Adrià Arenas: «Siempre defendemos que la acera es del peatón»

Arenas es secretario del Bicicleta Club de Catalunya, una entidad ciclista formada por usuarios de la bicicleta que defiende los intereses de la bici como vehículo de transporte cotidiano por la ciudad

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Anna Rocasalva

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¿Utiliza la bicicleta?

Sí, a diario hago unos 10 km. Crecí en un pueblecito, Olesa de Bonesvalls, donde utilizaba la bicicleta para todo. Al venir a estudiar en Barcelona me di cuenta que tardaba menos yendo en bici que con el metro. Me compré una nueva y en medio año la amorticé. La bici es un elemento más de mi vida cotidiana. Es un transporte como lo puede ser un coche o una moto para los demás. Creo que es uno de los mejores vehículos para moverse, no sólo por la ciudad, sino también para viajar.

¿Cuáles son los beneficios que le aporta la bici?

Me aporta rapidez, libertad, y una ventaja económica porque no gasto dinero en transporte público, gasolina o parking. Es una forma muy cómoda de llegar a cualquier sitio y, como dijo alguien una vez, es uno de los vehículos que más te acerca a otra persona. Eso es algo que tanto los veteranos de la bici como la gente que ahora empieza a desplazarse con ella comparten. La capacidad que tienes de acercarte con la bici a tu entorno es abismal.

Entrando en materia, ¿qué piensa de que finalice la moratoria que permitía en determinadas circunstancias circular con la bicicleta por la acera?

Desde el Bicicleta Club de Catalunya siempre hemos defendido que las aceras son para los peatones, que en definitiva somos todos. 

¿Entonces, cómo se explica que haya ciclistas que lo hagan?

La ciudad de Barcelona tiene calles con velocidades muy elevadas y se podría llegar a entender que un ciclista inexperto se sienta más seguro por la acera que en calzada. Las cifras de muertos y accidentes así lo atestiguan. No obstante, también tenemos que hacer autocrítica y si pedimos respeto al conductor del vehículo motorizado, no podemos hacerle lo mismo al peatón.  Además, ya tenemos aceras suficientemente estrechas u ocupadas por terrazas y motos que sólo falta que la colapsemos aún más con las bicis. Hay que redirigir la mirada hacia la calzada, pacificándola.

Durante estos últimos años el Ayuntamiento también ha ampliado y mejorado la red ciclista.

A nosotros nos gusta ser críticos constructivos. Constatamos que sí que se ha hecho un esfuerzo en hacer más carriles bicis y en bajar esos carriles que estaban en aceras y colocarlos en calzadas. Pero aún así, también creemos que el carril bici aún tiene carencias y eso hace que la circulación no sea tan segura como se pretende que sea. 

El Bicicleta Club de Catalunya también hace propuestas para mejorar las condiciones de los ciclistas. ¿Nos podría explicar alguna?

Hemos hecho varios estudios para saber cuáles son los factores que incitan o disuaden de ir en bici por Barcelona. Y una de las conclusiones es que el debate ya no está en si carril bici sí o carril bici no, sino lo que hace que las ciudades sean más humanas o más tranquilas es cambiar el foco. Cuando se pide más seguridad, lo que se está pidiendo en el fondo es una ciudad más calmada, más accesible y donde la prioridad la tengan las personas, donde ese espacio que es la calle esté más repartido. Creemos que la política ciclista no sólo debe ir encaminada a hacer carriles bici sino en hacer todo un conjunto de medidas, como una buena educación vial para los ciclistas pero, también para los conductores de vehículos de motor, o una óptima pacificación del tráfico.