Informe anual

Amnistía Internacional denuncia la "falta de acción" de los gobiernos occidentales ante la muerte de civiles en Gaza

Amnistía Internacional acusa a EEUU de sostener el sistema de torturas en los campos de detención del noreste de Siria

Edificios destruidos por bombardeos israelíes en la ciudad de Jan Yunis, al sur de Gaza.

Edificios destruidos por bombardeos israelíes en la ciudad de Jan Yunis, al sur de Gaza. / AFP

Lucas Font

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La guerra en Gaza es la prueba irrefutable de que el mundo está dando pasos hacia atrás en la defensa y la protección de los derechos humanos. Esta es una de las conclusiones del informe anual de Amnistía Internacional, publicado este miércoles bajo el título 'La situación de los derechos humanos en el mundo', que examina la situación de 155 países en todo el mundo en la defensa de los derechos y libertades. La vulneración de las leyes internacionales por parte de Israel, con el apoyo de Estados Unidos y de los principales gobiernos occidentales, ha puesto en evidencia el riesgo de desmoronamiento de los valores que consolidaron los principios de igualdad y el respeto por los derechos humanos.

"Estados Unidos, la nación que encabezó con orgullo la promesa de 1948 de no volver a repetir los mismos errores [tras la Segunda Guerra Mundial] ha fracasado. Y lo ha hecho intencionadamente", ha dicho la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, en la presentación del informe en Londres. "Estados Unidos, Reino Unido y Alemania continúan protegiendo y proporcionando armas a Israel, en lo que es una grotesca demostración de doble rasero, dadas sus protestas fundamentadas por los crímenes de guerra cometidos por Rusia y Hamás", ha añadido. El informe destaca que cerca de 21.600 palestinos habían muerto a finales de 2023 como consecuencia de los bombardeos sobre Gaza y casi 2 millones habían sido desplazados.

Además de condenar las numerosas vulneraciones de la ley internacional en la Franja y en Ucrania –donde Rusia ha seguido lanzando ataques contra la población civil y destruyendo infraestructuras críticas– la organización pone el foco sobre otros conflictos que están pasando más desapercibidos en el radar global. La guerra en Sudán ha obligado a abandonar sus casas a más de nueve millones de personas, la cifra más alta de desplazados a nivel mundial, y ha provocado la muerte de más de 14.000 personas más de un año después del inicio del conflicto, algunas de ellas en ataques deliberados e indiscriminados contra civiles. Otras contiendas ocupan un lugar destacado en el informe, entre ellas los ataques del ejército de Myanmar contra las minorías étnicas en el país, con el apoyo de China. 

Inteligencia artificial

La organización advierte de que el retroceso en la defensa de los derechos fundamentales en todo el mundo está siendo impulsado por los avances descontrolados de la industria tecnológica. El uso de la inteligencia artificial por parte de gobiernos en labores de reconocimiento facial o en la propagación de noticias falsas está poniendo en riesgo los valores democráticos y potenciando conductas autoritarias en un año con importantes citas electorales, entre ellas las elecciones al Parlamento Europeo y las presidenciales en Estados Unidos. "El impacto de la tecnología en esos procesos está bien documentado, es un elemento muy peligroso que se intensificará en 2024", explica a EL PERIÓDICO el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán.

Los máximos responsables de la organización advierten de la necesidad de establecer mayores regulaciones para frenar de forma rápida y efectiva el desarrollo descontrolado de las nuevas tecnologías. "Por un lado estamos viviendo una época en la que la tecnología evoluciona a una velocidad altísima, mientras que la parte de regulación en materia de derechos humanos no están sobre la mesa o avanzan de forma muy lenta", añade Beltrán, quien señala el uso de sistemas de reconocimiento facial en países como Israel, Argentina o el Reino Unido para controlar protestas o discriminar a minorías. 

Movilizaciones históricas

La parte positiva de este 2023, señala el informe, han sido las grandes movilizaciones en defensa de los derechos humanos en todo el mundo. Las protestas a favor de un alto el fuego permanente en Gaza y de la liberación de los rehenes israelíes se han repetido en decenas de países, movilizando a millones de personas con el objetivo de ejercer presión, con mayor o menor fortuna, sobre sus gobernantes. "La gente ha salido a las calles en cantidades nunca antes vistas, incluso bajo el riesgo de represión. Las víctimas del conflicto entre Israel y Hamás no han estado solas", ha asegurado Callamard.  

Las protestas en 2023 no sólo se han producido para frenar la violencia en la Franja, sino también para proteger otras causas como el derecho al aborto o la lucha contra el cambio climático. En algunos casos, sin embargo, estas movilizaciones han sido reprimidas a través de nuevas legislaciones para limitar el derecho de reunión y la libertad de expresión. Algo que Callamard ha pedido combatir. "Nadie puede permitirse el lujo de esperar con la esperanza de que, de algún modo, los jefes de Estado y de las grandes empresas harán lo correcto. En lugar de ello, debemos resistir juntos a la regresión, restablecer los derechos y volver a comprometernos con el Estado de derecho, adoptando medidas sostenibles que respeten los derechos humanos", ha sentenciado.