Compromiso social
Las entidades de ocio fomentan la cohesión social en los barrios
Un estudio impulsado por la Fundació Pere Tarrés demuestra cómo las organizaciones contribuyen a la mejora social

Niños en un centro educativo de la fundación Pere Tarrés / periodico
No hay duda de que las actividades promovidas por las entidades de ocio y socioculturales favorecen el desarrollo de la cohesión social, especialmente porque fomentan la participación, desarrollan el compromiso social y contribuyen a tejer redes de apoyo, entre otros múltiples pros. Lo tienen claro, por comprobarlo sobre el terreno, las organizaciones que trabajan con niños, adolescentes y jóvenes en estos campos, pero a veces son necesarios estudios que lo demuestren y que permitan a estas entidades poder contar con un mayor apoyo por parte de las Administraciones para seguir impulsando sus proyectos, así como para tener un mayor reconocimiento social y educativo por su gran labor. Y una de estas investigaciones que demuestran que las entidades de ocio fomentan la participación vecinal y la cohesión social de los barrios donde actúan es la que han llevado a cabo el Grup d’Investigació, Innovació i Anàlisi Social (GIAS) de la Facultat d’Educació Social i Treball Social Pere Tarrés–URL.
El estudio, titulado 'Ocio, acción sociocultural y cohesión social', se centró en el barrio de la Prosperitat de Barcelona, en el de Bellvitge de L’Hospitalet y en los bilbaínos de La Peña y Otxarkoaga, en los que se analizó cómo las actividades dirigidas a niños, adolescentes y jóvenes que desarrollan estas organizaciones contribuyen a la mejora social. Los responsables de la investigación eligieron estos territorios por estar sometidos a cambios demográficos y sociales relevantes, donde las dinámicas comunitarias son claves para frenar procesos de exclusión social, pero los resultados del trabajo son extrapolables a cualquier zona en la que actúen entidades de ocio y socioculturales.
El estudio constata, por ejemplo, que los barrios donde la mayoría de la población tiene orígenes diversos, la entrada de vecinos en este tipo de entidades suele ser a partir de la participación de los niños en sus actividades, ya sea un 'casal', una entidad deportiva o en la fiesta del barrio. "Esta implicación genera un sentimiento de pertenencia y un espacio idóneo y relajado donde poder trabajar aspectos relacionados con la prevención de conductas negativas, como las relaciones afectivo-sexuales o el consumo de tóxicos", añaden los autores del estudio.
Mayor conciencia
En la misma línea, la investigación detalla cómo los espacios de ocio y acción sociocultural promueven relaciones de amistad. Estas relaciones, aunque coincidan en otros espacios como la escuela o el instituto, en el caso de la infancia y la adolescencia, cobran un valor especial al ir un paso más allá de las relaciones escolares. Según los autores, se trata de “relaciones más profundas, que generan un mayor compromiso interpersonal y de confianza”.
Otro de los grandes beneficios de participar en estas entidades es que los jóvenes que han pasado por estas son más conscientes de las necesidades de su barrio y de las responsabilidades que hay que tomar para mejorar el entorno y la calidad de vida de las personas.
El estudio también habla de desigualdad social. En el actual contexto de crisis económica y financiera los autores concluyen que es básico poner en marcha políticas activas destinadas a evitar la exclusión social en el ámbito del ocio y de la acción sociocultural.
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