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Dos mujeres se enfrentan al machismo en México y una será presidenta

Feminicidios en México

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. / EPC

Marta López

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El futuro de México lo escribirá una mujer. Desde este viernes, el país está en campaña electoral para las elecciones del 2 de junio, en las que 97 millones de electores elegirán la presidencia del país, 500 diputados, 128 senadores y 9 gobernadores estatales. En esa fecha, o Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez -ambas de 61 años y ambas ingenieras de formación- será elegida presidenta, un hito histórico en un país donde cada año mueren por violencia machista más de 3.000 mujeres, una lacra social en uno de los estados más violentos e inseguros del mundo, carcomido por la violencia del narcotráfico y donde el año pasado fueron asesinadas 30.000 personas. En lo que llevamos de año, más de 30 cargos políticos de diversa índole han muerto de forma violenta.

Al iniciarse este larga campaña de tres meses, Sheinbaum, candidata del oficialista Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) parte como clara favorita, con un 63% de las preferencias de voto. Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México (formada por la unión de los partidos opositores PAN, PRI y PRD) cuenta con el 31%, aunque se observa una tendencia al alza. Salvo un vuelco inesperado, la irrupción a última hora de un tercer candidato del Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, con el 5% de los votos, no parece que vaya a ser más que testimonial en el cuerpo a cuerpo de estas dos mujeres que aspiran llegar a lo más alto desenvolviéndose en un país de una fuerte cultura política machista.

"Que se postulen dos mujeres a la presidencia es un hecho inédito que es consecuencia de muchos años de lucha, de impulso del movimiento amplio de mujeres y del movimiento feminista", afirma en conversación con este diario Lupita Ramos, activista feminista e investigadora en la Universidad de Guadalajara, mientras que Eufemia Basilio Morales, doctora en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, puntualiza en otra entrevista que si bien los comicios son cruciales por el contexto en el que se producen, el hecho de que sean dos mujeres las candidatas "será positivo siempre y cuando tengan una visión de género, algo sobre lo que no se han postulado todavía".

"El país de los machos"

Sara Lovera, veterana periodista y activista feminista, contactada también por este diario, no duda en afirmar que estas dos mujeres van a "tener muchas dificultades cuando quieran gobernar en el país de los machos", y se remite a las "burlas, memes y ridiculización en los medios de comunicación" de las que ya están siendo objeto. A lo que Ramos recuerda que la llegada de "las mujeres a la política ha sido y es un proceso plagado de violencia política".

Ninguna de las dos candidatas es una desconocida en política. Sheinbaum, ingeniera medioambiental especializada en temas energéticos, estuvo al frente de la alcaldía de la Ciudad de México entre 2018 y 2022, cuando dimitió para lanzarse a la lucha por la presidencia, apadrinada por el actual jefe del Estado, Manuel López Obrador (AMLO). Mucho más cauta y contenida, carece de la popularidad y carisma del actual gobernante, pero con un perfil mucho más técnico se ha forjado una imagen de buena gestora. Hasta el momento, se ha mostrado alineada con los postulados de su mentor pero es ahora, al iniciarse los tres meses de campaña, cuando deberá marcar perfil propio. Algo que Lovera ve difícil: "Si el presidente la ha escogido a ella es porque la ve como alguien a quien puede mandar".

Tener "ovarios" contra la narcoviolencia

Más desconocida era hasta hace poco Gálvez, ingeniera en computación, empresaria y senadora entre 2018 y 2022, cercana al expresidente Vicente Fox. Más conservadora, intenta captar las simpatías de los votantes más humildes apelando a sus orígenes pobres en el estado de Hidalgo, en el seno de una familia indígena otomí. En una declaración de intenciones de donde va a poner el foco durante la campaña, Gálvez protagonizó el acto de despegue en Fresnillo, municipio del estado de Zacatecas, considerado el más peligroso del país. Clara y franca en su forma de hablar, prometió tener los "ovarios" para luchar contra la narcoviolencia, responsable de buena parte de las 30.000 muertes violentas anuales. Sheinbaum inició su campaña con un gran acto en el Zócalo de Ciudad de México, tradicional plaza de la izquierda, donde rometió continuar con la "cuarta transformación", como se denomina el proyecto de López Obrador.

Ninguna de las dos se manifiesta como abiertamente feminista. Y habiendo madurado como mujeres en un sistema hecho por y para hombres, sus enfoques desde el punto de vista de género son diferentes. Mientras Gálvez centra su discurso en la ruptura del techo de cristal en la proyección profesional de la mujer, Sheinbaum se centra en atacar las causas estructurales de la desigualdad. Lovera no cree que la candidata oficialista vaya a gobernar desde una perspectiva de género y con una agenda feminista. "Sheinbaum tiene el discurso de la parte más tradicional del partido, de los antiguos estalinistas y defiende una política en relación a las mujeres desde una perspectiva social, que llaman feminismo social: primero los pobres, primero los trabajadores y trabajadoras, primero los grandes proyectos del país y luego ya veremos los de las mujeres".

A Gálvez, pese a no venir del feminismo, Lovera sí si la ve más "abierta a un diálogo con las feministas, diálogo que se cortó durante este gobierno de López Obrador, que cada 8M pone tapias en el palacio nacional" . Pero a la vez, "al venir de un entorno más conservador, no le va a ser fácil defender ciertos postulados feministas como la legalización del aborto en el entorno de su partido" , afirma Basilio Morales, que coincide con Lovera en que las políticas de igualdad han sufrido un retroceso en el sexenio de López Obrador. A lo que Ramos advierte: "Ser mujer no garantiza implantar políticas desde una perspectiva feminista, lo que hay que impulsar es que las mujeres lleguen a posiciones de liderazgo con una agenda de derechos humanos con perspectiva feminista".

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