Elecciones europeas

Alemania, Francia e Italia abren la campaña europea mirando de reojo a la ultraderecha

La extrema derecha amenaza con condicionar el futuro de la Unión Europea

Así están las encuestas de las elecciones europeas 2024 en España y Europa

La presidenta de la Comissió Europea, Ursula von der Leyen (esquerra), i la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.  | CECILIA FABIANO / LAPRESSE

La presidenta de la Comissió Europea, Ursula von der Leyen (esquerra), i la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. | CECILIA FABIANO / LAPRESSE / Carles Planas Bou

Gemma Casadevall
Leticia Fuentes
Irene Savio
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El proyecto europeo se someterá al examen de las urnas del 6 al 9 de junio con sus tres principales motores en tensión. Alemania, Francia e Italia afrontan la campaña electoral con la extrema derecha disparada en las encuestas y con la incertidumbre de si estos partidos tendrán la llave de la legislación comunitaria durante los próximos cinco años. Las corresponsales de EL PERIÓDICO en Berlín, París y Roma radiografían las líneas maestras de las respectivas carreras electorales.

Entre el giro a la derecha y la toxicidad ultra

Entre el giro a la derecha y la toxicidad ultra

El giro a la derecha de Alemania, la primera potencia económica y demográfica de la Unión Europea, se da por imparable, mientras que la toxicidad de la ultraderecha neonazi asusta incluso al resto del extremismo europeo. Se da por segura la victoria del bloque conservador liderado por Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea (UE) que aspira a un segundo mandato. Los sondeos sitúan a la Unión Cristianodemócrata y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CDU-CSU) por encima del 30% de los votos. Es decir, el doble de lo que se pronostica al segundo, puesto en disputa entre la socialdemocracia del canciller Olaf Scholz y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), aunque algún sondeo coloque casi empatado a los co-gubernamentales Verdes.

A Von der Leyen la perciben sus compatriotas como una superviviente de la era Angela Merkel, de quien fue ministra en sucesivas legislaturas hasta asumir Defensa y de ahí saltar a Bruselas. Sin embargo, del centrismo que representó la CDU en los 16 años de Merkel en el poder no queda nada. Los conservadores alemanes ha girado a la derecha bajo el liderazgo de Friedrich Merz, refrendado por el bávaro Markus Söder, quien siempre representó esta línea. Los acercamientos de la actual mujer más poderosa de Europa, Von der Leyen, hacia la italiana Giorgia Meloni no hacen más que agrandar esta dinámica, por mucho que a escala alemana los conservadores excluyan a la derecha radical como aliada.

Ultraderecha proscrita

AfD parecía tener el triunfo asegurado como segunda fuerza. Pero su extremismo y apuestas neonazis la ha convertido en proscrita. Que a dos semanas de las elecciones haya quedado excluida del grupo Identidad y Democracia (ID) -el de la francesa Marine Le Pen- es el resultado de una suma de escándalos. Primero fue la reunión de Potsdam en que miembros de la AfD, neonazis e identitarios austriacos hablaron de expulsar a millones de ciudados de origen extranjero, lo que sacó a las calles a multitudes clamando por el Nie wieder -o "Nunca más" al nazismo-. A ello se sumaron varios juicios. Uno de ellos, contra su cabecilla más radical, Björn Höcke, acusado de usar proclamas nazis en sus actos. Otros dos, contra la trama golpista de los Ciudadanos del Reich, con vínculos con la AfD y que pretendió asaltar el Parlamento. Y, finalmente, el estupor general causado por su cabeza de lista en las europeas, Maximilian Krah, bajo sospecha de servir tanto a Rusia como a China y que además ha relativizado los crímenes de las SS, los escuadrones de la muerte que operaban durante la Alemania nazi de Adolf Hitler.

Mientras una parte de la ultraderecha europea modera su perfil para avanzar hacia el poder, la alemana es un espectáculo diario de toxicidad extrema. Además, le ha surgido un rival desde el populismo izquierdista: el nuevo partido liderado por Sahra Wagenknecht, con una línea antiasilo similar a las de los ultras. Es la nueva estrella del tablero alemán y araña electorado tanto de la AfD como de la Izquierda clásica, en lucha por su supervivencia.

La extrema derecha francesa, a las puertas de la victoria

La extrema derecha francesa, a las puertas de la victoria

A estas alturas, si nada cambia en las próximas dos semanas, la extrema derecha francesa será la gran vencedora en estas elecciones europeas. Es tan evidente que, este jueves France2 presentaba un debate únicamente a dos; entre el preferido de Emmanuel Macron, Gabriel Attal, y el delfín de Marine Le Pen, Jordan Bardella. Algo que criticó duramente François Xavier Bellamy, líder de Los Republicanos, en la posterior mesa redonda: “Dudé en venir esta tarde y creo que lo ocurrido es en realidad el signo de una crisis democrática bastante sangrienta. (...) ¿Qué permite organizar el enfrentamiento entre estas dos personas? Uno es el Primer Ministro, ni siquiera el candidato. ¿Dónde está, dónde está el candidato?”, recriminaba. 

En Francia, ahora la pregunta no es quién ganará sino, por cuánto ganará la ultraderecha francesa. Según los últimos sondeos, Agrupación Nacional (RN) ganaría con una abrumadora ventaja del 32%. Muy por detrás, con un 17%, Valérie Hayer, la elegida de Macron para encabezar su lista. Hija de agricultores, Hayer es relativamente desconocida para el público.

