Discurso en la Sorbona

Macron reclama una defensa "creíble" para una Europa "que puede morir"

El presidente francés advierte de las amenazas externas e internas que acechan a la UE para que se dote de los medios para ser una potencia

Macron, la mutación guerrera de una diplomacia personalista

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante el discurso que ha ofrecido este jueves en la Sorbona.

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante el discurso que ha ofrecido este jueves en la Sorbona. / CHRISTOPHE PETIT TESSON / REUTERS

Enric Bonet

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De la ilusión al miedo de una "Europa que puede morir". Seis años y medio después de su famoso discurso de la Sorbona, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha detallado este jueves su visión sobre la Unión Europea, con la mirada puesta en las elecciones europeas del 9 de junio, que su partido afronta en un momento de gran debilidad y en que el grupo de los liberales podría perder peso en el futuro Parlamento Europeo.

El dirigente centrista ha hecho una intervención de más de una hora y media en el monumental anfiteatro de la histórica universidad de París. Aunque el escenario era el mismo, ha articulado sus propuestas en torno a sentimientos casi opuestos a los reivindicados en septiembre de 2017. Mientras entonces hizo una serie de promesas para que el proyecto europeo recuperara la ilusión, ahora se ha basado en las amenazas, tanto las externas (Rusia, pulso EEUU-China...) como las internas (auge de la ultraderecha), para que el Viejo Continente se dote de los medios para convertirse en una mayor potencia.

"Debemos ser lúcidos sobre el hecho de que Europa es actualmente mortal. Puede morir y esto depende únicamente de nuestras decisiones", ha advertido Macron parafraseando al poeta Paul Valéry, quien dijo que "la civilización era mortal" tras la Primera Guerra Mundial. Después de haber considerado hace un mes a Rusia como una "amenaza existencial" para el Viejo Continente, el presidente francés ha insistido en la misma retórica del miedo en aras de favorecer una toma de consciencia en las altas esferas y la ciudadanía. Ha reivindicado una mayor concienciación no solo ante la amenaza de la invasión rusa de Ucrania, sino también de que la UE quede descabalgada en medio de la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China.

"Europa puede morir de sí misma", ya que "nos encontramos en un momento en que Europa piensa en su declive y no se quiere", ha advertido Macron, quien ha alertado, asimismo, del riesgo de inmovilismo entre los 27 que favorece el crecimiento de la ultraderecha. La convulsión geopolítica actual —guerra de Ucrania y la de Gaza—, sumada al fantasma de un retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, según el presidente francés, deben propiciar que el bloque continental apueste por una mayor "soberanía europea" en materia militar, producción armamentística, gestión de la inmigración e impulso de las energías verdes y la inteligencia artificial. 

Una "Europa mortal"

Estas cuestiones han centrado el discurso de la Sorbona 2 de este jueves en que ha habido menos propuestas concretas que en el de la Sorbona 1. Ante la amenaza de una "Europa mortal", el inquilino del Elíseo ha pedido a los países del bloque que impulsen una defensa que "sea creíble". "El pilar europeo de la OTAN que estamos construyendo es esencial, pero debemos construir un marco de defensa europeo", ha reivindicado. 

El presidente ha explicado que en los próximos meses quiere reunirse con sus socios para impulsar "esta iniciativa europea de defensa, que debe ser sobre todo un concepto estratégico". Es decir, desarrollar una doctrina militar de la UE que permita gestionar cuestiones, hasta ahora espinosas, como la disuasión nuclear francesa, que "por esencia es un elemento ineludible de la defensa" del Viejo Continente, ha sostenido.

A diferencia de lo defendido años atrás, Macron ya no apuesta por la creación de un ejército europeo, ante las reticencias que generaba ese proyecto en la OTAN y en numerosas capitales, sobre todo del este del continente. En lugar de ello, ahora pide una mayor cooperación entre los distintos ejércitos nacionales. Tendría lugar a través de la elaboración de esta "doctrina estratégica europea", así como la creación de una academia militar continental "para formar a los futuros dirigentes castrenses y civiles en temas defensa y seguridad". 

"La Europa como potencia es algo sencillo. Es una Europa que se hace respetar y garantiza su seguridad", ha declarado. Para ello, Macron ha reivindicado la creación de un escudo antimisiles europeo o una preferencia continental en la compra de armamento. Se trata de unas propuestas que no le resultará nada fácil hacer realidad, teniendo en cuenta las tensiones entre París y Berlín que han provocado estas mismas cuestiones en los últimos años. Respecto a la seguridad interior y la gestión de la inmigración, el dirigente galo ha defendido la creación de un consejo en que se reúnan con regularidad los ministros de Interior y Defensa de los distintos países de la UE. Tendría un funcionamiento parecido al del Ecofin.

Mayoría de edad digital a los 15 años

Los temas de defensa y seguridad han marcado la larga intervención del presidente, aunque también ha tratado asuntos económicos y sociales. Por un lado, ha apostado por una "simplificación de las normas" para apoyar las empresas del continente y que la UE se convierta de aquí a 2030 en líder mundial en energías verdes, inteligencia artificial y el espacio. Por el otro, ha insistido en aumentar de 13 a 15 años la edad en que los menores podrán disponer de "una mayoría de edad digital", sin ver limitado su uso por controles parentales.

Con esta intervención, Macron ha intentado reencarnar ese rol que tanto le gusta de líder e ideólogo de la UE. Buena parte de las propuestas que hizo en su primer discurso de la Sorbona, como el hecho de reducir la Comisión Europea a 15 miembros o que una parte de los eurodiputados fueran elegidos en listas transnacionales, quedaron en meras promesas. Sin embargo, el inquilino del Elíseo ya tuvo entonces la buena intuición de advertir de que "estamos amenazados. La audacia es nuestra única respuesta". Siete años después, esta reivindicación de una soberanía europea, con tintes algo nacionalistas, aparece hipertrofiada. Y el presidente prácticamente no ha tratado la democratización de la UE y cómo acercar las instituciones continentales a la ciudadanía.

Su segundo discurso de la Sorbona está claramente marcado por la coyuntura actual —y en este sentido su diagnóstico puede resultar certero—, pero corre el riesgo de no entusiasmar a la ciudadanía. Debilitada por la política interna en Francia, la coalición macronista afronta en una posición de debilidad las elecciones europeas, con unas intenciones de voto del 19-16%. Es decir, unos 10 puntos menos que la ultraderechista Reagrupación Nacional de Marine Le Pen (32-28%). Una fragilidad en el panorama nacional, y también en el futuro Parlamento Europeo, que limita el alcance de las propuestas del presidente francés.