Suárez, el otro Balón de Oro

El delantero uruguayo obtiene en el Mundial de Clubs la recompensa que no recibirá en Zúrich al ser elegido el mejor del Mundial

Messi (Balón de Plata), Suárez (Balón de Oro) e Iniesta (Balón de Plata), un trío mágico en el podio de Yokohama tras la final del Mundial de Clubs.

Messi (Balón de Plata), Suárez (Balón de Oro) e Iniesta (Balón de Plata), un trío mágico en el podio de Yokohama tras la final del Mundial de Clubs. / gb

DAVID TORRAS / YOKOHAMA (enviado especial)

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Inseparables dentro y fuera del campo, Luis Suárez no acompañará a Messi Neymar en la gala de la FIFA.  La ausencia del uruguayo entre los tres candidatos al Balón de Oro el próximo 11 de enero era motivo de discusión. La candidatura parte de la base teórica de que le corresponde la misma cuota de mérito en los éxitos del Barça. Como miembro del tridente, la tercera parte. El sitio de 'Lucho' en Zúrich lo ocupará Cristiano Ronaldo, que jugaba ayer en Madrid frente al Rayo mientras los culés se proclamaban campeones del mundo.

    Pero Suárez se llevó un Balón de Oro. Otro distinto. El que le distinguía como el mejor jugador del Mundial de Clubs. No es un premio menor. En la cita final de la trayectoria de cualquier club, se elevó por encima de todos bajo el cielo de Yokohama. Venciendo a Messi y Neymar, lo que disparará la cháchara entre ellos. Suárez ocupó el centro del escenario en la tarima de Yokohama. Por encima, simbólicamente, del plateado Messi y el bronceado Iniesta.

SOCIO DE LOS MEJORES

Se llevó dos trofeos y una pelota. La del triplete de la semifinal. Cinco goles reunió en los dos partidos, convirtiéndose en el máximo realizador de la competición desde que fuera remodelada en el 2000. En ese aspecto podrá mirar de tú a tú a Messi. Pero la humildad que le guía le impedirá decirlo en voz alta. Ni de broma. Otro argentino, César Delgado antó cinco goles en tres ediciones, y el brasileño Denilson sumó cuatro en el 2009. 

 «Disfruto cada día de tener alrededor al mejor jugador del mundo, al segundo y al tercero», decía Suárez antes de marcharse del estadio cargado de trofeos. Hablaba de Messi, de Neymar y de Iniesta, seguramente por este orden. El capitán suplantó la ausencia de los otros dos componentes del tridente en el primer partido. Por esa razón sustituyó también a Neymar en la entrega de metales. «Con ellos puedo estar tranquilo de que las oportunidades llegarán», argumentó Suárez. Su virtud fue transformarlas. En Yokohama rozó la perfección: cinco goles en seis remates.

    En Japón acabó el trayecto de la temporada anterior. Con el cinco de seis del Barça, por segunda vez en la historia, el siguiente partido  (30 de disciembre) les devolverá a la rutina de la Liga. «Después de esta competición, los equipos sufren un bajón. El desafío es que no lo tengamos nosotros», afirmó Suárez, feliz por sentirse «en el momento más feliz» de su carrera. «Quiero más», dijo. Tal vez hablara de viajar algún día a Zúrich.