Andrés Suárez, sensibilidad a destajo

El inquieto artista gallego presenta 'Moraima' en Luz de Gas

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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De "la depresión y oscuridad", a "lo erótico festivo". De "mirarse al ombligo" a "las causas sociales". En este excitante y estimulante proceso se encuentra Andrés Suárez. El artista gallego dio en la diana con su quinto disco, 'Moraima'. Logró situarlo en el número cinco de las listas de ventas y su popularidad no ha hecho más que crecer. El generoso álbum, el primero que ha grabado en directo, sigue propiciándole bolos (incluso cruzado el Atlántico). Tras el descanso veraniego, lo presenta con nuevo impulso y en aforos más grandes. Esta noche recalará en Luz de Gas.

"Me gusta arriesgar. Lo fácil sería estancarse en determinados locales como Libertad 8, el Pay-Pay de Cádiz... Ir a salas que ya has llenado diez años. Es respetable. Pero me interesa crecer, seguir con mi sueño -asegura el artista-. Pensar, vamos a poner carteles y hacer ruido. Creo en la lucha. En que quien siembra recoge".

Suárez se encuentra en la misma división que su amigo Rafa Pons. Voces de autor a los que el talento y el tiempo les está colocando en su lugar. El catalán se atrevió a llenar un Palau de la Música y quiso invitar a Suárez para la ocasión. «Ole Rafa. Es mi hermano. Mi guía espiritual: es tan zen... Hablas con él de amor o de amistad y te suelta una frase épica más publicable que los libros de autoayuda».

Contra el cierre de locales

No se trata de intercambio de cromos. Pero ahora Suárez ha invitado a Pons a participar el 21 de diciembre en el ciclo que él organiza en Santiago de Compostela, 'Santiautor'. "Cuando empecé hace 11 años allí había 50 locales de música en directo. Con el cambio de Gobierno y las nuevas leyes, quedan  dos", se lamenta. Y en una ciudad con "tanta vida universitaria», nada mejor que «reivindicar el enorme talento de canción de autor que hay en este país", explica.

Suárez dejó su Pantín (El Ferrol) natal atrás y se instaló en un Madrid donde, constata, "la situación solo puede desembocar en una revolución". "Todo lo que sucede parece una broma de mal gusto. Y he vivido en estos 13 años cómo se ha prohibido la música en la calle. Llegan a multar a alguien que va por la calle con una guitarra".

La crisis actual, lo que lee en la prensa, le ha inspirado temas que incluirá en su próximo disco como 'Clasificados': "La desesperación en forma de mensaje -describe-. En estos anuncios ves lo que la gente llega a pedir. Y en la letra acabo hablando de desahucios. Yo lamentándome tanto tiempo por un amor no correspondido, pero no veas lo que es que te echen de tu casa".

Su pasión por lo «erótico festivo» se evidencia en el tema que graba por primera vez para su acústico de EL PERIÓDICO, 'Si llueve en Sevilla'. "Toda la alameda me aplaudía cuando mordía más al sur de tu cadera", reza una estrofa. Aclara que el relato es verídico. Y autobiográfico. Pero ya antes, y a dúo con Pablo Milanés, cantó en 'Perdón por los bailes': "La escalera que me hacías bajar para besarte el sexo".