El comercio exige no recortar las horas de luces navideñas

El cielo estrellado de Aragó, la pasada Navidad.

El cielo estrellado de Aragó, la pasada Navidad.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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¿Habrá noche de paz y noche de amor navideña como en el villancico? De momento ni lo uno ni lo otro para comerciantes y hosteleros de Barcelona respecto a su ayuntamiento. La intención del gobierno de Ada Colau de dar un giro progresivo a las celebraciones navideñas restando peso a la AdaColau iluminación y ornamentación tradicional en favor de otras actividades promocionales más culturales y duraderas no gusta a ambos sectores. De momento han visto como la decoración de diseño previstos para Muntaner y Via Laietana se volatilizaban al anunciar el consistorio que no los sufragará y sin que los comercios de la zona puedan asumirlo por falta de recursos. Pero aunque este año se mantienen el resto de calles principales -los contratos ya estaban en marcha-, el sector teme que el tijeretazo de kilovatios llegue ya con menos horario y días de encendido. Les han anunciado que se activarán 30 días antes de Navidad. Y les parece poco.

Evolución

El año pasado se alcanzó un récord de 47 días de luces, al pulsar el botón el 21 de noviembre. Era una demanda fraguada durante años, ya que el comercio de la ciudad (del grande al pequeño) está convencido de que la escenografía es determinante en el ambiente y la compra. Y aunque el mensaje suene consumista, todas las entidades de comercio defienden que tras años de caídas de ventas por la crisis, el periodo navideño es crucial. En la misma línea se pronuncia el Gremi de Restauració de Barcelona, que durante años pugnó por una ambientación como en las grandes ciudades europeas. También por un horario de iluminación más dilatado, que el año pasado se prolongó una hora, de 18.00 a 00.00 horas entre semana, hasta la 1.00 los fines de semana y las 2.00 los festivos especiales. Su argumento es que «la restauración contribuye a la actividad de los ejes comerciales, pero si la iluminación está cerrada a la hora de las cenas muchos empresarios no ven la razón para asumir este gasto», explica Roger Pallarols, su director general.

En la Fundació Barcelona Comerç son conscientes de que una medida de marcha atrás en el horario puede hacer apearse a muchos socios gastronómicos que cofinancian los montajes. Por eso piden que no haya una marcha atrás. El ayuntamiento sufraga el 50%, pero el resto corre a cargo de las entidades de comerciantes, con algunos ejes menores con a presupuestos muy modestos.

Otra decisión que tiene en vilo al sector es la fecha de inicio. El comisionado municipal de Comercio, Miquel Ortega, afirma que se anunciará vía decreto. Pero calendario en mano, si se da la luz un mes antes de Navidad -como se ha dicho a las asociaciones- correspondería hacerlo el 25 de noviembre, miércoles. Y como se suele a activar la campaña en viernes, el comercio teme que se pase al 27, que sería una semana más tarde que en el 2014. El colectivo no cree que se impulse el 20, porque sería ganar luz respecto a la anterior edición, que es todo lo contrario a la filosofía del nuevo gobierno. Ortega quiere ir reduciendo este peso ornamental en pro de otras acciones, como avanzó EL PERIÓDICO ayer.

El consistorio considera que el modelo iluminación masiva=consumo está «caduco», aunque el consumo eléctrico ha caído en picado con los leds. «No ampliaremos las zonas iluminadas», defiende Ortega. Y como es un tema delicado y la mayoría de encargos técnicos ya estaban hechos, la primera iniciativa municipal ha sido desactivar las bases del concurso de diseños para engalanar dos calles importantes. Muntaner solo tenía hasta ahora adornos en dos de sus tramos (donde hay más comercio), mientras que la Via Laietana tuvo un montaje sencillo el pasado año y en esta ocasión se iba a engalanar de arriba a abajo.

Chasco

Para la primera había una dotación de 55.000 euros (entera) y para la segunda, 30.000. Bajo el mandato de Trias se acordó (por consenso) ir añadiendo color a nuevas calles en las que no hubiera la suficiente masa comercial, pero que por su importancia mereciesen una dotación extraordinaria. El año pasado fueron Gran Via Aragó, siguiendo la estela de Balmes. Este año se ampliaba el asunto. Pero Ortega considera que si quieren luces deben abonarlas al 50%, como en otros ejes.

Amén del chasco que se han llevado los diseñadores que han presentado 53 propuestas, en Muntaner Via Laietana están que trinan. Cuenta Salvador Albuixech, de Barnavasi, que para los asociados es imposible asumir la mitad del montaje integral, por lo que mantendrán los dos tramos de siempre (de Bonanova a Mitre y de Via Augusta a Travessera de Gràcia), con una aportación máxima de 12.000 euros por su parte. En Via Laietana, no salen de su asombro. Ni pidieron subvención ni encargaron luces, pensando que todo estaba atado. Su presidente, Xavier González, duda si están a tiempo de un Plan B. A lo sumo, «algo sencillo» en la línea de los 6.000 euros que reúne la treintena de asociados. Y es que se trata de una calle poco comercial pero de gran trasiego y la entidad estaba ilusionada con la puesta en escena de este año. «Era una forma de redimir un poco lo deprimida que estaba esta calle comparada con otras, y los años que llevamos esperando la reforma. Lo habíamos tomado como un primer paso», se lamenta el dirigente.

CiU, PSC, ERC, Ciutadans y PP dieron apoyo pleno al comercio en la comisión de Economía del lunes, al coincidir en que necesita el empujón de la parafernalia festiva y que la imagen de Barcelona jamás lució como en el 2014. La pelota está de nuevo en el campo de Colau.