Nuevos recursos

Barcelona se consolida como ciudad cuidadora

El consistorio de la capital catalana pone en marcha la Tarjeta Cuidadora para apoyar a las personas que cuidan de otras, tanto de forma remunerada como no remunerada

Es una iniciativa para hacer valer los cuidados como un aspecto fundamental de las políticas municipales y como hilo vertebrador de la vida social y económica de la ciudad

Cerca de un cuarto de la población barcelonesa se ocupa de forma no remunerada o informal del trabajo de cuidados de personas con problemas de salud, de edad avanzada o en situación de dependencia o limitación funcional.

Targeta Cuidadora

Targeta Cuidadora / ÀLEX LOSADA

Anna Solà

Anna Solà

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Barcelona quiere garantizar el derecho a cuidar y a ser cuidado en condiciones y con dignidad. Para ello, el pasado mes de octubre lanzó la Tarjeta Cuidadora, una iniciativa pionera que ofrece recursos, servicios y acompañamiento a las personas que cuidan de personas enfermas, dependientes, con discapacidad o de personas mayores en Barcelona. Está dirigida tanto a las personas cuidadoras de forma profesional, como a las que lo hacen en el marco del entorno cercano. Además, está dirigida tanto a las personas que viven en la ciudad, como a las que viven fuera, pero desarrollan su actividad cuidadora en la ciudad. 

Este recurso gratuito responde a la reivindicación de las entidades del Tercer Sector y a la voluntad de las políticas municipales de responder a una necesidad concreta de la población barcelonesa. Y, es que, tal como reconoce la Direcció d’Envelliment i Cures del Ajuntament de Barcelona, “las personas cuidadoras necesitan una atención especial, fruto de todo el trabajo que hacen diariamente y de la gran tarea que representa cuidar de otra persona. Un trabajo que queremos poner en valor y al que dedicamos servicios y espacios concretos para facilitar la vida diaria de todas estas personas”.

La Tarjeta Cuidadora se ha diseñado de forma colaborativa con entidades, profesionales y familiares, en el marco de la 'Estratègia de suport a les persones que cuiden familiars malalts i/o dependents a la ciutat de Barcelona 2019-2024'. Con este recurso, “reunimos y visibilizamos todos los servicios y recursos de los equipamientos municipales pensados para las personas cuidadoras”, destacan desde el ente municipal. Además, con ello, el consistorio fija la vista en el futuro, ya que el envejecimiento progresivo de la población hará que surja una mayor demanda de trabajos de cuidados dedicados a la vejez.

Tejer redes

Desde su puesta en marcha, se han entregado más de 3.500 Tarjetas Cuidadoras. El perfil de personas cuidadoras que más piden la tarjeta es el de mujeres (85%) del entorno cercano de la persona cuidada, de entre 50 y 70 años, que llevan a cabo esta tarea de forma no remunerada. 

“Decidí sacarme la tarjeta porque tiene servicios que puedo aprovechar,”, explica una cuidadora que prefiere que no figure su nombre. Tiene 84 años y cuida de un familiar enfermo. Por ejemplo, a través de la Tarjeta Cuidadora, personas como ella pueden acceder a servicios de seguimiento psicológico, redes de apoyo mutuo, espacios donde practicar ejercicio y hasta el servicio de préstamo de libros a domicilio de la Red de Bibliotecas Municipales, entre otras ventajas. No todas las facilidades que recoge la tarjeta están orientadas al ámbito de los cuidados: el objetivo es facilitar el día a día y el tiempo de ocio de las personas cuidadoras, en el que, por ejemplo, pueden hacer ejercicio físico a través del programa Cuida’t als parcs.

