DESENLACE EN EL CAMP NOU

El Barça acaba estresado ante el Athletic

La expulsión de Piqué rompe cualquier posibilidad de remontada en un duelo sin fluidez ante un buen rival (1-1)

Benat impide el avance de Messi durante el partido de vuelta de la Supercopa de España en el Camp Nou

Benat impide el avance de Messi durante el partido de vuelta de la Supercopa de España en el Camp Nou / periodico

JORDI TIÓ / BARCELONA

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Otra vez el travesaño jugó una mala pasada al Barça, igual que en San Mamés con Pedro, lo que hubiera podido cambiar el destino de la final de la Supercopa de España. Piqué se asomó al área y soltó un latigazo que se topó con la madera ante un desesperado Iraizoz. Era el minuto 5 y el equipo de Luis Enrique mostraba sus colmillos como si ya oliera sangre. El mismo defensa central, muy prolífico en el área ajena en esos primeros compases, a punto estuvo de controlar una asistencia de Iniesta, pero el balón se fue por un metro desbaratando la opción de quedarse mano a mano con el meta vasco.

Superado el primer arreón, el Athletic le tomó bien el pulso al partido con claras consignas: balones largos para superar la presión en busca de Aduriz, un maestro protegiendo el balón, bajándolo de las alturas para aprovechar la llegada de la segunda línea. No se escondió el equipo de Ernesto Valverde en su área, consciente de que el 4-0 de la ida le daba margen para tomar un mínimo riesgo. Y no solo lo tomó sino que poco a poco se fue sintiendo cómodo ante las cada vez más imprecisiones azulgranas, especialmente en el disparo. Falló Pedro, que ni tocó la pelota, tras un suave toque de Suárez en córner de Rakitic en una jugada de estrategia y envió la pelota al tercer graderío Iniesta en otra acción franca para el disparo.

Imprecisiones

Sin puntería, y con el Athletic cada vez más cómodo, al Barça le entraban todas las prisas superada ya la media hora. Y estas llevaron a más imprecisiones. Una de ellas a punto estuvo de finiquitar la contienda, pero el mal pase de Pedro Mathieu fue recogido por Javi Eraso, que se vio ante la ocasión de su vida, pero su tiro se estrelló en el exterior de la red de la portería defendida por Bravo.

El Barça se atrancaba en la zona de tres cuartos, con el Athletic moviéndose como una acordeón ejecutando milimétricamente las ayudas defensivas y a Messi le controlaba con solvencia Balenziaga, resarciéndose de la humillación que le infligió el argentino en la final de Copa. Y no hay nada peor para el Barça que no aparezca Leo, o que lo haga sin fluidez y de forma sincopada. Es la peor señal. Y, por desgracia, esa situación se fue agravando.

El equipo azulgrana no fluía y el Athletic tenía el duelo donde quería, alargando los saques de portería de Gorka y rozando la eternidad en los de esquina de Beñat, todo con la anuencia del colegiado madrileño Velasco Carballo, que solo concedió un minuto de más antes del descanso, para desespero de todos.

Tan mala pinta adquiría el duelo que Mascherano decidió ir a la suya. Rompió las líneas rojiblancas en una aventura hacia los dominios de Gorka, abrió a Rakitic, el croata colgó y Suárez, con el pecho, asistió a Messi quien superó al meta con un suave toque. Suave fue el disparo y descomunal la bronca que se montó con Iraizoz dentro de la portería, tratando de ganar minutos al partido con la pelota agarrada cual peluche mientras una montaña de azulgranas trataban de arrancársela. Impropio de profesionales, vamos.

Orgullo sin fuerzas

El tanto dejaba la puerta abierta todavía a una remontada histórica, pero una rabieta descontrolada de Piqué acabó con toda posibilidad. El central protestó como un poseso al juez de línea un posible fuera de juego de Aduriz y se ganó la roja directa. El Barça se quedaba sin remontada, sin Supercopa de España, sin sextete Piqué sin jugar la Liga en San Mamés por la sanción que le caerá.

Con unos menos, el Athletic se supo vencedor y el Barça tiró de orgullo. Sacó fuerzas de donde ya no quedaban y volvió a la carga, con más fe que acierto. Pero el campo cada vez se hacía más grande, los espacios se multiplicaban y las fuerzas ya no daban para más. A ello se unían imprecisones en el pase, como Mathieu, ofuscado hasta ganarse los pitos del Camp Nou, que volvió a acoger miles de turistas y unos centenares de hinchas del Athletic que disfrutaron a lo grande del primer título del club vasco en 31 años.

Sin fuerzas se quedó el Barça y Aduriz, la pesadilla en esta final, volvió a reivindicarse con otro gol, el cuarto de la serie porque ya se despachó con un triple en la ida. El delantero recibió solo ante Bravo, quien acertó en el primer tiro pero ya no en el segundo.

Luis Enrique había relevado a Pedro Rakitic por Sandro Munir, ya a la desesperada, con el reto mínimo por lo menos de asegurar la victoria. Pero ni eso pudo salvar el Barça, que el domingo empieza la Liga, de nuevo en San Mamés. No hay otra que ganar los tres puntos.

Ficha técnica:

1 - Barcelona: Bravo; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Mathieu, Sergio Busquets, Rakitic (Sandro, min.68), Iniesta, Messi, Luis Suárez y Pedro (Munir, min.68).

1 - Athletic Club: Iraizoz; Bóveda, Etxeita (Elustondo, min. 67), Laporte, Balenziaga, Gurpegui, Beñat (Mikel Rico, min.83), Eraso, De Marcos, Susaeta y Aduriz (Kike Sola, min.80).

Goles: 1-0: Messi, min.43. 1-1: Aduriz, min.74.

Árbitro: Velasco Carballo (Comité madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Bóveda (min.30), Eraso (min.41), Pedro (min.45), Aduriz (min.59), Beñat (min.59) y Balenziaga (min.60) y expulsó con roja directa a Piqué (min.56) y Kike Sola (min.86).

Incidencias: Partido de vuelta de la Supercopa de España disputado en el Camp Nou ante 88.834 espectadores.