. Entre gritos, los chicos rompieron también los cristales de al menos cuatro vehículos y abrieron un extintor.

Los antidisturbios de los Mossos realizaron entonces una carga que, tras unos minutos de tensión, logró reconducir la situación. La conducta de los exaltados fue recriminada por la mayoría de los senegaleses allí reunidos. «Así no se arreglan las cosas. Aquí los senegaleses y los gitanos no tenemos ningún problema. Solo queremos saber qué ha pasado y que se haga justicia», dijo Mustafá, uno de los concentrados.