“En una ciudad tan grande podemos llegar a sentirnos solos. Y las personas mayores tenemos aún más dificultades. Por tanto, cualquier cosa que nos permita relacionarnos y solucionar situaciones difíciles, especialmente entre los colectivos más débiles, pienso que es un éxito”, explica la cuidadora, residente en el distrito de Sant Andreu. En este sentido, la Tarjeta Cuidadora incide en una red de puntos de encuentro y apoyo. Sin embargo, tal como explican desde la Dirección, los servicios más demandados son los de apoyo emocional, información específica de recursos y servicios, así como los de acompañamiento jurídico para la contratación de trabajadoras del hogar y de los cuidados. Asimismo, está previsto hacer un seguimiento y recoger el 'feedback' de los usuarios y usuarias con el objetivo de ampliar y modificar la oferta de servicios según las necesidades y oportunidades que surjan. 

Se estima que en Barcelona hay 350.000 personas que cuidan a otros de forma intensiva —cifra equivalente al 20% de la población de la ciudad—y que, por tanto, son usuarias potenciales de la Tarjeta Cuidadora, tal como apunta el estudio 'Les persones cuidadores al municipi de Barcelona: una aproximació a la seva quantificació'. 322.000 son cuidadores no remunerados (el 56,2% son mujeres) y 30.650 lo hacen de forma profesional. En este último caso, el 90% son mujeres, en gran parte migradas y contratadas de forma irregular. Por distritos, la demanda más importante de tarjetas se da en el Eixample, seguido de Sant Martí, Horta y Nou Barris.

¿Cómo se solicita?

La Tarjeta Cuidadora puede solicitarse en línea (barcelona.cat/targetacuidadora), por teléfono (93 413 21 21) y presencialmente en el Espacio Barcelona Cuida (calle de Viladomat, 127) y en todas las VilaVeïna de la ciudad. 

Acompañamiento en los momentos de vulnerabilidad

En los últimos años, el consistorio barcelonés ha impulsado una serie de proyectos y propuestas para reconocer el valor social de los cuidados y ponerlos en el centro de las políticas municipales de forma transversal. La medida en vigor actualmente es la 'Estratègia de suport a les persones que cuiden familiars malalts o dependents a la ciutat de Barcelona 2019-2024', a través de la cual se ha impulsado el Espacio Barcelona Cuida. Se trata de un equipamiento municipal (calle de Viladomat, 127) que reúne información, orientación y asesoramiento en el ámbito de los cuidados. Es un espacio de referencia que conecta los diferentes servicios y que tiene un rol central en el impulso de la Targeta Cuidadora. Se pueden dirigir a él personas que cuidan a familiares o personas próximas; profesionales del hogar y los servicios sociales, comunitarios y de salud, además de entidades y personas que quieran planificar su cuidado.

En este marco, también se ha impulsado la iniciativa VilaVeïna, 10 equipamientos en diferentes barrios de la ciudad para crear una red comunitaria vinculada con los cuidados y el bienestar colectivo desde la proximidad. Plantea una atención sociosanitaria de proximidad, con unidades territoriales y con los recursos para garantizar los cuidados.

Trabajo reproductivo: historicamente invisibilizado

En Barcelona, una de cuatro mujeres y uno de cada cinco hombres se ocupa de forma no remunerada o informal del trabajo de cuidados de familiares que requieren una dedicación especial por problemas de salud. Los cuidados, remunerados y no remunerados, son un elemento central del bienestar y esenciales en el funcionamiento de las sociedades. 

Una serie de tareas del ámbito reproductivo que injustamente no tienen suficiente visibilidad social ni reconocimiento, en contraposición con el trabajo productivo. Paradojicamente, es también uno de los ámbitos que genera más discriminación y desigualdad social y de género, ya que son tareas que tradicionalmente recaen en la mujer y que habitualmente se llevan a cabo de forma gratuita, precaria y con pocos derechos sociales. 

Conscientes del papel que ocupan en la vida cotidiana de la ciudadanía —todos hemos sido o seremos vulnerables o interdependientes—, y de la necesidad creciente derivada del envejecimiento de la población, el ayuntamiento de Barcelona refuerza las políticas feministas para reducir las desigualdades sociales que generan los trabajos de cuidados y para cambiar el imaginario colectivo para repartir más equitativamente esta responsabilidad.