Suárez: "Ni por el triple o cuádruple de dinero me sacan del Barça"

A Luis Suárez no lo mueve nadie del Camp Nou. Tanto le costó llegar al Barça, viajó de Uruguay a Holanda pasando por Groningen y Ajax antes de recalar en Inglaterra vistiendo la zamarra del Liverpool, que el delantero uruguayo no se dejará influenciar por nada. «Sufrí muchísimo para llegar hasta aquí», ha admitido el nueve que ha cambiado la manera de jugar del Barça. Sufrió tanto que hasta pensó que nunca jugaría en el Camp Nou. «Ni por el triple o cuádruple de dinero me sacan del Barça. Es imposible, estoy muy feliz», clamó el goleador, feliz de haber encajado en el ecosistema culé.

«NOS TRATAMOS ESPECTACULAR»

No solo ha modificado Suárez el estilo del Barça –con Guardiola, Messi era el falso nueve; ahora, en cambio, ejerce de extremo derecho– sino que ha establecido una química especial con los dos mejores jugadores del mundo. «Para mí, Messi es el número uno y Ney, por su calidad y por sus números, es el número dos». 

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Entre el mejor y el segundo mejor anda Suárez, disfrutando de su segundo curso de azulgrana como si llevara toda la vida en el Camp Nou. «Queremos dejar huella en el fútbol», recalcó confiado en que el triplete de la primera temporada –ganó más en un año que en toda su carrera– tenga continuación. Todo de la mano del tridente. «A parte de llevarnos bien en la cancha nos tratamos de forma espectacular», subrayó el hombre que fusiona a Leo con Ney en el ataque. «Tanto Ney como yo sabemos que Leo es el mejor del mundo», enfatizó. Por lo tanto, no hay comparación alguna. «Nadie quiere competir contra nadie». Juegan ambos complacidos con Messi. Ni siquiera se enfadó Suárez por no estar entre los tres primeros del Balón de Oro, orgulloso, eso sí, de haber cumplido con su trabajo.

    Más allá de sus 18 goles en 20 partidos (descansó en los dos duelos con el Villanovense y con el Levante) la influencia de Suárez es capital en la estructura del Barça. Se trata, como sostiene Luis Enrique, de «un jugador básico». Y no solo en ataque sino también por su invisible trabajo defensivo. Es el primer defensa en las acciones a balón parado –se coloca siempre en el primer balón de córners y faltas en contra– y por su voraz capacidad de presión que desanima a los centrales enemigos, al tiempo que contagia a sus compañeros. «Estoy feliz, me conozco la ciudad con la palma de la mano y por mucho dinero que me den, aunque me tripliquen o cuatripliquen, no me sacan de aquí», ha insistido.

    No se ve fuera del Barça. Ni tampoco ve fuera a Messi, con quien ha tendido puentes de amistad que trascienden lo puramente futbolístico. Más que un socio de delantera se ha convertido Suárez en un amigo. «Por cómo veo a Leo es imposible sacarlo de aquí, aunque en el fútbol nunca se sabe. Pero él está muy feliz en Barcelona y su familia, también», ha añadido. «Y eso es un plus».

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    Suárez no duda. «Ronaldo es un grandísimo jugador, que ha tenido que ir mejorando año a año, superándose», ha dicho. Messi es algo muy distinto. «Lo de Leo es natural, lo único que ha tenido que aprender es a chutar con la derecha, él es así desde pequeño. Es el mejor del mundo y lo va a seguir siendo por mucho tiempo», ha subrayado el delantero centro, convencido de que al Barça «le sobran cualidades» para intentar mantener el trono europeo por segundo año consecutivo, algo que ningún club ha conseguido en la época de la Champions. «Llevamos seis puntos al Madrid, pero solo cuatro al Atlético, nunca hay que confiarse», ha sentenciado luego Suárez.