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El mundo de la cultura se instala en los barrios del noreste de la capital francesa, que tienen un papel protagonista en la literatura de Virginie Despentes, autora de 'Vernon Subutex'

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Enric Bonet

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Nada que ver con las representaciones de un París de postal en películas como 'Amélie' de Jean-Pierre Jeunet o 'Midnight in Paris' de Woody Allen. En otras obras artísticas recientes, la capital francesa aparece como algo más que un simple decorado, como uno de sus principales personajes. Es el caso de la literatura de Virginie Despentes, de 53 años, y sobre todo de su trilogía Vernon Subutex. La autora del ensayo feminista 'Teoría King Kong' se ha consagrado como uno de los grandes escritores franceses del siglo XXI por su retrato desmenuzado de la sociedad contemporánea. Una radiografía en que el este parisino tiene un papel protagonista.

Tras un frenético proceso de gentrificación, muchos de los barrios de la capital francesa se convirtieron en lugares inasequibles para las categorías modestas. Los distritos X, XI, XVIII, XIX y XX resistieron a ello y aún conservan cierta mezcla social. El protagonista de Vernon Subutex, un punki que tenía su propia tienda de discos y termina como un 'sintecho', deambula por toda esta zona del noreste de París a lo largo de una trilogía convertida en un 'boom' literario en Francia: más de 500.000 libros vendidos y versionada con una serie y un cómic. En la última novela de Despentes, 'Cher connard' (Querido cabrón), publicada en septiembre y que superó en ventas al último Houellebecq, también aparece el ambiente del este parisino.

“Ella misma vive en el distrito XIX (también pasa algunas épocas en Barcelona, igualmente presente en la trilogía) y se trata de una zona donde hay muchos escritores, actores y artistas”, explica a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA Magali Nachtergael, profesora de literatura contemporánea en la Universidad de Burdeos. “Cada vez más editoriales se instalan por esta zona. El este parisino está sustituyendo a la rive gauche como el París intelectual”, destaca. 

El Barrio Latino, que albergó la bohemia en la primera mitad del siglo XX y algunos de los momentos más icónicos del Mayo del 68, se encareció tanto que perdió buena parte de su alma. Y el noreste de la ciudad ha quedado como el lugar donde conviven el intelectual burgués, el joven hípster precario y el trabajador migrante.

Ciudad dividida

división oeste-esteParísizquierda de Mélenchon centroderecha de Macron

A partir de la década de 1970, las fábricas cerraron como un efecto dominó. Eso dejó paso a un periodo de depresión económica en los barrios del este de París, donde al mismo tiempo afloró la contracultura. Los talleres clausurados fueron reconvertidos en espacios ocupados y autogestionados. Allí se organizaban conciertos de música rock, ska o punk. Los fans de los "Sex Pistols" eran los reyes de Belleville, aunque les hacía la competencia un duro rival: la heroína. 

“Estaba por todos lados y había muchos drogadictos que cometían delitos por la calle, como robar a viejecitas, para pagarse su dosis y saciarse. Entonces, esa zona era lo más parecido al Barrio Chino (el Raval) de Barcelona”, recuerda Pierre “Patates”, de 57 años, que en esa época vivía en Belleville y tocaba en un grupo de música ska. “No echo para nada de menos esa época”, añade Pierre, quien ahora es el propietario de una tienda de vinilos cerca de la Bastilla. Su biografía podría haber inspirado perfectamente el personaje de Vernon Subutex.

El París más berlinesco

Vernon posee al principio de la trilogía una tienda de música cerca del metro Goncourt. Es una zona situada entre el canal de Saint Martin, el antaño canal donde las fábricas arrojaban sus residuos y convertido ahora en zona de predilección de los jóvenes para tomarse unas cervezas en la calle, y Belleville. En este barrio empinado, formado por pequeñas plazas y callejuelas llenas de grafitis y collages que denuncian la violencia machista, los punks ya no son los reyes, fruto del cambio de época y de la gentrificación. 

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El canal de Saint Martin / El Periódico

Ahora se trata de una zona de contrastes, donde cohabita una importante comunidad china con hípsters y culturetas interesados por la proliferación de librerías, galerías de arte o bares alternativos, en que uno se puede tomar un café en una terraza enfrente de una pintura callejera gigante. Es el París más berlinesco. 

Despentes describe la metamorfosis del este parisino, de la contracultura y la heroína a la actual zona cosmopolita y de contrastes. Uno de los espacios, muy presente en la trilogía de Vernon Subutex, que mejor describe esta conversión es el parque del Buttes Chaumont. Con una extensión de 25 hectáreas, era a finales del siglo pasado un lugar más bien sórdido y de predilección de aquellos que querían escuchar música y drogarse hasta las últimas horas de la noche. Convirtieron en su escondite las vías de tren abandonadas, llamadas la 'petite ceinture' (pequeño cinturón), que pasan por la parte inferior del parque.

Dos décadas después, es incontestablemente el pulmón verde del este París, una de las zonas con una mayor densidad urbana. Todo tipo de personas van a pasearse enfrente de la cascada, la cueva con cataratas o por el puente de Gustave Eiffel que lleva al mirador en la cima de un parque artificial y heterogéneo, pero con un encanto singular. Es un lugar perfecto para contemplar la comedia humana de la sociedad parisina contemporánea. La misma Despentes ha reconocido ir allí constantemente en los periodos en que vive en París. 

De hecho, en el Buttes Chaumont tiene su bar de predilección. Se trata de la taberna Rosa Bonheur, situada en pleno parque y considerada uno de los lugares preferidos de la comunidad LGBTI de la ciudad. No era extraño ver allí a Despentes con el filósofo español trans Paul B. Preciado (su expareja sentimental), la actriz Adèle Haenel y con otros escritores y actores. Representa el equivalente del Café de Flore —frecuentado por Sartre y Simone de Beauvoir a mediados del siglo pasado— en el nuevo París cultural.

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