Cambio cimático

Las corrientes oceánicas que regulan el clima en Europa, a un paso del colapso

Los científicos alertan de gravísimas consecuencias: "Catastrófico aumento del nivel del mar y clima extremo en todo el mundo

El sistema de corrientes atlánticas colapsará en 2057, según un estudio científico.

El sistema de corrientes atlánticas colapsará en 2057, según un estudio científico. / pixabay

Ramón Díaz

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El futuro del sistema de corrientes oceánicas que regula la temperatura en Europa y el resto del Atlántico Norte es una preocupación creciente entre la comunidad científica desde hace años. Aunque las evaluaciones realizadas en 2021 por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) sugerían que es poco probable un colapso total en este siglo, un nuevo estudio ha venido a contradecir esa apreciación y a exponer un porvenir mucho más preocupante: de mantenerse el actual escenario de emisiones futuras de gases de efecto invernadero el sistema podría colapsar a mediados de este siglo.

Las consecuencias del colapso de este sistema de corrientes, que redistribuye el calor, el frío y las precipitaciones entre los trópicos y las partes más septentrionales de la región del Atlántico, a través de todo el Océano Atlántico, serían un "catastrófico aumento del nivel del mar y un clima extremo en todo el mundo".

Esta severa advertencia ha sido lanzada por Peter y Sesanne Ditvelsen, de la Universidad de Copenhague, que, en un estudio que acaba de ser publicado en ‘Nature Communications’, resaltan el debilitamiento de la circulación registrado en ese sistema de corrientes en los últimos años.

Estas corrientes, conocidas como Atlantic Meridional Overturning Circulation (AMOC), forman parte de la denominada ‘circulación termohalina’ uno de los componentes más importantes de la circulación oceánica a escala global y factor determinante del clima mundial.

El sol sale sobre unos barcos de pesca en el Océano Atlántico frente a Kennebunkport, en Maine (USA).

El sol sale sobre unos barcos de pesca en el Océano Atlántico frente a Kennebunkport, en Maine (USA). / AP / Robert F. Bukaty

Una mayor desaceleración o la detención total de la circulación podría provocar un clima más extremo en el todo hemisferio norte, un aumento del nivel del mar, el incremento de las tormentas en el Atlántico Norte y una sequía que afectaría a millones de personas en el sur de África, alertan los expertos.

Más frío en Europa

Una consecuencia paradójica del colapso de las corrientes oceánicas es que el futuro de Europa, pese al calentamiento global a causa del cambio climático, podría ser más frío, en vez de más cálido.

"Mientras que un enfriamiento de Europa puede parecer menos severo a medida que el mundo en su conjunto se vuelve más cálido y las olas de calor ocurren con mayor frecuencia, este colapso contribuirá a un mayor calentamiento de los trópicos, donde el aumento de las temperaturas ya ha dado lugar a condiciones de vida difíciles", dice Peter Ditlevsen, del Instituto Niels Bohr.

"Nuestro resultado subraya la importancia de reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero lo antes posible", resalta el investigador. 

Utilizando herramientas estadísticas avanzadas y datos de temperatura del océano de los últimos 150 años, los investigadores calcularon que la circulación termohalina colapsará, con un 95% de certeza, entre 2025 y 2095. Lo más probable es que esto ocurra en 34 años, en 2057, y podría generar grandes desafíos.

Otros científicos, tras examinar el trabajo de los Ditvelsen, han admitido que resulta altamente difícil establecer cuándo se producirá el colapso, pero también que la estimación del IPCC es "excesivamente conservadora".

La puerta de Alcalá, en Madrid, durante la borrasca Filomena, en enero de 2021.

La puerta de Alcalá, en Madrid, durante la borrasca Filomena, en enero de 2021. / EFE / Ballesteros

La predicción de los investigadores daneses se basa en observaciones de señales de alerta temprana que muestran las corrientes oceánicas a medida que se vuelven inestables. Son una especie de ‘huellas dactilares’ que atestiguan la fuerza de la AMOC, que solo se ha medido directamente durante los últimos 15 años.

Estas señales de alerta temprana para la circulación termohalina se han informado anteriormente, pero solo ahora el desarrollo de métodos estadísticos avanzados ha hecho posible predecir cuándo ocurrirá el colapso.

Saltos climáticos abruptos

"Usando herramientas estadísticas nuevas y mejoradas, hemos realizado cálculos que brindan una estimación más sólida de cuándo es más probable que ocurra un colapso de la circulación termohalina, algo que no habíamos podido hacer antes", explica Susanne Ditlevsen, del Departamento de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Copenhague.

La circulación termohalina ha operado en su modo actual desde la última Edad de Hielo, cuando la circulación de hecho colapsó. Se han producido saltos climáticos abruptos entre el estado actual de la AMOC y el estado colapsado 25 veces en relación con el clima de la Edad de Hielo, explican los científicos.

Estos son los llamados eventos de Dansgaard-Oeschger, observados por primera vez en núcleos helados de la capa de hielo de Groenlandia. En esos eventos, los cambios climáticos fueron extremos, con un cambio de 10ºC a 15°C durante una década, mientras que el cambio climático actual es un calentamiento de 1,5°C durante un siglo.

Esquema de la ‘Atlantic Meridional Overtuning Circulation (AMOC), que rige gran parte del clima mundial.

Esquema de la ‘Atlantic Meridional Overtuning Circulation (AMOC), que rige gran parte del clima mundial. / Agencias

La AMOC representa la parte más significativa de la redistribución del calor desde los trópicos hacia las regiones más septentrionales de la región atlántica, sobre todo hacia Europa occidental.

En las latitudes más al Norte, la circulación asegura que el agua superficial se convierta en corrientes oceánicas profundas hacia el sur. La transformación crea espacio para que el agua superficial adicional se mueva hacia el Norte desde las regiones ecuatoriales. De tal manera que la circulación termohalina es fundamental para mantener el clima relativamente templado de la región del Atlántico Norte.

"La conclusión es obvia: Es necesaria una acción urgente, profunda, ambiciosa y sin precedentes para contrarrestar los principales riesgos climáticos", alertan los investigadores. Dicho de otro modo: debe frenarse ya la emisión de gases de efecto invernadero en todo el planeta.

Informe de referencia: https://www.nature.com/articles/s41467-023-39810-w