Ayer era un día clave para el presidente de la RN. Favorito en las encuestas, se mantuvo a la defensiva durante el debate, pero se mostró deficiente en cuestiones de fondo, como la cuestión migratoria y la idea de la ultraderecha de la “doble frontera”. Bardella no consiguió poner entre las cuerdas a su rival, más bien al revés, cuando el Primer Ministro le preguntó en reiteradas ocasiones cómo llevaría a cabo esta “doble frontera”, sin obtener respuesta. “Vuestro programa es un “rasca y gana”, pero en vuestro caso cuando rascas no encuentras nada detrás”, dijo Gabriel Attal a Bardella, con una sonrisa de satisfacción.

No lo dijo por decir. El lepenismo siempre ha dicho ‘no’ a Europa, pero ayer Bardella daba un paso atrás afirmando estar en “contra del funcionamiento actual, pero no contra la UE”. A lo que el Primer Ministro le recriminaba buscar un “Frexit camuflado”

Macronismo vs lepenismo

En los últimos años, el lepenismo y el macronismo se han visto las caras en varias ocasiones, polarizando a la opinión pública y eliminando los grises. Aunque su creciente popularidad y la posible victoria en las europeas, nos dan un pista de cómo se dibujan las próximas presidenciales francesas, que tendrán lugar en 2027. Elecciones a las que Macron no puede volver a presentarse, y para las que no hay un rival fuerte, de momento, que pueda combatir al gigante Le Pen.

Los ecologistas solo cuentan con un 5% de intención de voto, el límite para entrar en el Parlamento Europeo, y rezan por no seguir bajando. Desde que empezó la campaña electoral europea, la lista de Marie Toussaint ha ido perdiendo posiciones hasta ver caer la ambición ecologista.  

En el caso de los macronistas, luchan por recortar posiciones y sacar ventaja a los socialistas que les siguen de cerca con un 14%. Según el instituto de encuestas Harris Interactive, Valérie Hayer ha perdido 1 punto desde principios de mayo creando una importante diferencia de 16 puntos con RN. Aunque parece que la verdadera competición está por quién se llevará el cuarto puesto: ¿Francia Insumisa (7%), Los Republicanos (6,5%), Reconquista (6%) o Los Ecologistas (5%)?

Más derecha, la apuesta de Giorgia Meloni

Más derecha, la apuesta de Giorgia Meloni

Giorgia Meloni ya casi no grita. Viste a menudo opacos trajes de colores primaverales que transmiten tranquilidad y optimismo, un 'uniforme de campaña' con el que se presenta a los grandes eventos de su partido, Hermanos de Italia. Es en este escenario donde estos días está hablando a los suyos y al ciudadano de a pie, de cara a las elecciones europeas de junio; esto a la vez que persigue la misión de desmadejar el ovillo de su complicada realidad: la que requiere la presencia de su rostro institucional, al lado de líderes europeos de todos los bandos, y la política, como jefa de un partido ultra que debe lidiar con el fuego amigo de socios de Gobierno, como la Liga de Matteo Salvini.

Como en otras citas electorales, el bicéfalo equilibro no está siendo fácil. Pero la balanza de momento parece nuevamente inclinarse hacia la derecha. Prueba de ello: su decisión de participar por videoconferencia al gran mitin de Vox en el Palacio de Vistalegre en Madrid. Y también el no viajar a Francia, donde en el poder está un liberal como Emmanuel Macron, o Alemania, donde gobiernan los socialdemócratas de Olaf Scholz.

En estas semanas, "Meloni tenía que viajar a París y Berlín para entregar sus invitaciones para la [próxima reunión de Jefes de Estado del] G7 en Italia, como ya hecho con Japón, EEUU y Canadá", ha opinado Iliario Lombardo, en las páginas de 'La Stampa'. Sin embargo, “ha decidido no ir por puro cálculo político”, ha agregado Lombardo, al añadir que así Meloni ha evitado la foto con Macron y Scholtz. Un foto que precisamente podría haber permitido a Salvini atacarla por su supuesta cercanía a líderes más moderados y menos en las cuerdas de su bloque político.

Orgullo nacionalista

No ha sido el único gesto en esta dirección. Otro ha sido la acogida dada al empresario Chico Forti, preso en EEUU durante 24 años y cuya repatriación tuvo a Meloni como protagonista. Tanto que la jefa de Gobierno incluso acudió días atrás al aeropuerto militar de Pratica di Mare para recibirlo tras su llegada del país americano. Lo que también fue festejado por el ala más dura de la derecha italiana, más que los sectores más moderados. "Es como si Meloni 'llamase' a los electores derechistas que creen en Salvini para decir algo así como ‘la derecha c’est moi’”, ha opinado, en esta línea, el periodista especializado en asuntos políticos Mario Lavia.

El efecto colateral ha sido que, en el primer enfrentamiento en la historia política de Italia entre dos mujeres (la líder del Partido Democrático, el principal partido de la oposición, es Elly Schlein), las tácticas de Meloni están paradójicamente permitiendo a sus débiles rivales políticos de presentarse como un muro (algo más creíble) al avance de la derecha, reduciendo a la vez el espacio para los partidos satélites.

Tanto que, según los últimos sondeos, Hermanos de Italia (entre el 25% y 27% de los consensos, según distintas encuestas) y el PD (entre el 20% y el 22%) se estarían reforzando y distanciándose de otros partidos situados en su mismo bloque. El PD, en detrimento del Movimiento 5 Estrellas. Hermanos de Italia, quitándole votos a la Liga. Lo que podría ser el presagio de un posible regreso del bipartidismo en Italia, aunque esto pueda que sea solo temporal. 

Suscríbete para seguir leyendo