Historia del transporte

El precedente, a caballo, de los tranvías urbanos enorgullece a Gales

Se cumplen dos décadas del regreso del tranvía a Barcelona, y con motivo de este aniversario EL PERIÓDICO ha desplegado una serie de contenidos informativos en torno al impacto del emblemático transporte público

Imagen del tranvía de Mumbles, que en sus orígenes era tirado por caballos.

Imagen del tranvía de Mumbles, que en sus orígenes era tirado por caballos. / EL PERIÓDICO

Lucas Font

Lucas Font

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La línea ferroviaria entre Swansea y Mumbles, en el sur de Gales, ha pasado a la historia como la primera del mundo en transportar pasajeros. La vía fue construida en 1805 con el propósito inicial de trasladar la piedra caliza y otros materiales extraídos en las canteras de la pequeña aldea de Oystermouth, en el término municipal de Mumbles, ubicado en el extremo sur de la bahía de Swansea. Tan sólo dos años después, las autoridades dieron permiso para iniciar el transporte de pasajeros, un servicio que estuvo operativo hasta 1960, cuando el tranvía fue clausurado definitivamente. 

Fue el empresario Benjamin French, uno de los inversores en la construcción de la línea, quien propuso pagar 20 libras a la compañía para poner en marcha el transporte de pasajeros. French adaptó uno de los vagones de hierro, entonces tirado por caballos, para acomodar a los viajeros en un recorrido de poco más de ocho kilómetros. El éxito fue inmediato, en parte debido a la falta de otra infraestructura alternativa para realizar el trayecto. La construcción de una carretera paralela a la vía en la década de 1820 tuvo un fuerte impacto en el flujo de pasajeros y provocó la suspensión del servicio hasta 1855.

La línea siguió funcionando con caballos hasta 1877, cuando se incorporaron las primeras locomotoras de tranvía a vapor. Los dos sistemas convivieron hasta finales de siglo hasta que finalmente el uso de caballos fue abandonado, coincidiendo con la extensión de la vía hasta el nuevo puerto de Mumbles. El sistema de vapor se mantuvo durante más de cinco décadas, hasta que, en 1929, se completó su electrificación. Fue entonces cuando se incorporaron vagones rojos de dos pisos, con capacidad para 106 pasajeros cada uno. El tranvía solía circular con dos vagones, con lo que la capacidad total en sus últimos años de servicio era de más de 200 personas.

Motivo de orgullo

La línea ferroviaria se convirtió en una parte destacada del paisaje de la bahía de Swansea y permanece todavía hoy en el recuerdo de muchos de sus habitantes. "Funcionaba los siete días de la semana, los días festivos e incluso cuando nevaba. Formaba parte de la comunidad y se utilizaba mucho", explicaba un antiguo usuario a la cadena ITV en un reciente reportaje. "En verano, cuando había partido de críquet, solía reducir la velocidad para que los pasajeros pudieran ver el resultado". 

El servicio cerró definitivamente en enero de 1960, tras 153 años en funcionamiento, y las vías fueron retiradas y cubiertas con asfalto. Tan sólo se ha conservado uno de los icónicos vagones de dos pisos utilizados en los últimos años del servicio, disponible en el Museo de Swansea, así como algunas reliquias y réplicas del tranvía en el Swansea Bus Museum. A pesar de su desaparición, el tranvía de Mumbles ha dejado un legado imborrable en los habitantes de la zona y también en Barry Hughes, director del Museo de Swansea, quien sigue presumiendo de contar con el primer servicio ferroviario de pasajeros del mundo. "Es un motivo de orgullo y de arraigo. Nos ayuda a saber de dónde venimos y, sin duda, es algo de lo que sentirse orgulloso".