El consulado de Ucrania en Barcelona no atiende desde hoy a los hombres mayores de 18 años

El consulado de Ucrania en Barcelona ha empezado a aplicar este martes la orden de Kiev de no prestar ningún tipo de servicio consular a los varones de entre 18 y 60 años de esa nacionalidad e independientemente de que llegaran a la capital catalana como refugiados siendo menores. Así lo han confirmado a EFE fuentes consulares, que han subrayado que "la obligación de todos, da igual su condición, es luchar para defender al país". Preguntados sobrela afluencia al consulado de este perfil, las mismas fuentes han apuntado que "algunos, pero muchos no".

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Desde la oficina diplomática han negado que se esté enviando información a Kiev sobre el número de hombres que residen en Barcelona y alrededores que pudieran cumplir con el requisito de sexo y edad, ni que se esté tomando ninguna medida activa para conminarles a regresar para ir al frente. Según los últimos datos de Derechos Sociales de la Generalitat, menores sin acompañante en Catalunya procedentes de Ucrania a día de hoy quedarían alrededor de 150.

Regreso al país

El dato total de menores que viven en la comunidad con sus progenitores -en la mayoría de los casos, solo la madre- no se conoce a día de hoy con exactitud porque desde que se inició la guerra muchos regresaron a su país. El propio ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitró Kuleba, anunciaba la medida en redes sociales.

"Un hombre en edad de movilización se fue al extranjero, demostró a su Estado que no le importa su supervivencia (la del Estado) y después viene y quiere recibir servicios de ese Estado", ha señalado este martes Kuleba. Kuleba ha agregado que "estar en el extranjero no libra a un ciudadano de sus obligaciones con su patria".

Esta oren de Exteriores llega días después de la aprobación en Ucrania de una nueva ley de movilización que prevé sanciones que incluyen la limitación de los servicios consulares a los ciudadanos movilizables que no se hayan inscrito en el registro habilitado para poder ser llamados a filas. Kuleba recordó que la obligación de registrarse existía desde mucho antes de que se aprobara esta última ley.