LA CIUDAD DESENCALLA UN PROYECTO ESTRATÉGICO

Barcelona pacta con Fomento que La Sagrera sea menor y más barata

CRISTINA BUESA
BARCELONA

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La única forma de garantizar la construcción de la segunda estación de AVE de Barcelona, la de La Sagrera, es implicar a un operador privado. El calado del equipamiento, los enormes costes que lleva aparejados y las diezmadas finanzas públicas han ralentizado los trabajos hasta el punto de hacer peligrar su construcción. Los trabajos estaban prácticamente parados y lo peor era que no se preveía una salida ya que hacía más de un año que no se entregaban obras. Así lo admitió ayer el alcalde Xavier Trias en la firma del «protocolo de intenciones» entre el Ayuntamiento de Barcelona y el administrador de infraestructuras ferroviarias Adif, que depende del Ministerio de Fomento.

La solución ha sido replantear la macroestación. Hacerla más pequeña y por lo tanto más económica. No obstante, su viabilidad no solo dependía de abaratar el presupuesto --cuyas últimas estimaciones alcanzaban los 820 millones de euros-- sino también de ver de dónde se sacaban esos fondos, cuantificados ahora en 650 millones. Con toda pompa, Trias eligió el Saló de Cent del ayuntamiento para, acompañado de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y elconsellerde Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, entre otras autoridades, anunciar que ofrecerán a un operador privado que se encargue de construir la parte comercial a cambio de que aporte entre 300 y 350 millones de euros.

CONCESIÓN A 60 AÑOS/ La concesión, que deberá sacar a concurso el propio Adif en un plazo de un año y medio, será a 60 años. El desembolso se producirá al elegir al socio, al inicio de la operación para así garantizarla. La idea es del consistorio barcelonés y permite desencallar un proyecto llamado a «revitalizar la zona», según Trias, que aseguró que probablemente el acuerdo de ayer es el más importante que suscribirá durante su mandato municipal.

El alcalde, la ministra y elconsellerrepitieron los elogios recíprocos acerca de la voluntad dialogante que, según ellos, les ha permitido cerrar el acuerdo. También subrayaron la importancia de afrontar una obra con la máxima austeridad posible. Lejos quedan los espectaculares bocetos de la estación del 2009 cuando las plusvalías de los pisos que supuestamente se debían construir en los alrededores de la estación pagarían el mastodóntico proyecto.

SIN CALENDARIO/ Se respiraba cierto alivio entre las autoridades de todas las administraciones y los responsables de las empresas públicas Adif y Renfe. Pero la concreción no alcanza el calendario. La única referencia temporal la hizo Xavier Trias («que sea lo antes posible») y después fuentes municipales dijeron con poco convencimiento que mantenían el 2016 como fecha de finalización. La clave será la rapidez con la que Adif encuentre un socio. Habrá un operador que comercialice los 6.000 metros cuadrados de techo comercial del vestíbulo y es probable que haya un inversor de origen chino.

El redimensionamiento de la estación de La Sagrera incluirá también cambios en los accesos, aunque las modificaciones no supondrán ningún cambio en lo que al servicio ferroviario de alta velocidad supone. La ministra de Fomento destacó que la planificación «rigurosa» había permitido que «donde había lujos, ahora no los haya» y se quejó de que sus predecesores se habían comprometido con ciertos proyectos sin que les avalaran los presupuestos.

255 MILLONES GARANTIZADOS/ A la espera de que el sector privado se apunte a laaportaciónde 300 millones de euros, de momento lo único que está garantizado es la parte de Adif, que a su vez le ha sido entregada por el Ministerio de Hacienda. Son cinco pagos de 51 millones de euros que, de acuerdo con la disposición adicional tercera del malogrado Estatut, corresponden para el pago de esta infraestructura.

Con estos 255 millones de euros garantizados, en la casa consistorial esperan poder ver más movimiento en La Sagrera. Según sus cálculos, la estación intermodal recibirá 100 millones de usuarios anuales pero esto será en un plazo de 20 años. De momento, a corto (o medio) plazo, se deberán conformar con 30.