Las propuestas de cena de lujo no pierden fuelle

es una noche única, por lo que algunos se permiten incluso excesos al estilo Cenicienta. Es decir, ciudadanos que normalmente tienen economías modestas pero que se desmelenan de vez en cuando para estrenar el año a lo grande. Los mejores hoteles de Barcelona –precursores del Fin de Año de lujo que ha ido ganando terreno en la ciudad– harán el esfuerzo en esta ocasión de contener los precios de sus galas o incluso rebajarlas. Pero la mayoría no restarán sofisticación a las propuestas, que incluyen paquetes de alojamiento y suite por 3.499 euros la pareja. Lo sorprendente es que, pese a la coyuntura, muchos esperan llenar como en anteriores años.

Mientras que los restaurantes sitúan las cenas para esa noche, en general, entre 50 y 100 euros, los hoteles de más categoría ofertan habitualmente menús por encima de los 200, donde no faltan exquisiteces tradicionales (ostras, fuagrás, bogavante, trufas y demás). Si se elige el paquete con alojamiento la propuesta resulta más ventajosa.

El impactante precio antes mencionado es obra, por ejemplo del Hotel Me, referente de modernidad, sin ser de lujo, e incluye supercena en su restaurante Dos Cielos, copas en su club, una suite de ensueño en la planta 29 y spa y masajes al día siguiente. El establecimiento también cuenta con propuestas más económicas, por 550 la pareja. O cenas en otro espacio por 160 por persona, con resopón incluido. En el Miramar este año han bajado precios y por 140 euros más IVA ofrecen lujo con vistas añadidas. Si se duerme, el paquete total con desayuno y cava cuesta 520 euros para dos.

TRADICIÓN / Una de las estrellas tradicionales de la Nochevieja es el Hotel Arts, que se suele llenar y se viste de glamur cada 31 de diciembre. Tienen distintas fórmulas (230 euros más IVA en el restaurante Arola y 340 en el Enoteca), pero la clásica por tamaño y ornamentación es la del Salón Gaudí, por 295 euros más impuestos por persona. El chef Roberto Holz mostró hace unos días los ensayos y preparativos de los platos, donde el precio se cimenta en un cóctel inicial a las 20.30 horas, aperitivo de altos vuelos, al que sigue un menú de bogavante y cangrejo real con caviar, una crema de trufa con dim sum de faisán y ceps, mero con royal de erizos de mar y espaldita de cabrito con escabeche de rebozuelos y parmentier de foie.

Todo un despliegue de sabores que se completa con una noche de fiesta y barra libre tras la medianoche. El chez ejecutivo detalla que cada año hay sorpresas, entre las que esta vez destacan el postre (sol de medianoche) con fuego incluido. El despliegue del Arts supone poner en solfa a 50 personas en la cocina y a 110 camareros tan solo para atender el mencionado salón. La laboriosidad del menú y la organización es tal que se empieza a preparar en verano, añade Holz. La directora de ventas, María José Escudero, detalla que contra lo que pueda parecer, sus nocheviejas no solo son para turistas adinerados de paso, sino que ya forman parte de la tradición para muchos catalanes en busca de una velada para recordar.

Entre las novedades del año figura el Hotel Mandarin, con menú de 250 euros en su restaurante Blanc, sin que falte el marisco, solomillo, foie y otras tentanciones, mientras que en el Moments (dirigido por Carme Ruscalleda) vale 290, y alinea gambas, espardenyes, rape, pato, caviar y un sinfín de sabores.

PLAZAS COPADAS / El novísimo W propone una cena especial de 150 euros en el Wave, pero solo para huéspedes (430 la noche con entrada y copas en su club). Otro hotel en la cresta de la ola, el Omm, ya tiene copadas todas las plazas del restaurante Moo para esa noche a 190 euros.

Y entre los clásicos, el Juan Carlos I vuelve a lucir su mejor gastronomía en el salón Mare Nostrum, a 205 euros por comensal, con varios bufets de aperitivo y luego una batería de vieiras, lubina, tournedó de ternera y varios postres aptos para resistir una larga noche de baile.

Entre el alud de propuestas hoteleras, el Casanova incluye habitación, cena, masajes, fiesta, desayuno y kit festivo por 492 euros por pareja. En el caso del Murmuri, también en el Eixample, los que no quieran bailar y se alojen, tienen la opción Kit Sensual, para recogerse tan pronto acaben de cenar.