Cambio conservador

Críticas al nuevo Gobierno de Nueva Zelanda por su plan de derogar una ambiciosa ley antitabaco

El Ejecutivo se plantea revertir esta medida por tal de cumplir su promesa de recortar los impuestos

Nunca es tarde para dejar de fumar y decir adios al tabaco.

Nunca es tarde para dejar de fumar y decir adios al tabaco.

EFE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las asociaciones de salud de Nueva Zelanda han criticado este lunes al nuevo Gobierno conservador del país por su plan de revertir una ley que iba a prohibir de manera progresiva la venta de tabaco a partir de 2027.

La ley, aprobada en 2022, establece que los nacidos del año 2009 en adelante, nunca podrán comprar tabaco en el país, con el objetivo de ayudar a financiar los recortes de impuestos.

"Nuestras comunidades se han pronunciado inequívocamente contra el control que las empresas tabacaleras tienen sobre su bienestar y el futuro de sus whānau (familia, en maorí). Esta acción ignora estas voces comunitarias con el fin de recaudar ingresos para pagar los recortes de impuestos para los más ricos de Aotearoa (Nueva Zelanda)", denuncia la asociación de salud maorí Hāpai Te Hauora.

Según los datos oficiales, fumar es la principal causa de muertes evitables en Nueva Zelanda y los modelos de salud pública habían sugerido que la citada ley antitabaco salvaría hasta 5.000 vidas al año.

El sábado, antes de jurar el cargo como nueva ministra de Finanzas, Nicola Willis dijo que el Gobierno derrogaría esta ley por tal de ayudar a financiar los recortes de impuestos prometidos durante las elecciones.

"La sugerencia de que los recortes de impuestos serán pagados por las personas que continúan fumando es absolutamente impactante", dijo a Pacific Media Network Robert Beaglehole, presidente de la asociación Nueva Zelanda Libre de Humo.

Conforme a la predicción en 2022 del Ministerio de Sanidad, la política antitabaco ayudaría al sistema sanitario a ahorrar hasta 5.000 millones de dólares neozelandeses (unos 2.778 millones de euros) durante los próximos 20 años en tratar varios tipos de cáncer, ataques de corazón y amputaciones vinculadas al tabaco.