La lucha colectiva por una ciudad libre de machismo

En Catalunya, un 80% de las mujeres han sufrido, a lo largo de su vida, algún tipo de violencia machista. Eso significa que la gran mayoría han sido objeto de, desde comentarios, gestos sexuales, intimidación o tocamientos, hasta maltrato psicológico o violaciones. Pero, detrás de las cifras, hay muchas mujeres que sufren en silencio. Y, por ello, es importante, concienciar a toda la población de la importancia de prestar atención a las niñas, chicas y mujeres de su entorno, que pueden estar viviendo una situación de violencia y no saber cómo denunciarla. 

Durante el próximo 25N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Barcelona seguirá siendo un referente antimachista. La Direcció de Feminismes i LGTBI del Ajuntament de Barcelona pone en marcha cada año una campaña de sensibilización sobre la violencia de género dirigida a toda la ciudadanía. Este año, bajo el lema “Pregunta, habla, escucha”, el objetivo es, entre todos, identificar a las mujeres que se encuentran en este tipo de situaciones y dirigirlas, si hace falta, a los servicios y recursos municipales que ofrece la Direcció de Feminismes i LGTBI del Ajuntament de Barcelona.

Más allá de las mujeres

Los servicios municipales no solo dan apoyo a las mujeres, sino que también inciden en las personas de su alrededor. El Centro de masculinidades Plural, por ejemplo, es “un espacio para los hombres que quieren reflexionar sobre otras maneras de vivir la masculinidad y liberarse de ciertos estereotipos y del significado caduco de comportarse como un hombre”, explica Esteve Segura, tecnico de la Direcció de Feminismes i LGTBI y responsable municipal del Plural. “No hay que olvidar que implicarnos en las desigualdades y la lucha contra la violencia machista es responsabilidad de la ciudadanía. Aquí todo el mundo juega un papel importante”, afirma Segura.

Por otro lado, atender a las víctimas es cada vez más complejo debido a la interseccionalidad. En otras palabras, cada vez se tienen en cuenta más factores. “Confluyen otras problemáticas, derivadas del conocimiento de la lengua, la immigración, la situación económica o diferencias culturales, por ejemplo”, explica Glòria Matas, jefa del Departament d’Atenció i Acollida per Violència Masclista del Institut Municipal de Serveis Socials.