Conflicto interno

La oposición de Venezuela, otra vez en la encrucijada

El Tribunal Supremo de Venezuela suspende el resultado de las primarias de la oposición

Fotografía cedida por Prensa Miraflores donde se observa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, durante un acto de Gobierno, el día 1 de noviembre, en Caracas (Venezuela)

Fotografía cedida por Prensa Miraflores donde se observa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, durante un acto de Gobierno, el día 1 de noviembre, en Caracas (Venezuela) / EFE

Abel Gilbert

Abel Gilbert

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Bajo un cielo plomizo, y con la amenaza de copiosas lluvias aterrizó en Carcas el pasado jueves una delegación del Centro Carter. Llegó a la capital venezolana para evaluar la posible visita de una misión técnica de observación electoral en los comicios presidenciales del segundo semestre de 2024. El Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición llegaron a un acuerdo que establece garantías de transparencia y libre competitividad en una contienda que contará con la observación de la UE, la ONU y América Latina. Bajo esa premisa, Estados Unidos comenzaría a levantar las sanciones económicas contra el Palacio de Miraflores que impactan en la población.

Los representantes del Centro Carter arribaron a Venezuela a destiempo. Entre el momento en que la comitiva planeó su visita y su arribo sucedió algo quizá imprevisto. El horizonte electoral se ha poblado de nubes de incertidumbre. El madurismo impugnó la primaria opositora de la que surgió la derechista María Corina Machado como candidata única. La escena de Barbados del pasado 17 de octubre, cuando el Gobierno y sus adversarios dejaron sentado en un documento la intención de dejar atrás los enfrentamientos que se agudizaron hace una década, parece quedar otra vez desactualizada. Como ha sucedido en anteriores oportunidades, los intentos de encauzar el conflicto político interno amenazan con volver a empantanarse.

 La Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), completamente alineada con el Palacio de Miraflores, suspendió los resultados de las primarias de la oposición que ungieron a Machado. Previamente, Maduro, su esposa Cilia Flores y Jorge Rodríguez, el delegado presidencial en la reunión de Barbados, habían calificado a ese proceso electoral de fraudulento por "inflar" los números de votantes. A su vez, el El TSJ ha notificado de su dictamen al Fiscal General, Tarek William Saab porque las primarias, subrayó, pudieron "configurar la presunta comisión de delitos contra la Constitución" así como "ilícitos electorales y la presunta comisión delitos comunes". Por si hiciera falta, Diosdado Cabello, en número dos del madurismo, reiteró la voluntad estatal de hacer cumplir la inhabilitación por 15 años para ejercer cargos públicos que pesa sobre Machado. "Así chilles o patalees no vas, no hay ni una sola posibilidad", le hizo saber en tono coloquial y burlón a la vencedora de la primaria del 19 de octubre. "Lo demás son malcrianzas y caprichos, no vas es que no vas".

El papel de Estados Unidos

Para el analista Luis Vicente León, la decisión del TSJ de impugnar las primaria es "políticamente errada para el propio Gobierno" y no tiene "ningún impacto negativo" sobre el liderazgo opositor después del triunfo en las urnas de Machado. "Más bien amplifica su potencia nacional y refuerza el rechazo internacional". León intuye que el madurismo "se arrepintió de haber permitido" esas elecciones internas que suponen una nueva centralidad de una candidata derechista. Hasta entonces, Machado era un personaje lateral de la disputa. El "remedio" que aplica el Palacio de Miraflores, razona el analista, podría ser "mucho peor que la enfermedad". León cree que las acciones judiciales contra las primarias "complicarán naturalmente las negociaciones futuras". Sin embargo, "difícilmente será un factor suficiente para que Estados Unidos retroceda al punto original". Los cambios en el mercado internacional del crudo, derivados de la invasión rusa a Ucrania y las nuevas tensiones en Oriente Medio son factores que reubican a Venezuela, gran productor de petróleo, en el tablero global. "Por supuesto que Estados Unidos tendrá que tomar algunas decisiones duras para castigar a Maduro como reacción a la criminalización de las primarias. Entre otras cosas, necesitará hacer algo para controlar el ambiente político preelectoral en su propio patio".

Otros analistas comparten esa deducción.Deducen que Washington no sacrificará por completo su hoja de ruta por Machado porque eso supondría no solo revocar la autorización de Chevron de exportar gas y crudo a Occidente sino un freno a un mecanismo pactado de repatriación de migrantes venezolanos y, además, la celebración de las elecciones en 2024.

Por lo pronto, el jefe de misión de EE.UU. para Venezuela, Francisco Palmieri, hizo saber el respaldo de la Casa Blanca a Machado. "Nadie duda que ella es la candidata de la oposición democrática de una elección el año que viene. Ahí hay que enfocarse: en que haya condiciones y asegurar una elección competitiva". En ese sentido consideró "prematuro"dar por letra muerta el documento firmado en Barbados.

Los posibles pasos

Según Machado, su inhabilitación y la medida adoptada por el TSE es un son actos de "desesperación" adoptados "en el momento más inoportuno". Para la líder de Vente Venezuela si el Gobierno está dispuesto "a llegar a estos extremos" es porque "están preocupados por esta fuerza que cobra impulso". Machado señaló que el impedimento que pesa sobre su candidatura debe ser parte de la agenda de negociación y "el régimen tiene incentivos para seguir avanzando" por la senda de las elecciones libres. México, Colombia, Chile y Brasil, añadió, pueden jugar también un papel para destrabar la situación.

La intransigencia de Maduro no deja de provocar sorpresas. Algunos observadores se preguntan si la decisión de cerrarle el camino a Machado es fruto de presiones internas o temores de otro orden. La oposición, en tanto, también se encuentra en una encrucijada. Si persiste la inhabilitación debe resolver si volverá por la senda del enfrentamiento o, como ocurrió en Chile durante los años ochenta, acepta las reglas de la competencia electoral fijadas por el régimen militar para igualmente derrotar a Augusto Pinochet en un plebiscito que el dictador creía ganar.