Guerra en Oriente Próximo

Irán altera las reglas del juego con su ataque a Israel y deja el futuro de la región en manos del Estado judío

Biden comunica a Netanyahu que EEUU no participará en una contraofensiva contra el país persa, según varios medios estadounidenses

Irán toma represalias contra Israel con un ataque con drones y misiles sin precedentes

Directo | Última hora del ataque de Irán contra Israel

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, preside este domingo la reunión del gabinete de guerra en Tel Aviv.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, preside este domingo la reunión del gabinete de guerra en Tel Aviv. / AMOS BEN-GERSHON / GPO / DPA

Ricardo Mir de Francia

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Nuevas reglas del juego en Oriente Próximo, donde todo hace indicar que los viejos paradigmas acaban de pasar a mejor vida. Por primera vez en más de cuatro décadas de antagonismo, Irán lanzó el sábado por la noche un ataque contra Israel directamente desde su territorio para ponerle precio al bombardeo israelí de su consulado en Damasco, en el que fueron asesinados siete de sus comandantes militares. Tras coreografiar sus intenciones con antelación, 350 drones, misiles balísticos y misiles de crucero se dirigieron contra instalaciones militares en el Estado judío, que pudo interceptarlos casi todos con ayuda de sus aliados. Teherán ha dado por cerrado este capítulo, pero ahora la pelota esta en el tejado israelí. La Casa Blanca ha comunicado a Israel que no le acompañará en una potencial contraofensiva. La oportunidad que Binyamín Netanyahu lleva toda una vida esperando parece haberse complicado.

El momento es uno de los más peligrosos que ha vivido la región en muchos años. Las llamas crepitan en todos los frentes y los llamamientos de Occidente a mantener la cabeza fría son la mejor prueba. La fuerza bruta, escogida por Israel como vía para recuperar su poder de disuasión tras la matanza de Hamás del 7 de octubre, no ha funcionado. La destrucción masiva en Gaza y su barra libre para matar donde fuera a casi una veintena de capitostes de la Guardia Revolucionaria iraní en estos seis meses, más bien ha galvanizado al llamado Eje de la Resistencia liderado por Irán. "Ya no hay vuelta al estatus quo anterior", escribió este domingo en las redes la politóloga libanesa Amal Saad, una de las investigadoras que mejor conoce el mundo de la militancia proiraní. "A partir de ahora, cualquier acción de Israel se topará con una respuesta directa y colectiva del Eje". Y es que la represalia del sábado no solo partió de Irán, también lo hizo de Yemen, Irak y Siria, donde operan algunas de sus milicias satélites.

En Israel, la eficiencia con que sus fuerzas armadas neutralizaron el ataque se celebró como una victoria. El 99% de los misiles y drones fueron interceptados, según sus portavoces militares, la mayoría antes de que entraran en el espacio aéreo israelí. Una misión en la que participaron también Estados Unidos, Jordania y Reino Unido. "Las Fuerzas de Defensa de Israel detuvieron el ataque de un modo impresionante", afirmó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, tras definirlo como "una de las noches más dramáticas a las que nos hemos enfrentado". En ciudades como Jerusalén se escucharon las explosiones causadas por la intercepción de los misiles cerca de la 1.45 de la madrugada, seguidas por la sirenas antiaéreas. Los pocos misiles que lograron tocar tierra cayeron en dos bases aéreas del sur del país y en el Golán ocupado, según 'The Washington Post'. Una de esas bases sufrió "daños menores en su infraestructura", según el Ejército israelí.

Irán advirtió a varios países del ataque

Todo hace indicar, sin embargo, que el objetivo de Irán no era hacer daño sino mandar un mensaje. El asalto llegó en plena madrugada, cuando no hay civiles en las calles. Fue telegrafiado durante días y comunicado con 72 horas de antelación a varios de su vecinos regionales, según explicó durante la jornada el canciller iraní, Hossein Amirabdollahian. Entre ellos Turquía, miembro de la OTAN y aliado de EEUU, al que se habría comunicado que iba a ser un ataque "limitado". "Le hemos dado una lección al enemigo sionista", dijo el presidente iraní, Ebrahim Raisí, horas después de que Teherán invocara la "legítima defensa" para justificar sus acciones. "Cualquier nueva aventura se topará con una respuesta más dura y lamentable".

El gabinete de guerra israelí, reunido desde primera hora de la tarde, seguía pensando su respuesta a la hora de escribir estas líneas. Tanto Gallant como el centrista Benny Gantz afirmaron durante la jornada que Israel trabajará para buscar aliados antes de responder. "Construiremos una coalición regional y exigiremos el precio a Irán en la forma y el momento adecuado para nosotros", afirmó el general Gantz. Pero desde el ala más extremista del Gobierno se reclamó una respuesta que nunca olvide la región. "Si nuestra respuesta reverbera en todo Oriente Próximo durante generaciones, ganaremos", afirmó el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. Para Netanyahu no solo es una oportunidad para ajustar cuentas con el régimen de los ayatolás que patrocina a sus principales enemigos. Es también la ocasión que lleva años buscando para bombardear las instalaciones nucleares iraníes, de momento para uso civil. Tel Aviv es hasta el momento la única potencia nuclear de la región.

El 'no' de Biden

Pero EEUU no parece estar por la labor. Según adelantó Axios y confirmaron otros medios, el presidente Joe Biden le comunicó el sábado a Netanyahu que su país no participará en un contrataque contra Irán y le pidió que se conforme con "la victoria" de haber neutralizado el ataque del sábado. Biden habría expresado también privado que Netanyahu está tratando de arrastrar a EEUU a una gran guerra regional, según fuentes de la NBC.

Y, entre tanto, los líderes del G7, condenaron "en los términos más duros" el ataque y demandaron a Irán y sus aliados a que cesen toda actividad desestabilizadora. "Con sus acciones Irán ha dado otro paso hacia la desestabilización de la región y se arriesga a provocar una escalada regional incontrolable", afirmaron en un comunicado los mismos líderes que no condenaron el ataque israelí en Damasco. No parece estar el horno para más bollos con las guerras de Ucrania y Gaza en curso, una Rusia muy cercana a Irán y el pulso a cara de perro de EEUU con China, a menos que se quiera entrar en una senda aterradora de guerra total.

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