Presidenciales en el gigante euroasiático

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La Comisión Electoral Central rusa ha admitido a trámite una denuncia en la que afirma que más de 75.000 firmas de la candidatura del oficialismo no serían válidas

Vladímir Putin, durante un encuentro con activistas en la sede de su candidatura el pasado 31 de enero.

Vladímir Putin, durante un encuentro con activistas en la sede de su candidatura el pasado 31 de enero. / ALEXANDER ZEMLIACHENKO / EFE

Àlex Bustos

Àlex Bustos

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El presidente ruso Vladímir Putin encara los comicios presidenciales del próximo mes de marzo sabiendo que tiene las de ganar. Con una oposición contra las cuerdas, que sigue denunciando dificultades y fraudes en comicios pasados, la victoria parece clara para el oficialismo ruso. Sin bajar los brazos, algunos disidentes en el exilio denuncian que la candidatura del hombre fuerte del Kremlin tendría irregularidades, algo demostrado en una demanda que la Comisión Electoral Central rusa ha admitido a trámite. En dicha petición, se argumenta que 75.000 de las firmas recogidas durante el proceso electoral no serían válidas, y en el mismo documento se pide invalidar la candidatura del líder ruso.

Según ha podido saber EL PERIÓDICO, el escrito de este grupo de disidentes recoge un total de 320 denuncias en 70 regiones de Rusia – el país tiene 89 sujetos federales-. En el mismo texto, también se solicita al ente público que anule la candidatura de Putin, alegando que además de dichas irregularidades, estaría violando la Constitución rusa al presentarse a su quinto mandato. Según la interpretación de la oposición de la Carta Magna del país euroasiático, nadie puede ocupar el cargo de presidente más de dos mandatos.

En un comunicado emitido por estos disidentes en paralelo a la denuncia, comunican que para ellos está muy claro “como de podrido está el sistema” y admiten que saben “cuál será el resultado de la petición”. Sin embargo, apuntan que intención de dicha iniciativa es “mostrar a los rusos y a la comunidad global (...) que no hay elecciones en Rusia y lo que se hace bajo el régimen de Putin no tiene nada que ver con los estándares globales”. En el mismo texto se tilda al líder ruso de “dictador” y a la misma Comisión Electoral Central de “parcial”.  

Mandatos a medida

Vladímir Putin llegó al poder en 1999 siendo un total desconocido para los rusos, cuando ocupaba el cargo de primer ministro y Yeltsin lo eligió como sucesor. Aunque parecía no tener esa aspiración previamente, una vez en lo más alto no ha mostrado muchas intenciones de abandonar la silla de presidente, algo que solo hizo entre 2008 y 2012. En ese momento hizo de primer ministro mientras el fiel Dmitri Medvédev ocupaba la presidencia. En 2012, el exagente del KGB en Alemania del este regresó a la presidencia con nuevas leyes bajo la manga, como la ley contra la "propaganda homosexual", que sirvieron para ir paulatinamente ahogando cualquier intento de protesta – como las que hubo en 2011 - y para acabar anclándose en el Kremlin. En 2020, el Estado ruso modificó la Constitución a conveniencia, a través de un referéndum criticado por su poca transparencia, para poder presentarse nuevamente como candidato por lo menos hasta 2036, al reiniciarse el contador de mandatos del presidente ruso después de las últimas modificaciones. Si llegara a cumplir todos esos mandatos estaría más años en el poder (36) que cualquier otro líder de la historia del país como Iósif Stalin, Catalina la Grande o Lenin.

Para el oficialismo ruso, la victoria está tan clara que ni siquiera se suele celebrar un debate entre los candidatos desde hace lustros, algo impensable en los países de la UE. Algo que evidencia también la falta de oposición real son los comentarios de algunos de los otros candidatos presidenciales, como el del partido Liberal-Demócrata, Leónid Slutski, quien aseguró que optar por su partido “no es votar en contra de Putin” y vaticinó una "victoria aplastante" del presidente ruso. Nikolái Jaritonov, el candidato del Partido Comunista, aseguró que no puede "hablar de ganar o de no ganar", yéndose por las ramas. Uno menos conocido, Andréi Bogdánov, del Partido Ruso de la Libertad y la Justicia, contestó:"por supuesto que no ganaré". Otros candidatos también han mostrado sus dudas a la hora de decir si buscan la victoria en la candidatura, en algunos casos titubeando o riendo sarcásticamente.

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