Este es el anuncio de la Lotería de Navidad 2023 | Vídeo

Aunque el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad se remonta al 1812, las campañas publicitarias sobre esta rifa son más recientes.

El primer anuncio de la Lotería de Navidad data de 1958, pero no fue hasta 1998 que comenzó a tener peso entre la sociedad. Fue cuando el actor Clive Arrindell se dio a conocer como 'el calvo' que decía el ya clásico "que la suerte te acompañe". Repitió en el papel hasta 2005 y, desde entonces, en cada Navidad hay una historia diferente y unas expectativas más altas. Algunos anuncios han sido polémicos, pero la mayoría de ellos, llaman a la tradición y, en ocasiones, a la lágrima del espíritu navideño.

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Como ya ocurriera con el anuncio del verano, el de Navidad es un anuncio emotivo. Entonces se hacía un llamamiento a las tradiciones veraniegas, a los pueblos, a la camaradería... al lugar de veraneo, en definitiva. Bajo el lema "¿Y si [el Gordo] cae aquí?", Loterías y Apuestas del Estado mostraba las vacaciones en familia, imágenes de abuelos cogiendo de la mano a los nietos para ayudarles en sus primeros pasos, a padres enseñando a nadar, a los primeros amigos y las fiestas en las peñas con ellos.

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Secretismo hasta el último momento

La temática de estas Navidades se ha mantenido, como siempre, en secreto hasta el último momento: no se ha hecho público nada en torno a la campaña. Pero no ha defraudado: la historia viene cargada de relatos emocionales, de los que tocan el corazón.

Lo que está claro es que intenta volver a ser, como ya fue el año pasado, "el sorteo que nos une": "un sorteo extraordinario lleno de historias extraordinarias".

En ella, una joven disfruta de su deseo: "Ojalá desapareciera todo el mundo". Está agobiadísima, con cien mil cosas por hacer. Y su padre no deja de insistir en que compre el décimo: es el último día. Pero a Bea, que así se llama la protagonista del anuncio de este año, no dejan de pedirle otras cosas: su hermana que compre el regalo de su padre, que reserve una cena para 17 personas... y de nuevo, su padre. Y además, trabaja.

"Ojalá desapareciera todo el mundo"

Así que llega a casa agotada y, cuando su padre le llama por el décimo, responde airada: "¿Es que lo tengo que hacer todo yo? Ojalá desapareciera todo el mundo". Y se va a dormir, sin haber comprado el décimo. Pero al día siguiente, Madrid aparece vacía, sin nadie. Todo el mundo ha desaparecido. Bea es feliz... pasea por las calles desiertas, disfruta en el centro comercial, baila feliz, se come un gran helado. Va al cine y al Museo del Prado. Es feliz.

Hasta que intenta contactar con su padre que, al formar parte de ese mundo que ha deseado que desaparezca, tampoco existe ya. Coge un décimo de Navidad en una administración (dejando 20 euros en la ventanilla) y se va a casa de su padre, que está vacía, a dormir.

Se despierta con el sonido del sorteo. Y va a la cocina, donde está su padre. Extrañado de verla ahí, Bea le dice que consiguió el décimo. Su padre, indiferente, le dice: "¿El décimo? El décimo es para esto. Para estar juntos", le comenta.

Y finalmente, el lema de la Lotería de Navidad de este año: "No hay mayor suerte que la de tenernos", mientras Bea y su padre se abrazan emotivamente.