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Enseñar a ligar: un negocio en auge en India

Una nueva industria de influencers promete enseñar a hombres heterosexuales a conseguir una chica a través de cursillos acelerados en clubes nocturnos de Nueva Delhi

Las aplicaciones de citas en la India, el país más peligroso del mundo para ser mujer

Los entrenadores de citas prometen enseñar a ligar en las dating apps en India

Los entrenadores de citas prometen enseñar a ligar en las dating apps en India / Irene Benedicto

Irene Benedicto

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Arunav está en la cresta de la ola. Lleva gafas oscuras después de que anochezca y enseña a ligar a chicos socialmente torpes. Criados en una India segregada por géneros, adinerados y con estudios superiores, esperan que el dinero les procure una aventura de una noche sin pagar directamente por el sexo. Solo por ganar sus habilidades para conseguirlo. Por eso Arunav fundó TheBroThing --algo así como ‘cosas de hermanos’-- que se proclama la principal empresa de coaching para citas de la India. Presume de haber cambiado más de 10.000 vidas, de haber generado 3.500 relaciones y haber casado a 690 chicos. El curso intensivo de este fin de semana es en un bar de copas con nombre de pintor francés, Monet, y a más de 2.200 km del mar, recrea un lujo de palmeras altas al estilo Miami Beach en el recién gentrificado sur de Nueva Delhi

El precio de mercado de estos cursos oscila entre las 10.000 y las 30.000 rupias (entre 150 y 400 euros), casi un salario medio mensual en el país. Arunav tiene un asistente que responde a los Whatsapps por él, y un realizador que graba vídeos para su canal de YouTube de 25,1K suscriptores y con videos de 800.000 visualizaciones. Tres chicas en la entrada saludan a los que van llegando. El asistente se refiere a ellas como “las modelos” y ellas se refieren a Arunav como “un amigo al que están ayudando”. Se conocieron de fiesta hace unos meses y ahora hacen de conejillos de indias para los estudiantes -- y les hacen creer que progresan con sus trucos para ligar. No cobran, pero cuando se está cerca de Arunav, tampoco se paga nada.

Arunav, preparador de citas en India, hace coaching para hombres que usan dating apps

Arunav, preparador de citas en India, hace coaching para hombres que usan dating apps / CEDIDA POR ARUNAV

La noche es sofocante y Arunav solo bebe agua. Sus asistentes están interesados en los canapés que van trayendo y los estudiantes escuchan visiblemente nerviosos desde los sofás mullidos: “Es como si las mujeres tuvieran que mostrarse hostiles hacia el tipo que se les acerca”, afirma Arunav. “Las mujeres no tienen la mentalidad adecuada durante el día, siempre van con prisas. Pero por la noche, es más como en Occidente", promete con una sonrisa.

Arunav hace que todos se monten en su coche. Él al volante, los demás se apretujan en la parte trasera y el maletero. Conduce a ritmo de rap y pasa hacia atrás una botella de vodka. Las chicas lo sirven con gracia en grandes vasos de plástico mientras Arunav se abre paso en la absoluta locura del tráfico nocturno, entre coches y rickshaws verdes y amarillos. Es medianoche. Siempre es hora punta en Delhi.

Los aspirantes a tomar este curso deben pasar por un proceso de selección, explicando sus motivaciones. El staff descarta a los que tienen “objetivos negativos”, como engañar a su mujer --aunque nadie escribe eso en un formulario de solicitud-- y miran las redes sociales de los candidatos para verificar sus historias de vida. Matrimonio o sexo casual, eso no importa, ambos son objetivos positivos.

El preparador de citas Arunav (segundo por la izquierda) en una sesión de coaching, un negocio en auge en India

El preparador de citas Arunav (segundo por la izquierda) en una sesión de coaching, un negocio en auge en India / Irene Benedicto

Todo el mundo miente en las aplicaciones de citas: los hombres dicen que quieren casarse y las mujeres que no”, dice Mark Brooks, americano conocido como el mayor ‘gurú de citas’ de India. Con su equipo de 26 expertos, ha asesorado a más de 100 empresas del sector a ambos lados del océano aunque él conoció a su mujer a la antigua usanza, a través de un amigo de un amigo. Eso sí, en un congreso sobre citas online.

Pregunto a Arunav si él usa las apps con las que hace negocio. “Tengo una cita esta noche”, se ríe. Conectaron esta semana, y casualmente ella está en el club que él eligió para la clase de esta noche. “¡Hay que aprovechar el tiempo!”

En la discoteca, el coach organiza al grupo en formación, los tres estudiantes frente a las tres modelos y pide a Raj (nombre ficticio) que se acerque y entable conversación con una de ellas. Él da un paso adelante y tiende la mano. 

- Hola, soy Raj. Encantado de conocerte. ¿Cómo te llamas? -- y sonríe. 

- No, no, no, no. ¡Es una discoteca! Aquí no se da la mano -- reprocha el profesor, que después de la explicación les anima a ir a la pista de baile donde un DJ de moda se tiene ganado al público. La noche está pensada para evolucionar a medida que aumenta la oscuridad, el alcohol y la confianza

Raj, de metro sesenta de altura aproximadamente, dice que no le gusta el gimnasio. Se gana la vida resolviendo complejos problemas de ingeniería mecánica pero las relaciones humanas se le atragantan. “No estoy aquí para aprender sobre citas, estoy interesado en el arte de la seducción”, dice el chico.

Falta de educación sexual

La psicóloga Tanya Nagpal, afincada en Bombay, es crítica con la floreciente industria de los entrenadores de citas. “La premisa es cómo conseguir una mujer, pero no cómo comportarse realmente en una relación con esa mujer”, afirma.

Las pacientes que acuden a Nagpal tras una violación son cada vez más jóvenes. “Las aplicaciones de citas facilitan mucho la búsqueda de presas a los depredadores sexuales”, explica. La psicóloga admite que a los hombres también les cuesta navegar por la disrupción que han causado estas apps. Al fin y al cabo, los Millennials son la primera generación que tiene citas en India. Antes, sus padres simplemente se casaban. Por eso, argumenta, necesitan de educación afectivo-sexual: atender a las víctimas es una emergencia social en India, pero solo educar a los hombres evitará que crezcan nuevos violadores.

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