Aquella derrota de Sevilla

Ni ser líderes destacados, ni ser finalistas, de nuevo, de la Copa del Rey, ni ser la admiración de Europa y virtualmente cuartofinalista de la Champions, pese a enfrentarse a uno de los grandes equipos, el Arsenal de Arséne Wenger, ha hecho que Luis Enrique se crea superior a todos. Y, si el ‘mister’ azulgrana no se lo cree, menos lo piensan sus jugadores. Así que el Sevilla que visitará este domingo el Camp Nou será tratado como todos los rivales que visitan el liceo barcelonista. “No pienso en que estamos a punto de igualar un récord único, 34 partidos invictos, pienso que nos visita un equipo al que ya debimos de ganar en la idea porque aquella derrota fue, a mi entender, injusta. Cuando acabó aquel partido (2-1), pensé que lo habíamos hecho todo para ser ganadores, jugamos mejor y tuvimos más oportunidades que ellos”, ha comentado el ‘mister’ asturiano.

         ‘Lucho’ no cree que el Barça haya cambiado tanto de aquel 2-1 al encuentro del Camp Nou. “Es más, puedo asegurar que somos los mismos. Tanto, que no ha llegado ningún refuerzo en invierno. Insisto, aquel día fuimos superiores y perdimos y, tras aquella derrota, ha habido partidos en que hemos sido inferiores a nuestros rivales y hemos ganado. Así es el fútbol. Pero, sí, futbolísticamente somos los mismos”. Y con los mismos está convencido de que la mentalidad no cambiará. “Ni yo ni mis jugadores pensamos que tenemos suficiente ventaja como para relajarnos en cualquiera de las competiciones en la que estamos. Además, el fútbol no permite medirse, regularse. No puedes salir al campo pensando, bueno, como tengo 8 puntos de ventaja, me suelto….no, no, no, imposible. Un campeonato donde se premia la victoria con tres puntos no te permite relejarte. En cuanto te despistas, te cogen. Es tentador verse campeón, sí, pero hay que competir a tope hasta que lo seamos matemáticamente”.

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         Cuando le preguntaron si había oído decir al lateral colchonero Filipe Luiz que, estando a ocho puntos del Barça, “la Liga ya es imposible”, Luis Enrique no solo dijo no haberlo oído ni leído, sino que mostró su indiferencia. “Ninguna opinión va a cambiar nuestro criterio. Nosotros sabemos que esto aún no está hecho porque el fútbol nos demuestra, día a día, que puede cambiar en tres jornadas. No vamos a creernos campeones antes de tiempo”. Y eso que este domingo puede alcanzar otro récord que parecía imposible: 34 partidos invicto, como el Real Madrid de 1988-89, el de Leo Beenhakker. De momento suma 33 partidos invicto (27 victorias y 6 derrotas), con 100 goles a favor y 18 en contra.