Entrevista

Park Heong-joon, alcalde de Busán (Corea): "Barcelona es un modelo de futuro para Busán"

Jae Yeok Yoon Kan, delegado del Govern: "Corea y Catalunya tienen muchas similitudes, necesitábamos una delegación aquí"

El alcalde de Busan, Park Heong-joon, en visita en Barcelona

El alcalde de Busan, Park Heong-joon, en visita en Barcelona / Manu Mitru

Irene Benedicto

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Busán se ve a sí misma como la Barcelona de Corea del Sur. Ambas ciudades tienen en común que son la segunda potencia de sendos países, que su economía florece en gran parte a través de sus grandes puertos internacionales y que Busán fue la subsede olímpica de Seúl 88, solo unas olimpiadas antes que Barcelona 92. Pero la relación entre ambos consistorios se remonta a 1983, cuando España hacía menos de una década que había salido de la dictadura y Corea apenas entraba en su llamado ‘período democrático’ después de los largos estragos de una guerra que empezó siendo civil y que dio lugar a dos países. Para el alcalde de Busán, Park Heong-joon, Barcelona es un espejo en el que mirarse por su desarrollo económico, cultural y turístico. Y aunque en su primera visita hace quince años le robaron todo lo que llevaba encima en plena Rambla Catalunya, ha vuelto hasta tres veces porque le encanta Gaudí -- y porque no teme al turismo de masas que aún les queda muy lejos en la ciudad surcoreana.

Busán y Barcelona están a 13.000 kilómetros de distancia. ¿Qué las une?

Barcelona fue la primera ciudad-hermana de Busán en Europa. Este año marca el 41 aniversario de esa hermandad y el alcalde Jaume Collboni y yo hemos firmado un tratado en el que renovamos nuestros compromisos y abrimos una nueva era. Nuestro principal motor es el comercio marítimo. El puerto de Busan es el mayor de Corea del Sur y el quinto del mundo y aspira a convertirse, como el puerto de Barcelona, en un hub internacional. Barcelona es un modelo de futuro para Busán. Queremos celebrar más conferencias internacionales y atraer a más turismo.

¿Cuando se maneja la segunda ciudad más importante de un país, es inevitable entrar en competencia con la capital?

El problema de Corea es justamente que es un país hipercentralizado en Seúl. Hay una gran brecha rural-urbana y la solución para superarla pasa por promover sus otras ciudades, empezando por la segunda más grande, que somos nosotros. Queremos ser impulsores de una transformación industrial, de innovación y tecnología y ser un actor regional. Como puede ser para vosotros el Mediterráneo, así es para nosotros es el Mar del Este.

Entre Busán y la isla más próxima de Japón hay apenas unos 49 km por mar. ¿Cómo son las relaciones con sus vecinos? 

Japón y Corea han sido históricamente antagonistas por su pasado colonial (la ocupación japonesa duró 35 años, de 1910 a 1945). Pero su relación en el futuro es muy importante y Busán quiere tomar un rol para mejorar las relaciones con todos sus vecinos, fomentando el comercio y una industria integrada. Por ejemplo, con la fabricación de automóviles. Estamos tratando de establecer una economía regional, más allá de las fronteras de los países. 

¿También con China, el gran gigante industrial y tecnológico del continente?

Desafortunadamente la relación entre Corea y China tiene algunos desafíos debido a los países del G2 mundial, Estados Unidos y China. Nosotros seguimos siendo una nación dividida y Corea del Norte, el último régimen comunista totalitario del mundo, tiene el apoyo de China. A día de hoy, es el conflicto entre China y Estados Unidos lo que nos deja un delicado conflicto entre Corea del Sur y China. Es la guerra fría del presente.

Y en ese tablero geopolítico, ¿cuál es el margen de maniobra a nivel ciudad?

No podemos cambiar circunstancias más grandes que nosotros, pero en lo económico podemos establecer relaciones en buena parte de China, de hecho Shanghai es ciudad hermana.

¿Tienen alguna ciudad hermana en Corea del Norte?

No (risas), pero sí en Estados Unidos, con Chicago y Los Ángeles. Aun así, Barcelona siempre será la primera.

Busán fue el último bastión de Corea del Sur en la guerra contra el Norte y alojó un campo de refugiados con hasta 500.000 personas. Sin embargo, del pasado antiguo y del reciente no quedan edificaciones materiales en pie que lo atestigüen. ¿Cómo preservar un legado inmaterial?

Tenemos mucho legado histórico pero es cierto que no tenemos muchos lugares físicos que preservar, aunque sí mantenemos nuestro gran templo budista (Templo Haedong Yonggungsa). Lamentablemente, Busan y Corea fueron arrasadas por la guerra y la falta de crecimiento económico para reconstruirse durante mucho tiempo, para dar forma a nuestra diversidad en un entorno urbano. Ahora tratamos de encontrar un equilibrio entre las nuevas infraestructuras y la herencia cultural, con la creación de nuevos museos que cuenten la historia de nuestro país. Pero no es como Barcelona, no tenemos a nuestro Gaudí.

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